domingo. 28.04.2024
José Antonio Santano
José Antonio Santano
 

Poesía | JESÚS CÁRDENAS

Uno de los ideales del humanismo es ofrecer un canto a la belleza para todos. La esencia de que se cante al pasado para llevarnos a la identidad del presente es el motivo que reflexionamos. Pasado grecorromano en Baena. Con estas coordenadas de calidad humanista se configura Sepulta plenitud, un hito en la trayectoria poética del escritor y crítico, José Antonio Santano.

Tras haber reunido más de quince publicaciones en Silencio (Poesía 1994-2021), y habiendo jalonado reconocimientos y premios en títulos tan relevantes como La piedra escrita (finalista Premio Nacional de la Crítica), Suerte de alquimia(finalista del Premio Andalucía de la Crítica), Razón de ser (Premio Internacional de Poesía “Luis Feria”), Marparaíso (premio de Poesía Rosalía de Castro, Córdoba), Tierra madre (Premio “José Antoio Ochaíta”) y Madre lluvia (finalista del IV Premio Internacional “Pilar Fernández Labrador), el poeta de Baena continúa deslumbrándonos, más aún con la reciente publicación de la editorial valenciana, Olé Libros: Sepulta plenitud.

La esencia de que se cante al pasado para llevarnos a la identidad del presente es el motivo que reflexionamos

El contenido del libro se halla en la reflexión de que las ciudades nunca mueren porque nos hablan de experiencias vividas. Mientras oímos su pasado no sólo el espacio –y sus gentes– no muere, sino que se vivifica, resucita. Esto mismo ocurre con su Baena, la ciudad de Ituci. Este diálogo revela el enfoque humanista solidario que suscita, además un clima poético de identidad barroca-romántica (el gusto por las ruinas) a la vez que un marcado carácter simbólico de regusto santaniano (la tarde, el otoño, el silencio, la tierra, los olivos, la niebla, la luz…). Curiosamente, el tono melancólico da paso a otro más meditativo, reflexivo.

En una treintena de composiciones, flanqueadas por cuatro citas de la poesía romántica casi metafísica de Hölderlin, transita el discurrir poético de Santano. Las veinte primeras provienen sin título, como se sabe, del título. Pasado y presente conviven como testimonio de certidumbres. El hecho de incorporar las ruinas añade una atmósfera romántica, pero, al incorporarse al presente, pareciera como si le diese vida, pues nos aporta la calidez de las certezas. Como si se presentase ante nuestra conciencia de una forma más verdadera. Ya en la primera composición puede leerse: “Sepulta y desolada en sus ruinas, / se desangra en mis manos, / en las manos de todos”.

Es también un acto de valentía referirse a la tierra de uno. Lo dirá al final de la primera, explotando toda la funcionalidad del deíctico (“Allí el monte y mi ciudad / sepulta, oxidada de olvido”) y se hilará en la segunda composición (“La ciudad, mi ciudad, / la que habita el silencio en su grandeza”). Supone –como señala tan atinadamente el autor del prólogo, Francisco López Barrios– “tremenda crítica de lo ya hecho para añadir con tino lo que quedaba por hacer”.

Leer a Santano es leer lo mejor de la tradición lírica. Saltan entre versos Coleridge, Keats, Baudelaire, Eliot, Quevedo, Manrique, Antonio Machado…

Muestran estas composiciones a un poeta con un caudal lírico delicado y contundente, con un mayor esparcimiento nominal (propio de las descripciones), de discurso de largo aliento, en algunos casos incluso llegando a prescindir de la puntuación, tal vez porque los signos coartan al sujeto de pronunciar libremente su fluir de pensamiento.

Son joyas preciosas aquellas composiciones con hábil manejo del ritmo heptasilábico de estructura encuadrada, especialmente de la una a la cinco. Como muestra la composición tercera: “Entristece la tarde el rumor de sus voces / de regreso a la cima, […] Entristece la tarde el rumor de sus voces / de regreso a su altura”.

Leer a Santano es leer lo mejor de la tradición lírica. Saltan entre versos Coleridge, Keats, Baudelaire, Eliot, Quevedo, Manrique, Antonio Machado… Al cabo, en su discurso poético se hermana una especial conjugación de Occidente y Oriente. La poesía arábigo-andaluza. Muestras representativas de una interioridad en permanente dinamismo, fusión de distintos elementos, y fragmentos en la memoria, siendo incluso nodriza, que devienen en permanencia, en diálogo con el personaje el poeta filósofo, su amigo Lucio, se dejan ver entre las composiciones catorce, quince y esta, dieciséis: “¿Acaso tú no sabes que rondo cada noche / esta cumbre y en su pecho me cobijo / después de amamantarme en el silencio / de esta enorme sepultura?”

Qué mejor celebración humanista que el lector se deje llevar ante la invitación que realiza en Sepulta plenitud

El caudal retórico (aliteraciones, anáforas, paralelismos, polisíndeton, pleonasmo, sinestesias, metáforas, símbolos, interrogaciones retóricas…) en ningún momento impide el entendimiento, pues la transmisión del acto comunicativo conforma lucidez ayudada por la aguda capacidad de percepción sensorial que conducen al poeta a delatar la pervivencia, con una intuición profunda y de unos versos victoriosos: “y caminar sin descanso la memoria, / admirar con serena complacencia, / la ciudad que a los ojos se aparece / plena aún, viva, joven, nueva, / querrás, digo, acomodarte a mis pisadas para guiarme por sus muchas galerías hasta sentir emocionados / el himno de esta tierra abandonada?”.

Tras las veinte composiciones, otras gemas se alumbran en nuestro tránsito lector. Si reparamos en la composición “Regreso a Ituci”. En dos movimientos confluye el universo de Santano con reveladora plasticidad, conciliándonos a los ciudadanos presentes con nuestros antepasados al contacto de un espacio mítico que tiene la virtud de figurar en el centro de las vidas presentes. La composición envuelve con su halo de misterio a través de las apóstrofes a Lucio, que las hacemos nuestras. El entorno se interioriza y se reafirma de manera eterna: “Ven, Lucio, apresúrate, / nos espera el aceite y el vino / para brindar por la amistad, / y por la vida”. 

Qué mejor celebración humanista que el lector se deje llevar ante la invitación que realiza en Sepulta plenitud.  

‘Sepulta plenitud’, José Antonio Santano. Olé Libros, 2023. 67 Páginas. COMPRA ONLINE
 


JesusCardenas
JESÚS CÁRDENAS. Profesor, poeta y crítico literario

Celebración humanista | 'Sepulta plenitud', de José Antonio Santano