domingo. 28.04.2024
 

Carlos Valades | @carlosvalades

En el libro “Queridísima mamá” Christine Crawford, hija adoptiva de la actriz Joan Crawford, cuenta con pelos y señales el infierno que pasó en los años de infancia y juventud junto a sus tres hermanos adoptivos debido al carácter errático y al exceso de ego de su madre. La adaptación cinematográfica fue destrozada por la crítica siendo merecedora de varios razzies en el año 82, entre ellos el de Peor Película, Peor Actriz (Faye Dunaway), Peor Actor Secundario, Peor Actriz Secundaria y Peor guion. Reconozco mi debilidad por la escena de las perchas. Hasta aquí nada que llame la atención. Pero ese funesto biopic pone de relieve un tabú: la infelicidad a consecuencia de la maternidad.

Y ese es uno de los temas que trata “Nuestros actos ocultos”. Porque son muchas las historias en las que los hijos leen la cartilla a los padres, desde Kafka a Knausgard. Pero no es tan frecuente que una madre se arrepienta de haber dado a luz y lo manifieste públicamente. La idealización, unida a la presión social y la falta de políticas conciliadoras hacen que muchas mujeres, tiempo después, renieguen en silencio de su decisión de parir. Madres coraje que no quieren a sus hijos.

Perotti compone un drama donde los personajes están castrados emocionalmente y donde la maternidad y la salud mental determinan la atracción y la repulsión entre ellos

Lautaro Perotti une de nuevo a la fantástica dupla que nos maravilló en “La mesías” y extiende la relación madre-hija entre Carmen Machi y Macarena García. La acción transcurre principalmente en un no lugar, una carretera secundaria alejada de todo y de todos. Un coche averiado en mitad del escenario, un Seat Panda azul cuya insólita presencia le convierte en un personaje más. Una serie de proyecciones en el pavimento de la carretera nos indican los diferentes momentos temporales necesarios para ubicar el desarrollo de la trama. Poco a poco, como en una sucesión de matrioskas, vamos entendiendo lo que ocurre. Cada flashback desenrolla lo justo la madeja para mantener la atención del espectador, que aún no sabe con certeza lo que está pasando ni la relación entre los tres personajes de la obra. Y aquí el director maneja con mucha precisión los tiempos para que todo se cueza a fuego lento, llevándonos de la mano de un espacio pretérito a otro. Carmen Machi, que ya trabajó con Perotti en “Cronología de las bestias”, hace un trabajo espectacular. Una actriz en estado de gracia que irradia naturalidad, con una vis cómica de serie que muda a voluntad en cuestión de segundos. Sus cambios de registro logran que se nos encoja el corazón o nos desternillemos. Y todo en unas pocas frases. Un privilegio poder disfrutar de su interpretación.

Una actriz, Carmen Machi, en estado de gracia que irradia naturalidad, con una vis cómica de serie que muda a voluntad en cuestión de segundos

Macarena García continúa la estela del papel que ya interpretó en la serie de los Javis y construye a Elena, un personaje lleno de contradicciones, enfrentada a su madre y que debe tomar decisiones al límite. Santi Marín da vida a Patri, el tercer personaje de la obra, piedra angular de la relación entre Macarena García y la Machi, puente entre madre e hija. Su interpretación pone el toque dulce, humano y empático a la amarga relación maternofilial.

Con influencias lorquianas, Perotti compone un drama donde los personajes están castrados emocionalmente y donde la maternidad y la salud mental determinan la atracción y la repulsión entre ellos. Con el cartel de todo vendido solo puedo pensar en lo afortunados que son aquellos que sacaron entrada.

Nuestros actos ocultos: triángulo de amor bizarro