martes. 23.04.2024
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En la encrucijada. Así se encuentra la actual presidenta de la Comunidad de Madrid. Y la salida no es fácil.

De chica de los recados de la señora Aguirresconi… Perdón, Perdón. La frase no es mía, sino de las lenguas viperinas a derecha e izquierda. Decía, a aspirar a lo más alto del Poder en España. Todos tenemos sombras y luces en nuestro pasado. Algunas más sombras. Lo que importa es el futuro y en él la Sra. Ayuso está llamada a jugar un papel preponderante. Una de las cuestiones es saber si tiene chasis suficiente para la gran carrera...

Ante las elecciones del pasado mayo, comentaba con un amigo conservador que no comprendía al Sr. Casado. Comprendía la ambición de usted. Comprendía la estrategia de la derecha madrileña y, por extensión, a la derecha española. Pero no comprendía al Sr. Casado.

Existían dos posibilidades. Si se perdía la Comunidad de Madrid, el incipiente ascenso del Sr. Casado se iba al traste. Y si, como se preveía, barría Ayuso, el Sr. Casado hacía un mal negocio. Estaba levantando a una figura política al estilo Trump preparada para saltarle a la yugular...

Cual nueva Juana de Arco, la señora Ayuso aupada en el corcel de los medios conservadores, espada flamígera en la mano derecha y escudo en la izquierda con la leyenda TERRAZAS, CAÑA Y LIBERTAD. Se dirá lo que se quiera pero con ese esquema ha barrido y la gente la ha votado, aunque no tenga para pagar la calefacción.

Hay varias versiones cinematográficas sobre el mito de Juana de Arco. Personalmente me llama la atención la de Luc Bresson, con esa Juana rubia pelada a lo garsón a mitad de camino entre la visión y la mística. Aunque usted goza de esa melena negra tan caricaturizada por los del Intermedio no me resisto a compararla recordando aquella portada memorable del diario El Mundo.

Según parece, Juana llevó a los ejércitos franceses a la victoria contra la Pérfida Albión en el sitio de Orleans. Fue la mano de Dios en semejante proeza. Pero no controlaba las mesnadas que estaban en manos de los señores feudales. Tengo la sensación de que una parte importante de la derecha española, lejos de los valores europeos, aspira a encumbrar un nuevo caudillo. Esa palabra tan querida para ellos. Con los de Vox ya tiene escuderos que velan su armadura colgada en el estafermo.

En su asalto al PP de Madrid y posteriormente al de toda España cuenta con su imagen que las más de las veces es solo un suflé con poco helado dentro. Lo que no significa que controle las mesnadas de compromisarios que deciden los congresos. Recuerde que eso que pretende asaltar es el PP y en sus estatutos su política se rige, desde Fraga hasta aquí, por una concepción piramidal donde la decisión es DEL JEFE. ¿Controla usted las mesnadas o las controlan desde Génova? Otro amigo mío, progresista, dice que ganarán los estatutos.

No tengo ni idea. El futuro lo dirá. Solo sé que los partidos son algo más que terrazas y cañas.

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La señora Ayuso y el síndrome Juana de Arco