sábado. 27.04.2024
Concha Roldán

No hace mucho volví a visionar por enésima vez ¡Qué bello es vivir! En esa película Fran Capra nos habla del destino de un entrañable personaje que sacrifica sus intereses personales por los comunitarios, mostrándonos cómo habrían ido las cosas en un decurso histórico que no contara con su existencia. Después de todo es lo que hace Leibniz al elegir entre los infinitos mundos posibles. Invocar esa hipótesis tiene su gracia, siempre que no se lo aplique uno a sí mismo. Siempre resulta instructivo hacerlo con aquellas personas que vertebran tu periplo vital e imaginar qué hubiera sido de ti sin ellos. En el plano académico es un ejercicio que me ha gustado hacer con mis queridos maestros Javier Muguerza y Antonio Pérez Quintana. En esta ocasión quiero aplicar el experimento en cuestión a Concha Roldán Panadero. A unos cuantos nos resultaría difícil concebir nuestro propio devenir descontándola del mismo, pero eso es una cuestión particular y cada cual tendrá su parecer al respecto. Lo que me propongo aquí es destacar a vuela pluma sus contribuciones intelectuales e institucionales al microcosmos en que sigue desarrollando su labor profesional como profesora de investigación del CSIC.

A unos cuantos nos resultaría difícil concebir nuestro propio devenir descontándola del mismo, pero eso es una cuestión particular y cada cual tendrá su parecer al respecto

Tras estudiar filosofía en la UCM se fue a Berlín Oeste con una beca del DAAD. Hans Poser acaba de publicar un libro sobre la teoría modal en Leibniz y era un buen interlocutor para proseguir con la tesis doctoral iniciada con Jaime De Salas. También visita el Archivo Leibniz de Hannover, donde traba relación con Albert Heinekamp, tal como hace luego en Münster con Heinrich Scheppers y en Mainz con Otto Saame. Quizá eso explica que cofunde con Quintín Racionero la Sociedad Española Leibniz para estudios del Barroco y la Ilustración, refundada luego por Javier Echeverría y la propia Concha Roldán. A esta etapa pertenece su edición de textos leibnicianos titulada Escritos en torno a la libertad, el azar y el destino, que cuenta con una introducción magistral. Como especialista en Leibniz, nos lega también una excelente monografía, Leibniz en el mejor de los mundos posibles, que afortunadamente se traduce a varios idiomas. 

Es una lástima que no se traduzca igualmente su presentación histórica del filosofar sobre la historia. Me refiero a Entre Casandra y Clío: Una historia de la Filosofía de la Historia, que cuando menos debe volver a reeditarse. A sus facetas como historiadora de la filosofía y filósofa de la historia hay que sumar otras dos. Una se debe a Celia Amorós y a su mítico Seminario sobre Feminismo e Ilustración, en el que participaron algunas pensadoras como Ana de Miguel o Alicia Puleo, entre otras. Concha Roldán ha cultivado los estudios de género en múltiples artículos o contribuciones a enciclopedias y como presidenta de GENET. La otra inquietud le viene de Javier Muguerza y es de índole moral. No es casual que haya presidido la Asociación Española de Ética y Filosofía Política (2014-2023) o que haya dirigido Isegoría, la revista sobre filosofía moral y política del IFS-CSIC (2016-2023).

Su consolidación laboral tiene un itinerario accidentado, pero al consolidarse sabe recuperar con creces los años perdidos. Como a tantas otras mujeres de su generación, a Concha Roldán le corresponde ser pionera en más de un frente y abrir el camino a las que vienen a continuación. Es la primera investigadora del Instituto de Filosofía y su primera directora. También es quien idea y activa el SIJI (Seminario Internacional de Jóvenes Investigadores) del IFS-CSIC. Junto a quien suscribe y Txetxu Ausín lanza el programa Theoria cum praxi, cuyo marchamo leibniciano es obvio y que da lugar a una colección homónima, unas ambiciosas Jornadas celebradas en el Palacio de Miramar y finalmente un Grupo de Investigación cuyo dinamismo está en los anales. También dirige la Colección Clásicos del Pensamiento editada por el CSIC, EidÉtica (Herder), Theoria cum praxi (PyV-CSIC) o Moral, Ciencia y Sociedad (Plaza y Valdés).

Concha Roldán ha cultivado los estudios de género en múltiples artículos o contribuciones a enciclopedias y como presidenta de GENET

El equipo directivo del IFS formado en 2007 con Concha como vicedirectora de Javier Echeverría presenta una fundamentada propuesta para crear un Centro Mixto con la UNED, pero esta es desestimada en aras del frustrado proyecto científico denominado Centro de Ciencias Humanas y Sociales, actual Centro de Servicios. Aunque Concha Roldán defiende a capa y espada que no trasladen al IFS de su sede histórica en Pinar 25, ubicada junto a la legendaria Residencia de Estudiantes, luego le toca gestionar el CCHS durante cinco años merced al turno rotatorio entre las direcciones de los Institutos allí alojados. Desatinos del destino combinados con una enorme responsabilidad institucional.

Investigadora principal de siete proyectos nacionales consecutivos, también coordina dos proyectos europeos (Englobe y Worldbridges), uno de los cuales propicia encuentros dentro del ámbito de lo que se ha denominado “pensar en español”. Fue presidenta del campo 11 en la comisión evaluadora de sexenios. Ahora mismo preside la Red Iberoamericana de Filosofía (RIF) y la Red Española de Filosofía (RED), interesándose por auspiciar las Olimpiadas de Filosofía y los eventos del Día Mundial de la Filosofía. También forma parte del Patronato de la Fundación Ortega Marañón.

Elegida por tres mandatos consecutivos, le corresponde dirigir el Instituto de Filosofía con toda entrega y dedicación desde 2009 a 2023, sin contar durante mucho tiempo tan siquiera con una secretaría de dirección por las especificidades del CCHS. Discretamente procura repartir juego entre todos los grupos que integran el Instituto, logrando superar periodos de grandes turbulencias y bastantes penurias. Cuesta imaginar esa travesía del desierto sin su tesón y coraje, auxiliados por quienes fueron integrando sucesivos equipos directivos como vicedirectores (Marta González, Ana Romero, Antolín Sánchez Cuervo, Mario Toboso y Txetxu Ausín). Le quedan todavía cinco años para jubilarse y poder dedicarse a sus quehaceres académicos más personales, después de consagrar tanto tiempo a una institución con la que tanto se ha identificado y a quienes han transitado de una u otra forma por este Instituto del CISC. 

Elegida por tres mandatos consecutivos, le corresponde dirigir el Instituto de Filosofía con toda entrega y dedicación desde 2009 a 2023

Sus encomiables cualidades dianoéticas tan solo quedan eclipsadas por su buen talante moral. Como buena estudiosa de Leibniz, sabe adoptar el punto de vista del interlocutor. Su mayor defecto es olvidarse de sí misma y pensar demasiado en los demás, compadeciéndose de sus cuitas y problemáticas, porque la ética representa su brújula vital desde siempre. Hay que saber mirar más allá y no dejarse confundir por las meras apariencias. “Lo esencial es invisible a los ojos”, como nos recuerda El principito.

En último lugar, pero no por ello menos importante, cabe citar su labor como mentora del personal en formación. Su primera doctoranda, María G. Navarro, ya es profesora en Salamanca y el último en haber presentado una magnifica tesis ya publicada es Alejandro Sánchez Berrocal. Víctor García Alemán y Xandra Garzón están ultimando sus respectivos trabajos. Otros nombres quedan en el tintero y hay nuevas candidaturas en curso, pero al colectivo de doctorandos propio hay que sumar otra legión compuesta por alumnado en prácticas o beneficiarios del programa JAE-Intro. Concha Roldán siempre ha sabido encontrar tiempo para ocuparse de recibir o tutelar a quienes representan el futuro del Instituto. Durante sus mandatos como directora del IFS e Isegoría ha organizado y presentado las emblemáticas Conferencias Aranguren.

Como sería prolijo enumerar el conjunto de unas publicaciones integradas por artículos, prólogos y volúmenes colectivos académicos, me limitaré a destacar su papel como editora literaria en merecidos volúmenes de homenaje para con sus colegas o mentores. Ahí están los dedicados a Manuel Cruz por su 60 aniversario (Vivir para pensar), Antonio Pérez Quintana (Mundos posibles) y Teresa López de La Vieja Hacer justicia haciendo compañía) por sus 70 o Javier Muguerza por sus 80 (Diálogos con Javier Muguerza: Paisajes para una exposición virtual).

 

Concha Roldán, una filósofa de la historia feminista y experta en Leibniz