sábado. 27.04.2024
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Ione Belarra, secretaria general de Podemos.

En este mes de octubre se ha recibido la noticia de que el partido de Podemos deja la coalición de Sumar y, con 5 diputados, emprende el camino solitario en el Congreso o, mejor dicho, ya no formará parte de la coalición y la causa principal de ello es la de que el presidente Pedro Sánchez ya no ha incorporado a ningún miembro de su Gobierno del partido. Ahora pasarán al grupo mixto del Congreso. Estos son los hechos sin entrar en la polémica Sumar/Podemos que no tiene, creo, mayor interés. La cuestión es: ¿el paso dado por el partido de Podemos favorece la causa de la izquierda sociológica, a los asalariados, a los pensionistas, a los parados, a los menos favorecidos? ¿Favorecerá o no el hecho a Podemos? Hasta ahora es un hecho objetivo que el partido estaba atado en sus críticas por estar en el Gobierno por aquello de que no se puede estar en misa y repicando, al plato y a las tajadas, gobernar y criticar al propio organismo del que se forma parte. Esto es el abc de la política. Ahora Podemos está libre de hacer las críticas que quiera sobre las políticas del Gobierno, del Parlamento, etc. Puede abstenerse o votar en contra en muchas de las leyes que pretende el nuevo Gobierno de coalición, donde Sumar queda con 26 diputados de los 31 que obtuvo, ley D´Hondt por medio. Por fin puede sostener con firmeza que lo que hace Netanyahu en Gaza es terrorismo de Estado, denunciar incluso jurídicamente el pasado no tan lejano de Juan Carlos I, mantener el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui y el apoyo al Frente Polisario, denunciar el filofascismo del tándem PP-Vox, poner querellas a los miembros del PP del caso Gürtel, etc. Incluso pueden cargar con los jueces que politizan la judicatura con sus sentencias, manifestaciones, sus silencios o en la permanencia en los cargos a pesar de no corresponderles, como es el caso de algunos miembros del CGPJ que llevan 5 años fuera de la ley.

Ahora podrán comprobar los 5 diputados de Podemos el error, en mi opinión, de estar en el Gobierno y criticar al propio Gobierno, de creer que se podía cambiar las cosas desde el Ejecutivo y criticar al mismo como si se fuera oposición cuando era innecesario porque cuando se tenía 69 diputados a raíz de las elecciones del 2015 nada podía hacer el PSOE si no era con el apoyo del partido de Pablo Iglesias Turrión, a la sazón líder absoluto de Podemos. Por ello y en contra de la opinión quizá mayoritaria dentro de Podemos es ahora cuando pueden obligar a sesgar al partido de Pedro Sánchez a posiciones socialdemócratas indubitadas, sin ya resabios neoliberales. Pueden defender además un salario mínimo de 1.200 euros, una reforma fiscal contundente para que paguen más lo que más tienen, especialmente las grandes empresas y bancos cuyo contribución efectiva al erario público no llega a veces al 5% de sus beneficios reales, pueden ayudar y forzar el cambio de fiscalidad de las Autonomías para evitar el dumping fiscal, pueden forzar la aprobación de un nuevo Estatuto de los trabajadores más favorables a los mismos, colaborar a las aparentes intenciones de mantener las subidas de las pensiones de acuerdo con el coste de la vida como por ahora parece que así es por parte del partido mayoritario de la izquierda; pueden, en definitiva, mejorar la distribución de la renta y de la riqueza mediante las dos hojas de la tijera que tiene lo público: la política fiscal y la del gasto público.

Pero también ahora tienen que abordar y definirse en algunos temas peliagudos como son el de la política de defensa y el de la concepción del Estado, por ejemplo. Del primero decir que es una necesidad objetiva que España alcance al menos ese 2% de gasto dedicado a la Defensa porque los enemigos no buscados del país nos observan expectantes. Especialmente nuestro máximo enemigo que es el gobierno aluita, que querría asentar su corrupta administración arrebatando a España Ceuta y Melilla al menos. Esto no es broma, esto forma parte de la agenda del sátrapa actual que dirige los destinos de Marruecos aunque los dirija estando mucho tiempo en Paris, ciudad en la que con dinero se vive muy bien. Tenemos enemigos potenciales pero este tema ya lo abordé en un artículo anterior en esta misma tribuna con el título de El submarino Isaac Peral, un acontecimiento. Dicho de otra forma, Podemos debe abandonar esa tradición de una cierta izquierda española que mantiene un pacifismo ingenuo o, simplemente, un pacifismo, como si Kant en su opúsculo sobre la paz perpetua hubiera acertado cuando, en realidad no dio una en el clavo. Es decir, ahora Podemos podría y creo que debería cambiar de posición sobre el pacifismo y tomar como suya una divisa que podría ser si quieres la paz prepara la disuasión suficiente, que es distinta de aquella más tradicional de si vis pacem, para bellum, pero que tampoco es equidistante del pacifismo, avant la lettre, pacifismo que nos deja inermes ante nuestros enemigos. Eso sí, enemigos no buscados, no fruto de nuestras alianzas, sino de aquellos que muestran serlo solo y frente al Estado español.

Otro tema más que debe abordar Podemos es su idea del Estado federal y el papel del independentismo. No se puede negar que son posibles los estados federales porque lo son EE.UU y Alemania y, dados los pasos dados, ya no es posible una España centralista al modo francés; además tenemos una tradición austríaca descentralizadora de cuando se forjó el imperio más grande y universal jamás visto. Pero Podemos debe saber llegar a los independentistas que ese supuesto Estado federal -del que estamos casi en la meta final- supone no obstante y siempre que el Parlamento de la nación está por encima de los parlamentos federados o autonómicos y que los mismo pasa con el BOE del gobierno de la Nación respecto a los boes de los territorios federados. Que no es posible una confederación de Estados ni sociológicamente, ni jurídicamente, que no ocurre ni siquiera en Suiza, que es hoy día un estado aunque en su origen sea una confederación de cantones; que la misión de España es forjar un hispanismo desde el español y con el portugués como país e idioma para los 900 millones ciudadanos que hablan uno de los dos idiomas. Es decir, la tarea es justo la contraria de la fracción del Estado porque la sobreviviencia como país en las mejoras condiciones posibles dependerá de que se forje un hispanismo o una hispanidad capaz de competir con el imperialismo anglo-yanqui ya en decadencia pero aún dominante y con el nuevo imperio asiático, con China a la cabeza pero no en solitario. Y todo esto sólo será posible desde opciones de izquierdas porque son las únicas que lucharan o lo intentarán por zafarse de la garra del imperio acctual aún dominante. Y para ello han de darse los pasos bajo tres premisas que son: el deseo de cambio, la necesidad de ello y la premisa de su posibilidad. Es decir, sin saltos en el vacío pero sin tancredismo, porque estamos en medio de un puente como el neoliberalismo anglo-yanqui que se resquebraja pero que amenaza con llevarnos a todos por el abismo. Lo de Ucrania y el terrorismo de Israel no es ajeno a ello porque este país es a Palestina y sus fronteras lo que USA es al resto el planeta. Decía lo de posiciones de izquierda porque la derecha española, antaño contestaria incluso bajo el franquismo al orden impuesto por USA, hoy no presenta ni oposición ni alternativa, sólo quiere el BOE para hacer lo que Rajoy en la Moncloa: nada. O como dijo el gallego cuando llegó a la Moncloa “generar confianza”, que ese era su único programa. Y lo que siguió fue la peor gestión económica en la democracia e, incluso, en la Dictadura: el doble de paro que el actual, 350.000 millones de aumento de deuda pública, finiquito de los 70.000 millones de la hucha de las pensiones, máximo valor de la prima de riesgo, acabar con el colchón de los convenios, etc.

Y a pesar de esta nueva libertad sobrevenida y no tengo seguro que querida en Podemos les pone en un brete porque tienen que compaginar crítica al Gobierno y, a pesar de ello, asegurar su estabilidad (la del Gobierno) si no quieren desaparecer para siempre ante el peligro del relato de la culpabilidad. El problema para Podemos serán las próximas elecciones, bien sean europeas o en algunas Comunidades: ¿irán solos o dentro de la coalición de Sumar? Si van solos supondrá posiblemente su desaparición. Va a depender mucho del talento de sus dirigentes, que para ello tienen margen de maniobra por mor de la aritmética parlamentaria, pero en ese margen no está la presentación en solitario en próximas elecciones; más bien están obligados a ir con Sumar mal que les pese.

Podemos, al fin oposición de izquierdas