lunes. 29.04.2024
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El Socialista publicó la carta en su número 8060 de 15 de febrero de 1936.

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@Montagut5 |

En febrero de 1936 se produjo un hecho protagonizado por los huérfanos del Orfelinato de Oviedo, en plena efervescencia política y electoral, que movilizó al grupo femenino socialista bilbaíno, el Círculo Femenino de Bilbao. Dicho Círculo había sido creado en marzo de 1934 con un manifiesto publicado en La Lucha de Clases, que definía el grupo como una organización autónoma, feminista y radical, bajo influencia marxista y socialista. Pero otras fuentes nos hablan del 1935 como el fundacional.

El grupo se mantuvo hasta el estallido de la guerra civil, momento en el que, al parecer, Astrea Barrios y otras integrantes se integrarían en el AMA (Agrupación de Mujeres Antifascistas). Astrea había sido una de las fundadoras del Círculo, y presidenta en los momentos previos a la sublevación de 1936. Fue una verdadera protagonista de la historia del feminismo y del movimiento obrero en Euskadi.

Pues bien, el hecho en sí fue que los huérfanos se rebelaron en el establecimiento asturiano en el que se encontraban internados contra las encargadas de su custodia, levantaron los puños y cantaron “La Internacional”. La prensa explicó que se castigaría a los muchachos por su indisciplina.

Enterado el Círculo de esta noticia se dirigió al presidente de la República (firmaban el escrito la vicesecretaria Consuelo Montes, y la presidenta Concha García), explicando que no pensaba que se iba a producir tal castigo sobre unos niños que habían sufrido tanto, es decir, la pérdida de sus padres, y que vivían en un centro oficial donde faltaba el “cariño de un hogar verdadero”. Pero, el Círculo aprovechaba para hacer una cierta crítica al poder, ya que en la carta se afirmaba que, si esos niños hubieran sido acogidos por familias obreras y sin hijos, como habían solicitado, la vida para ellos hubiera sido más feliz y con un mejor porvenir que en un centro donde vivían encarcelados.

Por eso, las mujeres del Círculo solicitaban que pudieran retirar a todos los huérfanos para colocarlos en Vizcaya en casas de matrimonios sin hijos que se comprometiesen a adoptarlos, y donde los niños no tuviesen que guardar disciplinas propias de cuarteles. Querían dar la seguridad al presidente de la República de que, si en ese momento cantaban “La Internacional” con ánimo de rebeldía, en el futuro, gozando de una vida mejor, siendo mimados y queridos, verían con amor a la sociedad, esa que tanto daño les había causado.

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El Socialista publicó la carta en su número 8060 de 15 de febrero de 1936.

No sabemos si las socialistas vascas consiguieron su objetivo, pero en nuestras investigaciones sobre el Círculo hemos encontrado que acogieron a un grupo de huérfanos de los revolucionarios asturianos de 1934; podrían haber sido los que se habían “amotinado” en el Orfelinato asturiano al son del himno obrero.

Hemos consultado: Astrea Barrios (red, pdf); Granja Astrea (1937-1939) del Portal Libertario OACA (red); Euzkadi Roja, Feminismo y Socialismo por Lola Lóbula, documentadísimo artículo en la red sobre Astrea Barrios; Rosa Mª Capel, “Mujer y Socialismo (1848-1939)”, en Pasado y Memoria. Revista de Historia Contemporánea, 7, (2008), págs. 101-122; y María Ascensión Martínez, Forum Feminista María de Maeztu. Vitoria-Gasteiz, 2007. Por su parte, el Archivo de la Fundación Pablo Iglesias cuenta con algún documento de este Grupo (AH-2-33). También hay que acudir al Diccionario Biográfico del Socialismo Español para profundizar sobre Astrea Barrios.

Las socialistas bilbaínas y la rebelión de los huérfanos en febrero de 1936