lunes. 29.04.2024
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Feijóo durante el debate de su investidura en el Congreso. (Foto: Congreso de los Diputados)

Le he escrito a mi primo, el de Santiago. Para ver qué hacemos con el rapaz que nos mandaron y para decirle que no hacemos carrera con él. Le he escrito a él porque es catedrático. Como el primo de Rajoy. Pero mi primo es un hombre inteligente. No como Mariano. Y ayuda que yo también soy un hombre inteligente. Bastante. Aunque no sea catedrático. Pese a que me esté mal decirlo, porque nadie lo dice. Me refiero a inteligente, no a lo de catedrático. Desde luego cuando corro, corro. Y cuando ando, ando. Aunque intento no correr, salvo casos de auténtica necesidad. Y luego yo no digo caralladas como Mariano. De esas que avergüenzan a todos, incluido su primo y toda su familia. Seguro que el primo de Rajoy, cuando le oyó que le mentaba pensó “¡adiós! ¡tierra trágame!”. De hecho no han vuelto a juntarse ni por Navidad no vaya a ser que se le escape algo y vaya Mariano y se lo publique en el Marca. O cualquier sitio peor.

Yo le escribo que nuestro paisano Alberto está muy desmejorado, que casi es otro hombre. Que no se le reconoce. Que le ha crecido una nariz enorme que dicen que es por mentir. Pero yo creo que es para mejor esconderse. También pudiera ser que le haya crecido porque lleva diez meses que recibe y recibe y no para de recibir. Pobriño. A lo mejor es por los golpes. Él que estaba acostumbrado a ganar y ganar y ha sido venirse a Madrid y perder y perder y volver a perder. Claro que no es lo mismo la política en Galicia que en Madrid. Allá un par de caciques te mueven el voto. Aquí es una legión y ni siquiera se les conoce. Son Bancos, Fondos, Corporaciones…Son inhumanos. Ni siquiera tienen cara.

Y allá a lo lejos detrás de la inmensa porra le han quedado unos ojillos como de topo. Como si no quisiera ver mucho para adelante. Como si no quisiera ver lo que se le viene encima. Imagínate cuatro años perdiendo el tiempo y haciéndonoslo perder a todos y cabreando a todo bicho viviente. Para nada. Y para volver a lo mismo dentro de cuatro años.

Y luego está lo anímico. Ya empieza a recordarme a Mariano. Ya sabemos que para gobernar el PP, aparte de lo de los idiomas,  que no le ha dado tiempo por culpa de Sánchez, no hace falta saber aritmética, ni geografía, ni literatura, ni saber quien es el Boss ni haber leído a Machado… Pero hombre si sabes que no sabes, no te expongas Alberto. Digo yo.

Claro que esto se veía venir. Estaba escrito y no hace falta ser muy listo. Que la cosa iba para abajo y más que para abajo: Fraga/ Hernández Mancha/ Aznar/ Rajoy/Casado. Uno no puede ponerse en esa cola. Hay que esperar a que se escaralle para poder enderezar algo la cosa. Ahora le dicen resetear.

Yo le digo a mi primo: oye y Rueda no podría recogerlo allá. No es que se vaya a ir para dejarle el puesto. Que eso yo ya sé que no es posible, que no lo va a hacer. A Rey muerto, Rey puesto. Que le acomode. Siempre habrá algún puesto con buen sueldo y poco trabajo para retirarse. Eso siempre que esté de acuerdo en no llevarse para allá a ninguno de los que le rodean. Como se empeñe en llevarse a la Cuca esa o al Bendodo do demo, ¡no hay trato!. Que es muy fuerte y son capaces de romper Galicia. Bastante tuvimos con la sequía que provocaron los conjuros, maldiciones e insultos de la Ayuso cuando se enteró que tras hacer el trabajito sucio de cargarse al Casado, va y se aprovecha otro. “Frijolito”, creo que le llamaba. ¡Que culpa tendrá Galicia en eso! Claro que esa mujer a mí no me engaña. Es mala, muy mala… Mala de solemnidad. Para mí, y en cosas de meigas no me engaño, que es una bruja fea, vieja y mala reencarnada en una buena carrocería, sí… Pero hay veces en que los adentros se manifiestan por los afueras y entonces… da miedo. ¡Mucho miedo!

Al rapaz le han engañado. Le hicieron creer que en las municipales/autonómicas se le votaba a él y ganaron de narices. Y se creció un palmo, por lo menos. Pero era mentira. No se le votaba a él. Y luego la crueldad de que cuando va y se le tiene que votar a él, no se le vota lo bastante y ahí lo dejan colgado y bamboleándose en el precipicio. No es justo. Y luego va a la investidura y le dicen que nones. Que no le quiere nadie. Y luego se presenta el otro y le votan hasta los que tendrían que haberle votado a él. Eso no se hace. No es humano. Otro se hubiera vuelto loco, pero el neniño ya derrotado va y le dice, oye sin orujo encima ni nada, “Pedro esto es un error, te estás equivocando”. No seas parvo. Cállate y no digas nada. Incluso no le des la mano. Tienes la excusa de que siendo un perro te podría morder. No sé si me explico. Sería un chiste como los de la Ayuso: morder y Perro Sánchez, el “hijoputa”. Claro que esto no es suyo. Buenos maestros tuvo. La Ayuso lo aprendió de su maestra, la Espe, que llamaba así a Gallardón y no por su nombre. Que por cierto también se llamaba Alberto. ¡Qué mal resultado nos están dando los Albertos!

Yo de conocerle, se lo habría dicho directamente: cuando estás en la lona con la boca reventá, los ojos en sangre y la nariz colorá en el cogote, no seas lerdo. No pidas prórroga ni la revancha, que no te van a hacer caso pero y si sí. Y si sí, y te vuelven a zurrar. ¿No has tenido bastante, criatura?

Me ha llegado de Santiago un sobre franqueado (¡con perdón!). Mi primo me dice que él solo trabaja muy cerca de las oficinas de la Xunta pero que se ha acercado a preguntar y le han dicho que de lo de volver “depende”, o sea que para él que no lo quieren por allí. Y cuando ya se iba el ordenanza le ha dicho que, a fin de cuentas, Alberto gallego, gallego, lo que se dice gallego no es. Que siempre estudió en León.

¡Cuatro años al rincón de pensar!