jueves. 28.03.2024

Miguel Ángel Leija | @CinemaCuarenten | Contiene spoilers

Noveno episodio de Succession. Cual si fuera la crónica de una muerte anunciada nos abrimos paso en medio de la nostalgia por la serie que ya es un clásico moderno y la intriga de qué sucederá en el último capítulo. Por lo pronto adelantamos que “Church and State” sigue la estela de los anteriores episodios de esta temporada: la búsqueda de la perfección.

El rey ha muerto y nos encontramos en su funeral. Un evento de condiciones enormes, un tablero de ajedrez dispuesto donde al son de su legado, las piezas se mueven mezclando por un lado el duelo ante la partida de Logan con el oportunismo propio de las personas más importantes del planeta.

Así, los espectadores nos hundimos aún más en el círculo de tristeza dibujado por la falta de empatía de los tomadores de decisiones: gente más preocupada por su billetera que por las lágrimas de sus seres cercanos. Y es que este sigue siendo el gran acierto de Succession, la serie te presenta los hechos dejando la puerta abierta para entrar en los zapatos de sus protagonistas, pero no te obliga a ello, no te dice cómo tienes que pensar las cosas, solo las muestra.

El gran acierto de Succession: la serie te presenta los hechos dejando la puerta abierta para entrar en los zapatos de sus protagonistas, pero no te obliga a ello

De esta manera vamos avanzando por un mundo en donde, a pesar de su muerte, Logan Roy no ha dejado de estar presente. El patriarca partió pero su fantasma camina entre todos, aunque no podamos verlo.

Siguiendo la tradición de sus capítulos pasados, “Church and State” deja de lado la turbulencia de los últimos episodios para centrarse en la fuerza emocional de la situación. Empezamos de manera frenética con el discurso de Ewan, el hermano de Logan, quien revela grandes secretos que empequeñecen la figura del difunto, y ante el intento de Roman por salvar el honor de su padre, nos entrega una de las escenas más desgarradoras de la serie.

Las cuatro “reinas negras” acomodando sus piezas en la primera fila del tablero, los discursos de Shiv y Kendall, el cansancio de Tom o la figura de Mencken elevándose por encima de todos haciendo titubear hasta a Lukas Matsson, son escenas que ponen al capítulo al nivel de los anteriores, lo cual ya es mucho decir.

La serie nos permite abrir los ojos sobre la estructura de poder vertical que decide el devenir del mundo

Asimismo, cabe remarcar que la serie nos permite abrir los ojos sobre la estructura de poder vertical que decide el devenir del mundo. Grandes empresarios y políticos desde sus cómodas sillas decidiendo el destino de millones con el único objetivo de preservar su poder es una realidad de la cual no podemos escapar, y Succession nos permite entrar en dichos círculos para ver cómo opera el poder desde dentro. Entramos a sus casas, conocemos sus secretos familiares y los acompañamos en sus duelos. Y no es sino hasta este episodio en donde vemos por primera vez a los afectados por dichas decisiones, los ciudadanos. 

Cual rey puesto en jaque, en una escena absolutamente memorable, Roman abandona el edificio para ponerse de tú a tú con los manifestantes, gente que a pesar de “no saber nada” (palabras de él mismo), tiene una vida y cuentas por pagar. Las decisiones de unos pocos tienen repercusión directa en el presente de muchos, y el ver al hijo de Logan pisoteado entre la turba de gente nos deja pensando en lo que viene la próxima semana. ¿Será? 

Succession capítulo 9, temporada 4: “Church and State”