martes. 16.04.2024

El grito unánime de la bancada del Partido Popular respondiendo toscamente con un irracional ¡Síííí! a la pregunta retórica del presidente del Gobierno, dirigida a la portavoz del PP, sobre si seguiría afirmando que Zapatero traicionó a los muertos de ETA, podría traducirse en un desesperado lema de campaña: ¡ETA, resucita, el PP te necesita!

Y no deja de ser lamentable que, doce años después de la disolución de la banda terrorista, el Partido Popular todavía la necesite tan desesperadamente como para convertirla, de manera incongruente, en uno de los ejes centrales de su campaña electoral.

Da lo mismo la Historia. Importa poco que todos los Gobiernos de la Democracia hayan hecho esfuerzos para abrir vías de diálogo con el objeto de convencer a los terroristas de que por el camino de la muerte no se logra ningún éxito en una sociedad democrática. Da lo mismo el dolor de las víctimas y de sus familias, cada vez que se hurga en la herida con el objeto de rascar unos votos.

Ese Aznar que sigue ahí detrás, alimentando el recuerdo del pasado, el odio del presente y la demagogia de siempre

Se olvida la condescendiente concesión de Aznar, cuando creía que su negociación podría tener éxito, denominando a la banda terrorista “Movimiento Vasco de Liberación”. Ese Aznar que sigue ahí detrás, alimentando el recuerdo del pasado, el odio del presente y la demagogia de siempre, con el único objetivo de ganar a toda costa unas elecciones, para que los suyos sigan defendiendo los intereses de siempre: los de quienes ansían heredar privadamente los logros del Estado del Bienestar, pero cobrándolos y haciendo negocio con ellos.

Ni siquiera se avergüenzan -ya que hablamos de Aznar- de que su partido ya intentara en 2004 hacer trampas con el atentado más masivo sufrido por nuestra ciudadanía, porque lo que le interesaba era ganar aquellas elecciones, aunque fuera a costa de mentir, de abusar de la buena fe de la gente, y del uso malversado de los medios del Estado.

Se olvidan de todas las veces que el PP ha pactado con la izquierda abertzale cada vez que los llaman terroristas. O, lo que es peor, no se olvidan, pero hacen como si eso nunca hubiera insistido. Y Núñez Feijóo que, seguro que ni siquiera se ha leído el texto del Pacto de Madrid, y el subsiguiente de Ajuria Enea, y que no tiene en cuenta que su partido firmó en esos pactos el llamamiento a abandonar la violencia y a tomar el camino de defender las ideas en el espacio de la pacífica vía parlamentaria.

Todas esas connotaciones le dan un sesgo impúdico, irrespetuoso y hasta sanguinario, al esfuerzo desesperado del Partido Popular por arañar votos

Y se olvidan de que, desde 2011, por mor de una sentencia del Tribunal Constitucional, Bildu es una fuerza política legal, y por tanto democrática, que ha gobernado y gobierna en ayuntamientos y en una Comunidad Autónoma, siguiendo estrictamente los principios democráticos.

Todas esas connotaciones le dan un sesgo impúdico, irrespetuoso y hasta sanguinario, al esfuerzo desesperado del Partido Popular por arañar votos, revolviendo las peores entrañas de los españoles y falseando y retorciendo la realidad hasta torturarla.

Y eso, señor Feijóo, es juego sucio y peligroso, porque lo que fabrica es una España falsa, cimentada en el resentimiento, en la división y en el odio. Cuando la obligación de cualquier partido democrático es justo la contrario: trabajar por el logro de la paz social, por favorecer la convivencia. Y, en este caso, esforzarse por que las víctimas mismas del terrorismo encuentren -frente a su situación irremediable- al menos el consuelo de que lo que ellas sufrieron no se repetirá más, y no lo tendrán que sufrir ni otros ciudadanos ni otras familias. Todo gracias al bálsamo de la convivencia en democracia.

¡ETA: Resucita...!