viernes. 26.04.2024
Foto de archivo

Comienzo a escribir este artículo, justo cuando se acaba de hacer público que la reunión que hoy han mantenido responsables de la Consejería de Sanidad con el comité de huelga (representando a los médicos de familia y pediatras de Atención Primaria) ha concluido sin acuerdo, y en consecuencia mañana se vuelve a la situación de huelga indefinida de estos profesionales que, además de sus lícitas reivindicaciones laborales, están denunciando que no pueden realizar en condiciones aceptables su trabajo como facultativos, lo que implica un deterioro en la calidad de la asistencia prestada. 

No me ha causado extrañeza alguna la falta de acuerdo en la citada reunión, pues creo que el dúo Ayuso-Lasquetty no tiene interés alguno en mejorar la situación de la Atención Primaria y de la sanidad pública madrileña en su conjunto.

El actual Consejero de Hacienda, que tuvo que presentar su dimisión como Consejero de Sanidad en el gobierno presidido por Ignacio González en enero de 2014, a consecuencia del enorme rechazo que los ciudadanos y los profesionales manifestaron en las calles (mareas blancas) a su plan privatizador, es hoy uno de los personajes que dificultan más que puedan encontrarse vías de solución a los conflictos existentes.

El demoledor escenario actual que presenta la sanidad madrileña no ha surgido de manera espontanea e inesperada

 El más grave de ellos hoy, es sin duda, la persistencia de la huelga por la negativa del gobierno Ayuso de atender las justas reivindicaciones de los profesionales que la secundan, pero hay otros también muy graves como por ejemplo la persistencia de cierre de varios centros y servicios de la urgencia extrahospitalaria y la reapertura sin suficiente personal de los otros. 

 En el ámbito hospitalario el colapso de los servicios de urgencia en bastantes hospitales de la Comunidad con pacientes permaneciendo en ellos en condiciones muy lamentables, es otro problema grave que tampoco parece importar mucho a la Presidenta Ayuso y su gobierno, que siguen enterrando cientos de millones de euros en el hospital Zendal, que día sí y día también, presenta unos niveles de actividad ínfimos lo que supone un grado superlativo de despilfarro y mal uso de dinero público. 

Hagamos un breve repaso histórico. El demoledor escenario actual que presenta la sanidad madrileña no ha surgido de manera espontanea e inesperada, sino que es la consecuencia de la política sanitaria llevada a cabo por los sucesivos gobiernos del Partido Popular en la Comunidad de Madrid; una política sanitaria que, tenía y tiene como objetivo el desarrollo de una sanidad dual, donde el sector privado tenga un protagonismo relevante y los centros públicos acomoden sus recursos de forma que no pongan en peligro los enormes beneficios de las empresas privadas sanitarias.

El objetivo es que los centros públicos acomoden sus recursos de forma que no pongan en peligro los enormes beneficios de las empresas privadas sanitarias

La llegada de la pandemia puso de manifiesto la extrema debilidad del sistema sanitario público madrileño, que tenía su origen en los brutales recortes llevados a cabo en los años anteriores. Incluso en esa gravísima situación la política sanitaria del gobierno Ayuso estuvo más dedicada a poner en marcha procesos de dudosa efectividad que beneficiaban a empresas del sector privado, que a garantizar la mejor atención sanitaria posible a las personas que lo necesitasen.

Lo ocurrido en las Residencias de mayores con la aplicación de los protocolos de la vergüenza, que propiciaron que miles de ancianos muriesen sin recibir la atención médica a que tenían derecho, fue una muestra clara de la forma de actuar del gobierno del Partido Popular en la Comunidad de Madrid. Me parece inaudito que esa actuación de los responsables sanitarios del gobierno Ayuso no se haya sustanciado aún con la presencia de algunos de ellos ante los Tribunales de Justicia.

Hoy, superada en principio la pandemia, la situación de la Sanidad Madrileña no ha mejorado en absoluto sino que incluso el deterioro se ha hecho aún más evidente. El cierre durante más de dos años de los servicios de urgencia extrahospitalarios, la reapertura reciente de algunos de ellos en condiciones lamentables, con falta de médico en bastantes casos, en otros sin personal de enfermería, supone que muchos ciudadanos de las zonas rurales puedan encontrarse en una situación donde necesitando con premura una atención sanitaria no la puedan recibir por falta del profesional cualificado para darla, con el consiguiente peligro para la restauración de su salud. 

Los Centros de Salud, con sus plantillas sin cubrir en muchos de ellos y con una sobrecarga asistencial extrema, particularmente en los distritos más vulnerables de la capital y en las ciudades del cinturón sur, no pueden aguantar más.

Los Centros de Salud, con sus plantillas sin cubrir en muchos de ellos y con una sobrecarga asistencial extrema, no pueden aguantar más

Después de más de dos décadas en las que la sanidad pública madrileña ha ido sufriendo un deterioro intenso y continuado, que en la actualidad se manifiesta de manera descarnada en la situación de derrumbe total de la Atención Primaria, en mi opinión se hace imperativo y urgente que la sociedad madrileña responda de manera contundente y organizada para poner fin a esta destrucción programada del sistema sanitario público de nuestra Comunidad Autónoma.

Una parte importante de la sociedad ya se ha sentido interpelada, ha comenzado a percibir la gravedad de la situación, ha sentido en carne propia no tener médico de familia asignado (más de medio millón de personas), no tener pediatra de Atención Primaria en sus Centros de Salud, ha visto como no se cubrían las vacantes de médico que se producían, ni tampoco en la mayoría de casos las bajas por enfermedad de los facultativos, ha sentido con preocupación cómo las demoras para ser visto por su médico crecían de forma importante, y en consecuencia ha constatado la absoluta necesidad de movilizarse en defensa de su derecho a la salud y a una asistencia de calidad prestada por el servicio sanitario público.

Se hace imperativo y urgente que la sociedad madrileña responda de manera contundente para poner fin a esta destrucción programada

Así muchos barrios de la capital y ciudadanos de ciudades y pueblos de la Comunidad, se han organizado a través de plataformas, movimientos vecinales y asociaciones diversas, y en defensa de su sistema sanitario público han llevado a cabo concentraciones y manifestaciones en muchos de esos lugares. 

La histórica manifestación del pasado 13 de noviembre, que llenó las calles de Madrid con cientos de miles de ciudadanos en ellas, mostró el camino a seguir para impedir que el Partido Popular y su gobierno destruya definitivamente la Atención Primaria y el sistema sanitario público madrileño en su conjunto.

 En este escenario, se hace necesario interpelar también al resto de profesionales y trabajadores de la sanidad pública madrileña, toda vez que el conflicto actual en la Atención Primaria no les puede ser ajeno. El maltrato y la soberbia con que el Gobierno autonómico trata hoy a los médicos en huelga, puede repetirse con los profesionales del ámbito hospitalario ante cualquier conflicto.

 Las sociedades científicas y entidades corporativas que representan a muchos de estos profesionales, es necesario levanten sus autorizadas voces para exigir con contundencia y firmeza se comiencen a abordar con urgencia los graves problemas existentes en el sistema sanitario público madrileño, pilar esencial del estado de bienestar y elemento  clave en el mantenimiento de la cohesión social.

La histórica manifestación del pasado 13 de noviembre, que llenó las calles de Madrid, mostró el camino a seguir

Si podemos convenir que el malestar es hoy un hecho en la mayoría de los profesionales y trabajadores sanitarios madrileños, tal y como muchos de ellos manifiestan cuando se habla con ellos, se hace necesario también interpelar al conjunto de organizaciones sindicales del sector, que no pueden sentirse ajenos a ningún conflicto serio que se produzca en la sanidad pública madrileña

Los partidos políticos de la izquierda madrileña, hoy en la oposición, defensores todos de un sistema sanitario público potente, deben mostrar ante la ciudadanía que otra forma de hacer política sanitaria es posible, y la mejor manera de hacerlo es presentar propuestas y medidas concretas encaminadas a parar la deriva peligrosa que hoy tiene la sanidad madrileña.

La Atención Primaria madrileña no aguanta más, su caída producirá efectos muy negativos en los centros hospitalarios y todo el sistema corre serio peligro.

Huir de intereses particulares, de tacticismos interesados, de protagonismos absurdos, eliminar desencuentros antes establecidos, se hace ahora imprescindible. Hoy, desde la unidad, es una obligación cívica plantar cara a quienes quieren demoler la sanidad pública madrileña. 

Llegó la hora.

Llegó la hora de una respuesta contundente