¿ME ACOMPAÑAN A CONOCERLO?

Marrakech, vista, oído y olfato

Marrakech. (Pixabay)

Actualizado el 12 de julio de 2022

Una de las ciudades marroquíes que hay visitar es Marrakech y que al igual que la ya vista Fez representa muy bien la vida de los marroquíes.

La ciudad es un festival de colores, sonidos y olores que no debe de dejar de disfrutarlos. Un mundo de gentes diversas.

¿Me acompañan a conocerlo?


  1. La plaza Yamaa el Fna
  2. El jardín Majorelle
  3. El Palacio de la Bahía
  4. La Mezquita Kutubía 
  5. Las tumbas Saadíez 
  6. El Palacio Badi 
  7. Los jardines de la Menara

La plaza Yamaa el Fna

Plaza Yamaa el Fna. Marrakech. (Pixabay)

Es la principal plaza y el más famoso lugar de Marrakeck. Se levanta a escasos metros de la mezquita Kutubia, por lo que queda dominada por su alminar. Rodeando la plaza hay también varias mezquitas, más modestas, que acompañan a la Kutubía.

Hay varias hipótesis sobre el nombre de la plaza; según algunos significa “asamblea de la aniquilación”, ya que era el lugar donde se ajusticiaba a los que delinquían; también se sugiere que “asamblea” “reunión” es una referencia macabra al hecho de que se exhibían las cabezas cortadas de los ajusticiados rodeando la plaza, como si estuvieran celebrando una reunión. 

Otras teorías señalan que, puesto que la palabra ŷâmi también tiene el significado de mezquita podría significar “lugar de la mezquita destruida, en referencia a la mezquita almorávide que debió de alzarse allí.

La plaza es de grandes dimensiones y está rodeada por todos los lados, menos por uno, por la medina repleta de zocos clasificados por su actividad principal. En los bordes de la plaza se han establecido un buen número de cafés, como el café Francia, y restaurantes de todas las categorías, que abren sus terrazas hacia el espectáculo que se forma en esta monumental escena.

Todo en Marrakech gira en torno a Yamaa el Fna. Miles de personas se dan cita en este espacio público llenándolo de color, cultura y negocio. Contadores de cuentos, maestros exponiendo sus enseñanzas, encantadores de serpientes, danzantes, dentistas, vendedores de zumos de fruta, acróbatas, escritores de cartas, aguadores... ,un infinito número de actividades y personas que se juntan y van abarrotando la plaza y sus callejeas adyacentes según va llegando la noche.

Los puestos de comida especializados, cada cual en su hacer, inundan con la noche una parte de la plaza, que queda iluminada por cientos de lucecitas e inundada de humo con multitud de olores.

En cualquier café de la plaza puedes también disfrutar de un vaso de té con menta tradicional de Marruecos, templando la gente y la zona entera con su ambiente tan tradicional y típico de la ciudad. Añade otro encanto a tu recorrido y sube a alguno de los miradores que tienen los restaurantes y cafés que rodean la plaza y disfruta de una vista panorámica de todo el lugar.

El jardín Majorelle

Fue diseñado por el artista expatriado francés Jacques Majorelle en el año 1924, durante el periodo colonial en el cual Marruecos estuvo administrado por Francia.

En el año 1922 compra una finca de palmeras en el borde del palmeral de Marrakech. En el año 1931, hace construir por el arquitecto Paul Sinoir, su chalet estilo Art déco de una asombrosa modernidad, inspirada en Le Corbusier y en el Palacio de la Bahía de Marrakech. Consta de su vivienda principal en el primer piso y el gran taller del artista en el bajo para pintar sus inmensos decorados.

Enamorado de botánica, crea su jardín botánico en torno a su chalet, estructurado alrededor de una larga cuenca central, con varios ambientes, establecida de una vegetación exuberante donde anidan cientos de pájaros. 

Este jardín es una obra de arte viva en movimiento, compuesto de plantas exóticas y especies raras de las que trajo de sus viajes por el mundo: cactus, yuccas, nenúfares, nympheas, jazmines, bougainvilleas, palmeras, bambús, cocoteros, bananeros y adornado con fuentes, cuencas, chorros de agua, jarras en cerámica, alamedas, pérgolas...

En el año 1937 el artista crea un color azul, azul de ultramar a la vez intenso y claro: el azul Majorelle, con el que pinta las paredes de su chalet, luego todo el jardín para hacer un cuadro vivo que abre al público en 1947.

El jardín está cuidado por 20 jardineros y es una de las atracciones turísticas más importantes de Marrakech

A raíz de un accidente de coche, Majorelle se repatría a París dónde desaparece en 1962. El jardín se deja entonces en abandono.

En el año 1980, Yves Saint-Laurent y su pareja sentimental Pierre Bergé fundan la “Association pour la Sauvegarde et le Rayonnement du Jardin Majorelle”. Compran el chalet taller y el jardín que hacen restaurar y desarrollar en el espíritu del autor del lugar incrementando el número de especies vegetales del jardín de 135 a más de 300. 

Conservan la parte de vivienda para su uso privado y transforman el taller en Museo de arte islámico de Marrakech abierto al turismo o exponen su colección personal de objetos de arte Islámico del Magreb, Oriente Medio, de África y Asia: Joyas, armas, textiles, alfombra, revestimientos de madera, Alfarería, cerámicas Arabescos, telas y dibujos del artista...

Actualmente, el jardín está cuidado por 20 jardineros y es una de las atracciones turísticas más importantes de Marrakech. El jardín alberga especies vegetales de los cinco continentes destacando su colección de cactus y de Bougainvillea.

El jardín da cobijo a más de quince especies de pájaros, que se pueden encontrar solamente en el área del Norte de África.