viernes. 26.04.2024
Mikaela
 

Mikaela no era de Santander, que era de Triana. La prima Micaela, decía mucho mi madre. La prima Micaela, esa que canta. Y lo guapa que es. Y yo me lo creí. Hasta que…

León Felipe, Rafael Alberti, François Truffaut, Miguel Ángel Asturias, Miguel de Molina, José Hierro… Mikaela los trató a todos ellos. Y el guatemalteco la escribió este poema:

Mikaela,
la de color de avellana,
la morisca, la gitana,
la española sevillana…
Mikaela, la de Triana,
artista porque le mana
y porque le da la gana…
Mikaela, la de Triana…

¿Cómo se te queda el cuerpo?

Micaela Rodríguez Cuesta nació en Sevilla, qué digo en Sevilla, en Triana. Nació un año después de que naciera mi madre, en 1935. Más tarde, cambió la c por una k y tiró millas. Cantaba, mucho, también era actriz, de teatro, de cine. De hecho, empezó su carrera artística en compañías de teatro. Bueno, en realidad comenzó cantando, pero se hacía llamar Rocío del Carmen. Es Micaela del Carmen cuando graba su primer disco. Era 1956. Nueve años más tarde alcanza su éxito más grande, la canción La luna y el toro, que había grabado en 1964. En aquella década prodigiosa, sí, la de los años 60 del siglo pasado, es una folclórica muy moderna, una cantante de copla que no sólo cantaba copla, que se vestía como una artista ¿pop? y era capaz de cantar canciones de cámara y no olvidaba el toque flamenquito, elegante, distinguido, pero cercano, para todos, en su repertorio popular y famoso. En plena dictadura franquista, aunque ya bajo la sombra tímidamente aperturista del avance del segundo franquismo, graba un disco en el que interpreta el cancionero popular que Federico García Lorca recogiera y armonizara en la década de 1930. García Lorca, en 1966. Sí. Y ahí no quedó la cosa, cuatro años después aparecía su disco Mikaela canta poesías de Rafael Alberti. Lorca y Alberti. Para morirse.

Países donde actuó, para que nos hagamos una idea de quién llegó a ser, por si aún no la tenemos, fueron: Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Portugal, Grecia, Bélgica, Suiza, México, Argentina, Puerto Rico, Venezuela, Nicaragua, Estados Unidos, Irán o Israel, hasta la Unión Soviética y Yugoslavia.

Mikaela0Alta, guapa, distinguida por un halo misterioso que la engrandecía, muy conocida y respetada como lo que ella era, una artista integral, Mikaela debió ser alguien tremendamente singular en aquellos tiempos en los que España era lo que era.

Un inciso, Carlos Castellano Gómez compuso la música de aquel La luna y el toro y Alejandro Cintas Sarmiento escribió su letra. La canción fue, es, ha sido cantada por muchísimos artistas de copla y flamenco, pero quien primero la popularizó fue ella, Mikaela. Es curioso que a menudo se la conozca, a la canción, cambiando el orden de sus protagonistas y haya quien la llame El toro y la luna. Es esa que dice aquello de “Y ese toro enamorado de la luna, que abandona por la noche la maná, es pintado de amapola y aceituna y le puso Campanero el mayoral”. Esa canción.

Retirada durante la Transición, en la década de 1980, Mikaela murió en 1991. En Madrid.

Y ahora es cuando sale mi madre. Cuando sale Cuca (en la imagen de abajo). Por cierto, Micaela se llamaba también la portera del portal, la finca donde vivíamos en la plaza de la Beata María Ana de Jesús, donde aún vive mi madre mientras escribo esto, cuando éramos pequeños mi hermano Richard y yo, creo que mi hermana Maite aún no había nacido. En fin, qué cosas. Sigo.

Una prima de mi madre se llamaba, creo que aún vive, se llama, pues, Micaela. Pero hace poco he tenido la certeza de que aquella Micaela que era prima de mi madre, que era parte de su familia de la ciudad de Santander, hija de un hermano (o de una hermana) de su padre, de mi abuelo el marino, aquella Micaela no cantaba, no conoció ni trató a León Felipe, no fue famosa jamás. No era Mikaela. No lo es.

¿Por qué creía yo o creí yo o imaginé yo o me inventé yo que Cuca, mi madre, tenía una prima que era famosa y cantaba y se llamaba Micaela, con c o con k, qué más da? Voy a tratar de explicarlo. De explicármelo, de explicártelo a ti, ya que estás leyendo esto.

CucaYo había tenido siempre el recuerdo, y siempre es hasta hace unos meses (esto lo escribo en enero del Tercer Año de la Gran Pandemia, 2022, cuando mi padre va a cumplir dos años muerto), de que mi madre tenía una prima cantante y famosa que se llamaba Micaela. Con c, creo. Bueno, yo ya no sé. Micaela. Y a Micaela se refería mi madre cuando yo era un chaval, quizás incluso alguno de sus hermanos, puede que Gelines, como si la conocieran desde niña y ahora la vieran menos porque… Micaela era una pequeña estrella que cuando yo ya había crecido desaparecía de esas conversaciones (y ahora sé que la Mikaela auténtica, más que la también auténtica prima de mi madre, también se escabullía de la fama y se desvanecía en el olvido… hasta su muerte ya en la década de los 90 del siglo pasado) hasta quedar ahí enquistada en mi memoria, o en mi imaginación. O en ambas. ¿Imaginamos los recuerdos, recordamos imaginaciones, convertimos lo que nos cuentan en recuerdos fabulosos que nosotros fabulamos hasta hacer de ellos unos artísticos combates contra el olvido? Micaela fue hasta finales de 2021 para mí la prima artista y popular de mi madre y mis tíos maternos.


La sonrisa de Cuca


Es por aquel entonces, por los últimos meses del Segundo Año de la Gran Pandemia, cuando yo le dije a Marga ¿sabías que mi madre tenía una prima que era cantante y famosa? Hice memoria, y de repente, estalló aquel nombre. La prima de Cuca se llamaba Micaela… ¿O Mikaela? Y entonces yo encontré a Mikaela donde encontramos a casi todas las personas que buscamos, en el hiperespacio al que llamamos internet. Y Mikaela resultó ser Micaela Rodríguez Cuesta, nacida en Sevilla, qué digo en Sevilla, en Triana. Y busqué sus canciones, y las escuché. Era imposible que fuera prima de mi madre. De hecho, me acaba de refrescar la memoria mi prima Ángela, la prima de mi madre vive y ha vivido siempre en Santander. Y no creemos que haya cantado jamás delante de nadie. Porque Mikaela, con k de quilo, no era de Santander, que era de Triana.
 

La prima Mikaela, esa que canta