martes. 23.04.2024
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Aquella nueva jornada como basurero municipal me deparó una enorme sorpresa. Las truculencias del destino me llevaron a recoger la basura en el barrio donde se ubicaba el Banco de España. Allí, entre los deshechos de la clase dirigente, encontré un extraño libro que me llamó mucho la atención. Se trataba de una especie de manual tipo IKEA para montar algo. En efecto, era para montar una estructura o una suerte de andamio con el que detener la economía global. En sus primeras páginas estaban los elementos que integraban la estructura:

  • Bancos Centrales, Bancos Comerciales, Presupuestos y Fiscalidad de los Estados, Beneficios Empresas Privadas, Mercado Materias Primas, Cambio de Divisas, Sueldo de los Funcionarios, Pensiones, Prestaciones Sociales, Salarios de los Trabajadores. 

El primer paso es poner en los puestos clave de los gobiernos, la Justicia y de las instituciones financieras a gente sin lazos con la clase obrera

RESUMEN

Para detener la economía hay que parar la creación de dinero. Hay dos maneras de afrontar la situación: se puede intentar un aterrizaje suave, subiendo los tipos poco a poco, o bien se  pueden afrontar las consecuencias de subirlos de forma brusca. En cualquiera de los dos casos habrá muchas víctimas colaterales, lo que causará el empobrecimiento de los más vulnerables. Pero no hay que olvidar que el principal objetivo de parar la economía es bajar la inflación sin dañar el sistema financiero, y siempre obteniendo los mayores beneficios.

NOTA: los pasos no tienen que ser sucesivos se pueden hacer todos a la vez.

El primer paso es poner en los puestos clave de los gobiernos, la Justicia y de las instituciones financieras a gente sin lazos con la clase obrera. La empatía puede ser un problema a la hora de tomar decisiones difíciles. No se puede defender al mismo tiempo los intereses del mercado financiero y los de los trabajadores.

Nunca puede quebrar ningún Estado mientras tenga materias primas y trabajadores que asuman sus deudas

La Teoría Monetaria Moderna mira hacia arriba cuando el Marxismo mira hacia abajo. Tanto la TMM como el Marxismo tienen su parte de razón, la diferencia es el punto de vista. O lo que es lo mismo los diferentes intereses a la hora de pagar los platos rotos. No en vano es cierto que nunca puede quebrar ningún Estado mientras tenga materias primas y trabajadores que asuman sus deudas.

El segundo paso es subir los tipos de los bancos centrales. Si se hace poco a poco los trabajadores no se darán cuenta hasta que sea demasiado tarde. (Es como si metes a una rana en agua hirviendo, se quema y salta. Sin embargo, si la metes en agua tibia y la vas calentando poco a poco no se dará cuenta y terminará cocida). La subida de tipos impedirá la creación de nuevo dinero debido a que su encarecimiento dificultará el acceso al crédito de los más pobres. La creación de dinero en la práctica es muy diferente de las concepciones que tiene la gente corriente.

Es importante que el miedo les paralice y no tengan fuerza para protestar por la pérdida del poder adquisitivo y la cuasi esclavitud sobrevenida

Los bancos no actúan como meros intermediarios, prestando depósitos que otros usuarios dejan en ellos. Ni si quiera usan el dinero que le presta el Banco Central Europeo para multiplicarlo. En realidad crean de la nada dinero cuando conceden hipotecas o préstamos. No obstante, esa generación mágica de dinero tiene un claro límite: la rentabilidad.

El tercer paso es reducir el déficit público y por lo tanto subir los impuestos. Si fuera posible se recomienda iniciar o mantener alguna guerra contra algún dictador a propósito del coste de las materias primas, para justificar la subida del coste de la vida y de paso distraer a la gente. Por supuesto que dicha guerra debe provocar hambrunas y graves crisis migratorias. La idea es alentar el nacionalismo y hacer que la gente pobre se conforme con lo poco que tiene. Es importante que el miedo les paralice y no tengan fuerza para protestar por la pérdida del poder adquisitivo y la cuasi esclavitud sobrevenida.

FIN

Al día siguiente de leer el manual me hicieron la revisión anual a mi salud, a la que tenía derecho por ser un trabajador de mediana edad. En realidad tenía bastantes achaques y muchos de mis parámetros daban en el límite de lo saludable. Es más, estaba casi seguro de tener una arritmia cardiaca, que a mis 47 años y con los esfuerzos que realizaba a diario, tarde o temprano me iban a pasar factura. Sin embargo, no podía quedarme parado y como además era consciente de ser el eslabón más débil de aquella nueva estructura, me daba cuenta de que no me quedaba otra que fingir que tenía la alienación mental ordinaria y por eso me dejaba tratar como si fuera mercancía.

- Bueno, pues ya has pasado la ITV -dijo el doctor.
- Hasta el año que viene.
- Si Dios quiere.


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Manual sobre cómo detener la economía global para novatos