jueves. 28.03.2024
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Los chalecos amarillos se han convertido en el símbolo de la protesta de los trabajadores franceses

El primer papelón diplomático se produjo en la previa del G20 cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, fue recibido por un empleado del aeropuerto que lucía un chaleco amarillo.

El líder francés estrechó la mano del trabajador que abrió la puerta del avión, antes de que él y su esposa Brigitte recibieran un saludo un tanto más oficial por parte de la vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti, que se excusó por llegar tarde, balbuceando un francés cuyo nivel no se corresponde con el que figura en su currículum vitae.



Los chalecos amarillos, vestimenta utilizada por los trabajadores de los servicios de emergencia, se han convertido en el símbolo de la protesta motivada por el incremento de los combustibles, que ha desatado una batalla campal en la capital gala.

Macron espera reducir las emisiones de carbono y enfrentar el reto a largo plazo del cambio climático, pero los manifestantes aseguran que las familias de bajos ingresos son las más afectadas. El cambio climático, sin embargo, no será crucial en la agenda del G20, ya que el presidente norteamericano, Donald Trump, niega que tal cosa exista.

Este viernes continuarán llegando a Buenos Aires los líderes mundiales. Sin embargo la prensa especializada ya ha advertido que el resultado de esta cumbre dejará mucho que desear.



Emmanuel Macron fue recibido por un chaleco amarillo en su llegada al G20