lunes. 29.04.2024
El fantasma de la opera (3)

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Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

Después de convertirse en uno de los fenómenos musicales de la temporada en Madrid, El Fantasma de la Ópera amplía su estancia en el UMusic Hotel Teatro Albéniz hasta el próximo mes de abril. Una ocasión de lujo para acercarnos a uno de los musicales más famosos de la historia, con más de 160 millones de espectadores en todo el mundo.

No hace falta demasiada presentación, pero para los más despistados, aclarar que El Fantasma de la Ópera, acertada adaptación de la novela homónima de Gaston Leroux con partitura de Andrew Lloyd Webber y letras de Charles Hart y Richard Stilgoe, fue estrenada en el Her Majesty's Theatre de Londres en 1986. Desde sus primeras funciones conquistó a público y crítica esta emblemática historia en torno a una joven soprano de la Ópera Populaire de París (Christine Daaé) que se convierte en la obsesión de un misterioso compositor enmascarado que vive oculto en el teatro. Punto de partida para una icónica historia de amor y celos y cuyo imaginario pop (máscaras de teatro, góndolas, rosas rojas) está fuertemente arraigado en nuestra cultura audiovisual.

La versión que puede verse actualmente en el UMusic Hotel Teatro Albéniz es una cuidada producción que cuenta con el visto bueno del propio Andrew Lloyd Webber, que no dudó en arropar el estreno en Madrid. Algo que no es de extrañar, ya que nos encontramos ante una adaptación extremadamente cuidada y fiel a la original, que en el recién inaugurado Teatro Albéniz brilla de manera especial, ya que puede sacar todo su potencial escénico y técnico. En este sentido, la escenografía de Federico Bellone es un ejemplo de inteligencia y de cómo aprovechar el potencial de la caja escénica de un teatro, utilizando hasta el último centímetro en todo un ejercicio de creatividad. Así, en esta versión de El Fantasma de la Ópera nos encontramos con un escenario que va rotando y que juega muy bien con todos sus momentos narrativos, destacando el uso de la emblemática lámpara de araña con la que se inicia la obra, y que al subirse nos lleva hasta su famoso flashback, o la tenebrosa góndola en la que Christine es llevada hasta las catacumbas de París por el Fantasma mientras suena "The Music of the Night".

El fantasma de la opera (4)

Federico Bellone exprime todo el potencial del teatro y crea numerosos y sofisticados efectos especiales que en más de una ocasión dejan a los espectadores con la boca abierta. Es imposible imaginar este tipo de producción en otro tipo de teatro, ya no solo por los cientos de kilos que deben soportar las bambalinas, sino porque requiere de un espacio tecnológicamente avanzado. Es necesario reconocer que, a nivel escénico, estamos ante una de las obras más impactantes que pueden verse en cartelera. El diseño de iluminación de Valerio Tiberi se muestra fundamental para una obra que rompe constantemente con la cuarta pared y que escenográficamente no para de rotar y ofrecer nuevos rumbos.

Destaca también la coreografía dirigida por Guillian Bruce, la adaptación del guion y las letras que ha realizado Silvia Montesinos (también ayudante de dirección), que da como resultado una obra ágil y con algunos interesantes cambios estéticos y argumentales, con un Fantasma mucho más humano que no da tanto miedo y que en el fondo solo quiere ser amado.

No obstante, si hablamos de El Fantasma de la Ópera, lo primero que nos viene a la cabeza son sus famosas melodías y canciones, con un Andrew Lloyd Webber en estado de gracia que recogió la experiencia de trabajos anteriores como "Jesucristo Superstar", "Evita" o "Cats" para crear una de sus partituras más ambiciosas, con un libreto escrito junto a Richard Stilgoe que no solo apuesta por el musical clásico, sino que en ocasiones se entremezcla con la lírica, como puede verse en distintos momentos de la obra cuando son interpretadas óperas ficticias como "Hannibal" o "Il Muto". Esto da como resultado un musical complejo que requiere de unos cantantes que sepan moverse bien en ambos registros y con una partitura que homenajea claramente a autores como Puccini, Gilbert o Benjamin Britten.

Aunque el reparto principal está encabezado por Gerónimo Rauch en el papel de Fantasma y Talia del Val en el papel de Christine, en la función que yo pude ver, estos papeles fueron representados por Manu Pilas y Judith Tobella. Actores que defendieron muy bien sus papeles y que, en lo musical, demostraron interesantes registros, aunque Judith necesitó algo de tiempo para calentar la voz y se mostró en los primeros compases algo titubeante, brillando mucho más en la segunda parte de la función. En definitiva, un reparto muy amplio que está bien preparado y en el que me gustaría destacar, por citar solo a algunos, a Guido Balzaretti en el papel del seductor vizconde de Chagny y María Pineda como Carlotta.

El fantasma de la opera (1)

La dirección musical de Julio Award se muestra correcta en todo momento, más brillante en sus momentos de puro musical que cuando tocan los momentos más operísticos. Punto en el que hay que recordar que Andrew Lloyd Webber es un gran compositor de musical y de ópera rock, pero no tanto de ópera, especialmente en lo relativo a tesituras tonales y coloraturas. No es la primera vez que observo al escuchar este musical que la orquesta no sabe bien adaptarse y acaba tapando las voces en sus momentos más líricos. Y son precisamente algunos de estos momentos los que se notan menos fluidos en el musical, y en los que el reparto parece sentirse algo incómodo. A pesar de ello, hay que reconocer que números como "Carnaval" o "Angel of Music" están muy bien resueltos y pocas pegas se les puede poner. Para el que suscribe, habría sido interesante la inclusión de sobretítulos durante el espectáculo, como se hace de manera habitual en la zarzuela y en la ópera, ya que debido a su tono lírico hay ciertas escenas que cuesta seguir el ritmo argumental.

Con sus luces y sombras, esta versión de El Fantasma de la Ópera es un espectáculo que no tiene nada que envidiar a Broadway y que coloca a Madrid en un punto muy alto de la cultura. Impresionante en su puesta en escena, esta obra de Andrew Lloyd Webber contiene momentos de una belleza y fuerza que simplemente dejarán impactado a cualquier amante de los musicales.

El Fantasma de la Ópera puede verse en el UMusic Hotel Teatro Albéniz hasta el 28 de abril.

'El fantasma de la ópera' deslumbra en Madrid