El primer ministro italiano no gana para disgustos. El último se lo ha dado un periódico italiano que ha vuelto a poner sobre la mesa sus presuntas relaciones con la Cosa Nostra.
El primer ministro italiano no gana para disgustos. El último se lo ha dado un periódico italiano que ha vuelto a poner sobre la mesa sus presuntas relaciones con la Cosa Nostra.