miércoles. 24.04.2024
Foto de archivo

Lo que la derecha se plantea es inscribir una nueva realidad, una en la que fofas familias representan un ideal de pulcritud blanca, patriarcal y con un regusto a mentira que echa de espaldas por cierto. Seguro que habréis visto la propaganda en la red para contrastar lo que ellos consideran ideal frente a imágenes tomadas de la realidad que consideran atentatorias. No parece que tengan en cuenta el desenmascaramiento de la forzada beatitud presentada como ideal de vida en la que se ocultan calamidades tan bien retratadas por Von Triers, Bertolucci o León de Aranoa. Ellos prefieren otras suspensiones de la incredulidad que aquellas que exige el arte cinematográfico, erre que erre, la familia y la vida en general es lo que a mí me mola. Quede dicho y marcado, inscrito con buril en plancha de bronce.

Y digo que se plantean inscribir una forzada realidad ante la constatación de que su ideal no soporta el contraste con la experiencia cotidiana. La imagen sublimada de la familia meliflua se desvanece como un azucarillo al comprobar que no existe más que en la presentación prosélita de una realidad alternativa. Si como decía el Gallo, hay gente pa tó, podríamos añadir que hay familias para todo, lo que no hay es designio, ni divino ni humano. Lo que hay es predilección por una u otra forma de entender y organizar tu familia. Pero en el Partido Popular, acompañado en las bandas por los dictados de la iglesia y las sentencias de los tribunales, tiende a acotar la realidad hasta hacerla coincidir con lo que ellos consideran lo bueno y lo deseable. Todo lo demás no son sino desviaciones pecaminosas o exentas de reconocimiento y apoyo. De modo que en sus denuedos y manipulaciones tienden a inscribir su visón del mundo como algo irrefutable, único, canónico, a imitar vamos.

La imagen sublimada de la familia meliflua se desvanece como un azucarillo al comprobar que no existe más que en la presentación prosélita de una realidad alternativa

Utilizan para ello una técnica de inscripción que ha dado resultados en determinados campos de la ciencia, particularmente en el campo de la matriculación de patentes. Consiste en dedicar los mayores esfuerzos a reunir datos dispersos e inconexos y a tratar de organizarlos de modo que de su lectura surja una realidad susceptible de ser registrada, con sus nombres, sus usos y sus canales de venta. Tal estrategia, muy habitual en los grandes laboratorios, ha sido denunciada no por práctica anticientífica, sino por suplantación, dado que en lugar de perseguir un logro innovador, lo que se persigue es afianzar una forma de garantizarse ganancias, apoyos o fondos. La ciencia se desentiende de su objetivo primero, el acercamiento a las verdades ocultas y se aplica en poner la técnica científica al servicio de una causa ajena. Al proceso de dotar de perfil serio a una realidad insustancial, se le conoce como proceso de inscripción de un nuevo objeto. 

En eso están, en reunir y reorganizar datos para construir un relato en el que la familia heteropatriarcal resulte ser la realidad luminosa frente a las monstruosidades que la oscuridad produce. Si la cosa parase ahí, ni tan mal, allá ellos con sus vicios privados, pues la familia es un hecho social ubicado en la esfera privada. Pero no, dado que su opción resulta declinante en los usos que la comunidad práctica, ellos ponen en marcha un proceso de inscripción sacralizante para que la familia sea lo que ellos han elegido. E insisto que si fuera cosa exclusiva de la familia podría tolerarse. Lo auténticamente escandaloso e intolerable es que traten de llevar el proceso de inscripción de lo que deba ser tenido por realidad al terreno de la acción pública en la reelaboración de los cuerpos de leyes y de sus modos de diseño, redacción y aceptación. 

En el Partido Popular, acompañado en las bandas por los dictados de la iglesia y las sentencias de los tribunales, tiende a acotar la realidad hasta hacerla coincidir con lo que ellos consideran lo bueno y lo deseable

Esto es lo que ocurre con el proceso de renuncia a renovar los cargos en los altos tribunales y consejos judiciales y en la interrupción de los mecanismos para su configuración legal. Se buscan datos y referencias inconexas para crear un objeto con apariencia de hecho legal que en realidad solo encubre la ambición por mantener un espacio de poder del que han sido desplazados. Se trata de inscribir un objeto llamado España o protección frente al filoterrorismo o cualquier otra sandez, para ubicar como una realidad indiscutible su forma de ver lo social, sabiendo que pierden adeptos a chorros.

España, el terrorismo, la constitución o la democracia, les importa una mierda. En lo único que tienen un interés irrenunciable es en mantener una forma de entender la vida que les permita elegir el modo de imponerla. Ahora es la fórmula legal, la lawfare que han puesto en marcha con el desacato a renovar órganos judiciales, pero tan sólo es una forma de calentamiento para estilos más agresivos de imponer y perpetuar su voluntad.

Dice el presidente de Finlandia que la forma de responder a Putin es la contundencia, habría que tenerlo en cuenta para atajar otros atentados a la dignidad de las personas. 

Inscribir una nueva realidad