sábado. 27.04.2024
2075_cortometraje

Desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal factor del cambio climático, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. La quema de combustibles fósiles genera emisiones de gases de efecto invernadero que actúan como una manta que envuelve a la Tierra, atrapando el calor del sol y elevando las temperaturas.

Este escenario -catastrófico a estas alturas- ha sido revisado por el Séptimo Arte, tanto en formato documental como en ficciones que intentan concientizar respecto de una realidad que nos atañe a todos.  En “Una Verdad Incómoda”, estrenada en el Festival de Cine de Sundance en 2006, el ex vicepresidente norteamericano Al Gore alertaba al espectador respecto de la emergencia planetaria derivada de la actividad humana, describiendo las consecuencias que el cambio climático global produciría en este futuro que ya ha llegado.

Más recientemente, el cortometraje '2075', proyectado en el V Festival del Castillo de Jaraba, Zaragoza, propone una mirada poética acerca de esta misma problemática. Visualmente imponente, la película dirigida por el argentino radicado en Málaga, Leonardo Uhlenburg, abre un interrogante que parece reiterarse en cada fotograma. ¿Cómo vamos a prepararnos como sociedad ante tamaña realidad? “Mi intención desde el principio era crear un pieza estética, donde cada escena fuera como un cuadro, una pintura. La imagen debía contar la historia, aun sin la narración”, sostiene Uhlenburg, que para el  rodaje de “2075” ha elegido diversos puntos de la geografía andaluza, afectados por sequías e incendios. “Fue uno de los rodajes más duros en los que he estado. Primero porque tenía que estar en varios asuntos al mismo tiempo. Al ser un equipo tan reducido, mi responsabilidad no era solo sólo la de dirigir; llevaba la parte de producción, la parte técnica, operar la cámara y dirigir”.

El cortometraje, que ya ha sido exhibido en festivales de cine de España, Marruecos, Argentina e India, reflexiona sobre esta problemática utilizando recursos estéticos y visuales cuya originalidad se aprecian desde el primer fotograma. Párrafo aparte merece la elección de una lengua inexistente para la narración en off que acompaña cada secuencia. “Se me ocurrió que podría ser interesante que la locución fuera en un idioma inventado para reforzar el mensaje global y que no se identifique o señale a una cultura, etnia o población en concreto. Así cualquiera que lo vea puede empatizar con el mensaje. Luego de pensar cómo hacerlo, decidí  traducir el corto a un idioma poco conocido. Finalmente di con el idioma Igbo (La lengua igbo o ibo pertenece al grupo kwa de la familia congo-kordofán). Modifiqué palabra por palabra para que fonéticamente se pueda locutar”, relata Uhlenburg.

cortometraje_2075

Con estos artilugios estilísticos el cortometraje “2075” iba a convertirse en una pieza merecedora de los lauros que ya ha recogido en los diversos certámenes en los que ha sido proyectado. Sin embargo iban a surgir nuevas ideas para terminar de darle una forma  definitiva. “Había quedado muy raro el texto. Así que luego de darle varias vueltas, decidí probar la locución con Inteligencia Artificial. Los nuevos software realizan locuciones a múltiples lenguas. Cargue el guion modificado con el nuevo idioma y comencé a probar diferentes locutores. Finalmente di con una locución en idioma de Azerbaiyán, y se creó la magia; cuadraba perfecto. Era una locución en un idioma que no existe, con acento de Azerbaiyán que parece nativo. Y así nace el idioma que he bautizado como Burgibo”.  

Protagonizado por la actriz y modelo Claudia Gonzáles, “2075” ha sido proyectado en ocho festivales de cine y ha obtenido dos premios y una mención especial del jurado.   

‘2075’, el futuro ya llegó