lunes. 29.04.2024
Fotos cedidas por el Mad Cool (Javier Bragado)
Fotos cedidas por el Mad Cool (Javier Bragado)

Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

La tercera y última jornada del Mad Cool 2023 tenía como cabeza de cartel a los grandes Red Hot Chili Peppers, sin embargo, el gran protagonista del día ha terminado siendo la masificación de gente y el caos organizativo. Un problema que ya desde primera hora podía contemplarse con colas infinitas para entrar al baño, comprar bebidas o simplemente moverse entre escenarios. Más de 70 mil personas colapsaron un recinto que definitivamente no estaba preparado para tanta gente y que además cuenta con fallos importantes de diseño, como unos únicos baños en el centro que producen embotellamiento o demasiados puestos de publicidad que impiden que la gente pueda fluir libremente.

El problema es que las grandes figuras del día no consiguieron hacernos olvidar del caos que estábamos viviendo. Un ejemplo claro fue Liam Gallagher, que obviando que estabamos a casi 40 grados, salió al escenario con una sudadera con capucha y con la mala leche que le caracteriza como bandera. El cantante británico, que se ha construido un personaje del que ya no puede salir, se mantuvo enfadado y desafiante durante todo el concierto, dando la impresión de que no le apetecía estar allí. Ya es sabido que al ex miembro de Oasis no le gusta cantar ninguna canción compuesta por su hermano, por lo que los temas míticos de la banda se escucharon con cuentagotas, con apenas concesiones al público como "Rock and Roll Star", "Stand by Me", "Champagne Supernova" o la siempre esperada "Wonderwall". Resulta curioso que el mejor momento Oasis que tuvimos en todo el festival haya sido la particular versión que Robbie Williams interpretó de "Don't Look Back in Anger".

Liam Gallagher (JavierBragado)
Liam Gallagher (JavierBragado)

El problema es que las grandes figuras del día no consiguieron hacernos olvidar del caos que estábamos viviendo

No obstante, si algo quedó claro es que Liam Gallagher ya no sabe conectar con el público (más allá de insultarlo en varias ocasiones) y que sus temas en solitario no tienen excesiva fuerza ni interés. Sus días de gloria están muy lejos y solo el reencuentro con Noel Gallagher puede salvarlo de la decadencia, si es que ya algo puede salvarlo.

Y hablando de que cualquier tiempo pasado fue mejor, la gran decepción de la jornada llegó con los Red Hot Chili Peppers. La banda es muy libre de escoger entre su amplio repertorio de más de 20 años de carrera, pero parece que no es demasiado consciente del aburrimiento y el hastío que producen sus nuevas canciones. Están muy lejos de sus mejores momentos y se percibe cierta decadencia entre sus miembros. Ojo, en más de una ocasión se le vio al cantante leer las letras, lo cual no habla muy a favor de su memoria ni del ritmo que buscan dar a sus conciertos.

Red Hot Chili Peppers (Andres Iglesias)
Red Hot Chili Peppers (Andres Iglesias)

La banda liderada por Anthony Kiedis logró conectar solo cuando sonaron canciones como "By The Way", "I Like Dirt" o "Californication", que tienen la habilidad de volver loco al público. Eso sí, para mejor ocasión dejaron buena parte de su repertorio más famoso y querido. El espíritu underground y provocador que los hizo famosos a finales de los 90 parece haberse disipado a base de drogas y gimnasio, siendo un claro espejismo de lo que fueron. ¿Son buenos? Sí. ¿Saben tocar en directo? Indudablemente. Sin embargo, cualquiera que estuviera ayer en el escenario principal los vio tocando con el piloto automático.

El sonido tampoco estuvo a la altura para un auditorio de cerca de 70 mil personas, con amplias zonas en las que apenas llegaba con fuerza la música

En cualquier caso, la decepción del concierto no fue solo culpa de ellos, ya que el escenario principal se convirtió también en un caos de gente en el que apenas nos podíamos mover. El sonido tampoco estuvo a la altura para un auditorio de cerca de 70 mil personas, con amplias zonas, como en la carísima zona VIP, en las que apenas llegaba con fuerza la música. Ignoro si el Mad Cool ha tenido que llegar a algún acuerdo de decibelios con los vecinos de Villaverde, pero este problema no estuvo presente en otros conciertos. En definitiva, Liam Gallagher y Red Hot Chili Peppers fueron una enorme decepción. Un cementerio de elefantes.

La noche se salvó gracias a otros conciertos menos destacados, como una magnífica M.I.A, convertida en toda una diva, o los bolos de los grupos españoles como BelakoCupido o Shinova, que, aunque fueron recluidos a espacios más pequeños, congregaron a gran parte de los locales que habían acudido al Mad Cool. 

Liam Gallagher y Red Hot Chili Peppers fueron una enorme decepción. Un cementerio de elefantes

No obstante, el gran concierto del día llegó casi con el cierre del festival de la mano de The Prodigy. Había muchos interrogantes por ver cómo la banda británica salía adelante tras la muerte (suicidio según se ha dicho) de uno de sus miembros más destacados, Keith Flint. La realidad es que apenas se nota, ya que la banda mantiene la misma fuerza y descaro que los ha hecho grandes en todo el mundo dentro de la música electrónica. Evidentemente, hubo varias ovaciones cuando la silueta de Keith Flint y su característico pelo verde se proyectaron en pantalla, pero ello no impidió que el público entrara en éxtasis cuando sonaron himnos, como "Breathe" o "Firestarter", láseres y espectáculo de luz incluidos.

Así concluyó una nueva edición de Mad Cool que no logró evitar las masificaciones a pesar de haberse mudado a un espacio mucho más amplio. El jueves y el viernes fueron los mejores días, sin demasiados problemas de aforo al congregar a 60,000 y a 67,000 personas respectivamente. Este parece el límite correcto, ya que los más de 70,000 del sábado han empañado de forma clara el cierre del festival. Aspectos en los que debe mejorar el Mad Cool si no quiere morir de éxito.

Fotos cedidas por el Mad Cool

La fuerza de Prodigy salva un Mad Cool masificado