viernes. 29.03.2024

Una década perdida para la igualdad salarial

mujer

Con motivo del 22 de febrero, Día Internacional de la Igualdad Salarial, UGT ha elaborado un estudio sobre la discriminación salarial de las mujeres en España que muestra, un año más, lo poco que hemos avanzado en esta materia e incluso lo que hemos retrocedido en términos de evolución de los últimos años.

El último dato de brecha salarial que se conoce corresponde a 2017 y se sitúa de media en el 21,92%, prácticamente similar al de 2008 según se observa en el cuadro, una década perdida y de por medio una crisis que evidencia en el ecuador los picos de brecha salarial de hasta un 24%.

cuadro UGT evolucion salarial mujeres

Gráfico: UGT

Las mujeres han dejado de ganar 43.000 millones al año, lo que supone casi el 4% del PIB anual

Seguimos prácticamente igual que hace diez años. Con los datos de 2017, siete millones de mujeres asalariadas ganaron de media 21.000 euros brutos anuales frente a los 26.000 que percibieron los hombres, 6.000 euros menos. Esto significa que las mujeres han dejado de ganar 43.000 millones al año, lo que supone casi el 4% del PIB anual, lo que va en detrimento no solo del bolsillo de la trabajadora sino de las propias arcas de la Seguridad Social por vía cotizaciones y a Hacienda por IRPF.

UGT extrapola ese dato a lo largo de los 35 años de vida laboral con un montante que asciende a 1,5 billones de euros, el equivalente a todo el PIB español de 2019.

Los que intentan justificar este desfase echan mano de argumentos tan manidos como falsos, como el hecho de que las mujeres estamos menos preparadas que los hombres o que trabajamos menos horas que ellos. Según el informe de UGT, el 48% de las mujeres con empleo en 2017 eran tituladas universitarias, mientras que, en el caso de los hombres, solo el 37,82% poseía una licenciatura o un grado. Pese a ello, por cada tres hombres con salarios superiores a los 90.000 euros, hay una mujer. Llegar a puestos directivos sigue siendo toda una proeza: tan solo el 1,81% de las mujeres asalariadas se convierten en directoras o gerentes, frente al 3,18% de los hombres asalariados con la misma ocupación.

Y, ¿cómo puede ser que, en sanidad o servicios sociales, donde las mujeres son el colectivo mayoritario, y aunque trabajen de media semanal 2,5 horas menos que los hombres, ganen casi 10.000 euros menos al año que ellos? O en educación, también altamente feminizado, que la brecha horaria sea del 5,37% (dos horas de diferencia) pero con 2.300 euros menos al año. Discriminación salarial, sí, pero también discriminación en la promoción profesional, como denuncia UGT.

La media de brecha salarial de 2017 (21,92%) se dispara en sectores como actividades administrativas y servicios auxiliares (32,57%); otros servicios (32,53%); actividades profesionales, científicas y técnicas (31,23%); sanidad y servicios sociales (29,33%); actividades inmobiliarias (27,19%); comercio (27,08%); actividades financieras y seguros (23,03%), etc.

Discriminación laboral también en la calidad del empleo. “Los empleos son peores para las mujeres que para los hombres. Abunda el empleo a tiempo parcial en las mujeres, algo que penaliza doblemente a este colectivo, durante su vida activa por los bajos ingresos y, después de la jubilación, por los requisitos exigidos para percibir una pensión”, señala Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general de UGT.

Los datos lo dicen todo: una de cada cuatro mujeres con empleo, el 25,93%, tiene un trabajo a tiempo parcial, por el 7,48% de los hombres; el 77,25% de las mujeres tienen un empleo a jornada completa, en el caso de los hombres es el 95,92%; y la brecha salarial en la contratación indefinida es más de dos puntos superior a la media (23,45%).

Ante este panorama, urgen políticas públicas efectivas y una ley de igualdad que se dote de recursos suficientes para que no sigamos enredándonos en los mismos datos año tras año, para cortar de raíz el problema. Ah, y empecemos a hablar con propiedad: lo de brecha salarial suena demasiado naif, es discriminación en toda regla.

Una década perdida para la igualdad salarial