lunes. 29.04.2024

El director de cine británico Christopher Nolan, tiene en su haber algunas de las películas mas interesantes y complejas de los últimos 20 años, entre ellas “Memento”, “Interstellar” o “Dunkerque” y además ha realizado una triple saga de Batman, uno de los personajes más especiales de la historia del comic norteamericano. La diversidad de su cine es evidente, abordando temas muy distintos, cuya visión no nos deja indiferentes. 

Ahora acaba de estrenarse Oppenheimer, su más ambiciosa película y en mi opinión la mejor película del cine de los últimos años.

La historia y la política del siglo XX, la evolución de la ciencias matemáticas y físicas, las reflexiones morales sobre el papel y la responsabilidad de los científicos, se conjugan en un magistral desarrollo de tres líneas argumentales: las investigaciones científicas n torno al átomo en los primeros decenios del siglo XX, los esfuerzos para derrotar a los estados totalitarios del Eje (en primer lugar la Alemania nazi y posteriormente Japón), el compromiso político de los científicos antifascistas y su posterior repercusión en la caza de brujas anticomunista de los años 50.

Se conjugan la historia y la política del siglo XX, la evolución de la ciencias matemáticas y físicas, y las reflexiones morales sobre el papel y la responsabilidad de los científicos

Todo ello con el papel protagonista de Oppenheimer, un brillantísimo científico norteamericano de procedencia judía, de izquierdas, relacionado con los comunistas norteamericanos y más tarde víctima de una vergonzosa persecución del Macartismo, cuando a la vista de las consecuencias de la bomba atómica defendió una política pacifista tras el final de la 2ª Guerra Mundial.

Estamos ante una de las películas con mayor y más riguroso contenido político desde hace mucho tiempo. El compromiso político de los científicos e intelectuales, mucho de los cuales eran judíos escapados de la persecución nazi, su apoyo a la mejora de las condiciones laborales del personal universitario, su solidaridad (muy evidente en varios momentos de la película) con la causa de la Segunda República Española, y despues las dudas surgidas ante el pacto germano-soviético de 1939 (que también surgieron en muchos comunistas europeos) y su distanciamiento del Partido Comunista, o los problemas de conciencia que iban creciendo ante las cada vez más previsibles consecuencias de la bomba atómica, tienen un tratamiento exquisito por parte de Nolan, que tampoco oculta ni dulcifica la persecución mccartista que los anticomunistas norteamericanos realizaron con la aquiescencia del presidente Truman (cuya entrevista con Oppenheimer no tiene desperdicio).

Oppenheimer, víctima de una vergonzosa persecución del Macartismo, cuando a la vista de las consecuencias de la bomba atómica defendió una política pacifista 

En lo que se refiere a la utilización de la energía atómica, como mortífera arma disuasoria para intentar finalizar la resistencia militar de Alemania y posteriormente de Japón, es abordada, igualmente, analizando con rigor la carrera “científico militar” entre Alemania y Estados Unidos, los pros y los contras de la decisión de lanzar la bomba atómica, lo que generó una creciente oposición entre sectores científicos que participaron en el proyecto de su creación, a pesar de lo cual Oppenheimer siguió defendiendo, obsesionado con la necesidad de acabar con la guerra cuanto antes.

Pero una vez lanzada y a la vista de la tremenda mortandad y destrucción, así como las secuelas posteriores, Oppenheimer evolucionó hacia una clara opción pacifista, defendiendo un tratado de desarme nuclear cuando Estados Unidos entro en la dinámica de la guerra fría contra la URSS, lo que dado su gran prestigio internacional e influencia como científico, le convirtió en un enemigo central de los sectores belicistas de Estados Unidos, que montaron un simulacro de encausamiento para declararle traidor a la nación.

Yo al menos la tendré que ver como poco una vez más, para sacar el máximo provecho de una de las películas más recomendables del siglo XXI

A lo largo de la película asistimos a la evolución espectacular de las ciencias matemáticas y físicas en las primeras décadas del siglo XX, a partir del impulso de Albert Einstein, continuado por grandes científicos alemanes, centroeuropeos, británicos, nórdicos y posteriormente norteamericanos y en ese marco el extraordinario papel de Oppenheimer. Es quizás la parte mas compleja de seguir y entender para el público normal y corriente y que exige una enorme atención, para todos los que somos desconocedores de esas materias, como es mi caso.

Por último la película sigue las vicisitudes científicas, políticas, sentimentales o morales, a lo largo de tres décadas, de un hombre de una gran complejidad, apoyándose en el formidable trabajo del actor irlandés Cillian Murphy (que ya brilló en un difícil papel en la película “Desayuno en Plutón” y que deslumbra como protagonista en la formidable serie “Peaky Blinders”); su intenso papel a lo largo de las tres horas de duración de la película resulta más que convincente. Tampoco se puede olvidar la presencia de otros notables actores como Matt DamonKenneth Branagh o Emily Blunt.

La fotografía, la ambientación y decorados así como los efectos especiales y la banda sonora, como siempre en el cine de Nolan son brillantes.

Y una advertencia final. Oppenheimer, que ya he dicho dura tres horas, en donde aparecen numerosos personajes y situaciones históricas (no siempre bien conocidas para el público menor de 70 años y menos aún para el espectador español), con diálogos llenos de contenido, exige un enorme esfuerzo de concentración en la película. Yo al menos la tendré que ver como poco una vez más, para sacar el máximo provecho de una de las películas más recomendables del siglo XXI. 

Oppenheimer, una película excepcional