Muchos de los sujetos que se adentran en redes de radicalización, y posterior integración en estructura terrorista, provienen del ambiente delincuencial.
El informe examina los orígenes del odio de estos grupos hacia los periodistas; las ideologías totalitarias y sistemas que insisten en que los informadores deben someterse o morir.
Estado Islámico difundió hace apenas un mes una campaña creada por una de sus productoras habituales en la que animaba a sus simpatizantes a hacer la yihad.
Expertos antiterroristas nalizan diversos perfiles que han pasado de una vida aparentemente normal a querer enrolarse en menos de tres meses de exposición a los mensajes radicales.