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Mientras el presidente argentino, Javier Milei, se hacía selfies con Donald Trump en la Conferencia de la Acción Política Conservadora (CPAC) que tuvo lugar en Washington, en la Argentina comenzaba a circular la noticia que daba cuenta de la posibilidad de un juicio político o por insania en su contra. “Tiene las facultades mentales alteradas; habría que hacerle una pericia psicológica”, decía el ex presidente del bloque de senadores de Unión por la Patria (UxP), José Mayans, coincidiendo con lo que durante la campaña electoral había señalado el ex candidato de ese mismo espacio político, Sergio Mazza.
Claro que a estas alturas del experimento que La Libertad Avanza lleva adelante en el país, no es sólo el sector de la política el que considera que Milei no está en su sano juicio. En este sentido ya se han pronunciado representantes de la cultura y de otras áreas específicas que han sido atacadas mediante insultos y amenazas por parte del primer mandatario que, del mismo modo que lo hicieran los tristemente célebres dictadores de la historia, pretende gobernar de espaldas a la Constitución.
Por su parte, el ex titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, manifestó que es plausible el inicio de un proceso de juicio político por insanía en caso de “riesgo institucional en la República”. "Es un proceso de asombro cotidiano con las actitudes, definiciones y bravuconadas de Milei, la ausencia de criterio institucional. El Estado es una organización consagrada en la misma Constitución, desconocerla y desacreditar esas herramientas es quedarse en el personaje", sostuvo el dirigente agropecuario, quien agregó que "desde que asumió Milei tenemos 2.000 nuevos pobres por hora. Hay mucha gente en riesgo".
A su regreso de los Estados Unidos, en donde al igual que un adolescente mostró su fanatismo por el magnate al que emula en su misoginia, en su desprecio por los pobres y en sus insultos hacia todo lo que provenga del socialismo, Milei se enfrascó en una nueva disputa; aunque es vez la dimensión de la misma puede arrastrarlo a un abrupto final de su mandato. Ignorando las reglas de juego de la Constitución Argentina, el ultra libertario le ha declarado la guerra a los gobernadores, poniendo en la cuerda floja su continuidad al frente de la presidencia.
El nuevo enemigo de Milei es el país entero representado por sus gobernadores
El nuevo enemigo de Milei es el país entero, representado por sus gobernadores, a quienes chicaneó del mismo modo que lo haría un niño arrogante, presumiendo de su participación en la cumbre con Trump. “Vengo de jugar en las grandes ligas”, dijo en referencia a su lamentable paso por el escenario de la Cumbre Conservadora, en la que –también al igual que un niño arrogante- no hizo más que certificar la alteración de sus capacidades mentales, exponiendo una situación social global que solo cabe en su trastocada imaginación.
Hasta el núcleo más reducido de Milei podría entender que su partido, La Libertad Avanza, cuenta con apenas 38 diputados de 257, y 7 senadores de 72. Lo que significa que está muy lejos del tercio necesario para protegerse de un juicio político que, a estas horas, ya ha dejado de ser un simple rumor.
