viernes. 19.04.2024
centro salud madrid
Imagen de archivo.
 

Algunas opiniones señalan que la variante ómicron puede ser el epilogo de la pandemia, y aunque obviamente puede ser cierto, deberíamos de tener prudencia y ser capaces de diferenciar lo que son nuestros buenos deseos con los hechos.

Es obvio que la variante ómicron esta produciendo menos ingresos hospitalarios, ingresos en UCI y muertes que olas anteriores, aunque el numero de hospitalizados está aumentando y ya supera los de la ola anterior, y la creciente y disparada curva de incidencia acumulada hace prever que las hospitalizaciones y las muertes seguirán aumentando al menos uno o dos meses. A la hora de valorar la peligrosidad de esta variante hay que tener en cuenta que se están haciendo muchos mas tets (lo que supone la detección de muchos más casos asintomáticos o con pocos síntomas, que antes no se diagnosticaban), que una parte importante y no cuantificada de la población (básicamente los asintomáticos) ya pasó la enfermedad con otras variantes y desarrolló un cierto grado de protección, ahora las personas mas vulnerables se protegen más, y por supuesto existe un porcentaje de vacunados muy grande en los países desarrollados, lo que puede influir de manera importante en los datos de gravedad y crearnos falsas expectativas. Desconocemos la letalidad de ómicron si hubiera sido la cepa inicial de la pandemia, y por supuesto no lo sabremos nunca con certeza.

Parece entendible que todos tengamos tendencia a ver el lado optimista de la situación, pero esto ya se ha repetido en todas las olas anteriores con los resultados que conocemos, o sea que cuando menos deberíamos de ser más prudentes. Hacer de Casandra o de agorero no es cómodo, pero a veces es la mejor manera de abordar los problemas de salud, se le llama principio de precaución, y su aplicación puede evitar daños graves para la salud y en el caso que nos ocupa bastantes muertes.

Algunos países como Alemania han adoptado este principio al inicio de esta sexta ola y los resultados son bastante buenos, en España de nuevo hemos primado la economía y el optimismo sobre la salud, y las cosas no nos han ido muy bien.

Así las cosas seguimos estando en la misma tesitura que ya señalamos en su día (24/3/2020) no se conoce si la pandemia desaparecerá totalmente después de alcanzar su máxima expansión, o se quedará como una epidemia estacional o incluso como una enfermedad endémica, y por supuesto tampoco sabemos si esta variante será la ultima o se producirán otras más que podrían ser más o menos peligrosas e incluso saltarse la protección de las vacunas. En suma desconocemos lo principal sobre la evolución de la enfermedad (solo lo sabremos cuando se haya controlado la pandemia), aunque sabemos que las vacunas, son eficaces a la hora de disminuir la mortalidad y la gravedad de la misma.

Por supuesto puede ser que las perspectivas más optimistas se produzcan y ómicron no sea sino un ultimo estertor de la pandemia, y ojalá suceda, pero no es seguro, y entra dentro de lo posible e incluso de lo probable, que las cosas evolucionen a peor. Por eso es importante mantener el principio de precaución y evitar medidas apresuradas que puedan agravar la situación: sigue siendo crucial la utilización de mascarillas, restricciones en cuanto a aglomeraciones y al aforo en espacios cerrados, más aún cuando no se usa mascarilla (hostelería), rastreo y aislamiento de los positivos y contactos, mantener la vacunación y por supuesto reforzar la Sanidad Pública y especialmente la Atención Primaria. Igual si actuamos con prudencia y con decisión podemos ahorrarnos algunas muertes evitables y prevenir la siguiente ola.

Marciano Sánchez Bayle, presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid

En la pandemia demasiado optimismo puede ser peligroso para la salud