viernes. 29.03.2024

La OCDE sitúa el crecimiento económico de España en 2022 en el 4,7%, superior a las previsiones de cierre del Gobierno y del Banco de España. Distintas instituciones (FUNCAS, BBVA) van en esa misma dirección.

Ello infiere máximos históricos de afiliación –en serie desestacionalizada– en el mercado laboral español, según el último dato de noviembre: 20,3 millones de afiliados (fuente: @economyred).

Las tensiones inflacionistas persisten, pero han iniciado su descenso, con la excepción de los productos alimenticios

Y con un sector exterior con buenas cifras. La balanza por cuenta corriente de la economía española está en positivo; a pesar de un shock energético que ha supuesto un desembolso de más de 50 mil millones de euros. Aquí, sin duda, la fortaleza del turismo es la clave.

Todo en el marco de una deuda pública española que resiste en los mercados, sin apoyo del BCE. De hecho, el banco central ha reducido la tenencia de deuda española, pero el bono español ha aguantado el envite sin ayudas externas (fuente: elconfidencial.com).

Las tensiones inflacionistas persisten, pero han iniciado su descenso, con la excepción de los productos alimenticios (fuente: Oxford Economics, INE), como ya anunciamos en otros artículos.

Por otra parte, el almacenamiento europeo de gas se sitúa en el 94% de la capacidad en los primeros días de noviembre (fuente: BBVA Research). Esto implica que Europa en su conjunto está en posición menos negativa para encarar aumentos en el consumo durante el invierno.

Las medidas de política económica, en el entorno comunitario, dan resultados. De hecho, la Comisión Europea ha dado el visto bueno a los Presupuestos Generales del Estado de España para 2023; mientras el Fondo Monetario Internacional ha elogiado los efectos positivos de la reforma laboral.

El aval del Banco de España a las medidas de alivio del Gobierno en las hipotecas (declaraciones del Gobernador; fuente: cincodias.elpais.com): se ha alcanzado un cierto equilibrio para atajar problemas en los hogares más afectados por el alza de las hipotecas a tipo variable con, a su vez, no provocar presiones excesivas en los balances bancarios.

Bajar los impuestos no es una receta efectiva, en estos momentos, en política económica. El caso británico es elocuente; el ejemplo andaluz, también. En este último ejemplo –del primero ya hemos hablado en otros artículos–, el Observatorio Económico de Andalucía ha enfatizado que el crecimiento de los ingresos es inferior a la media autonómica, precisamente por las rebajas fiscales. La narrativa de los recortes de impuestos, como solución en política económica, no se aviene con la realidad.

La presión fiscal en España es inferior a la media europea: 39% s/PIB en 2021, frente al 42% de la Eurozona. Francia, Bélgica, Alemania, incluso Italia, tienen porcentajes más elevados, que superan el 43% (fuente: Eurostat; desagregación por tipología fiscal –IVA, IRPF, Sociedades–, con cifras españolas siempre inferiores a las medias comunitarias.Agencia Tributaria.

Los profetas del apocalipsis, en barbecho.

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