La realidad es que la eficacia clínica de esta vacuna no se evaluó por medio de ensayos clínicos (como es de rigor) sino que fue deducida por medio de estudios de inmunogenicidad.
Mientras el primer mundo, el de los países ricos, se obsesiona con la gripe porcina, África sufre una de la peores epidemias de meningitis de la historia.