viernes. 29.03.2024

El traje nuevo del Emperador

La desconfianza y escepticismo sobre los "procesos participativos" del Ayuntamiento de Madrid no dejan de crecer con las nuevas evidencias empíricas que se acumulan cada día.

En febrero pasado publiqué un artículo sobre el referéndum de Plaza España y sus trampas. La mayor de ellas fue cómo dejaron fuera del foco lo más importante y que se dio por incuestionable y no debatible por nadie: el pelotazo urbanístico vinculado a la operación sobre el edificio España.

En general, según un informe sobre las votaciones en el pleno del Ayuntamiento de Madrid entre julio de 2015 y septiembre de 2016 (elaborado por el grupo municipal socialista), de las 94 votaciones sobre cuestiones urbanísticas, “Ahora Madrid” y el PP han votado juntos en 85 (el 90,42 % de las veces), con Ciudadanos han coincidido en 41 votaciones (el 43,61 %) y con el PSOE sólo en 20 (21,75 %).

En resumen, “Ahora Madrid”  está aprobando las grandes operaciones inmobiliarias en la ciudad de Madrid de común acuerdo con el PP. En el resto de asuntos los “ahoritas” han coincidido con Esperanza Aguirre en el 81 % de las ocasiones (bastante más que con Ciudadanos o el PSOE).

Eso por no hablar de cómo se sesgaba la consulta sobre la Gran Vía donde se preguntaba si se quería mejorar  la amplitud de las aceras (y otras similares "mejoras").

¿Por qué no preguntaron a la ciudadanía si es partidaria de que los hosteleros llenen de terrazas el espacio público (como sin duda ocurrirá en cuanto "amplíen" las aceras)?.¿Y qué tal un debate sobre la gentrificación  del centro de la ciudad al servicio del turismo de lujo y la gente con alto poder adquisitivo y la expulsión subsiguiente del vecindario pobre? ¿Qué pasa con la peatonalización en los distritos que están fuera de la almendra central, en especial los del sur y el este de la ciudad de Madrid?.

Por si era poca la estafa de los plebiscitos municipales en su conjunto, se añade que la empresa ganadora del concurso de Plaza España creó una página web para hacer propaganda de su proyecto contraviniendo las bases y, aún así, se lo han adjudicado.

"Somos una plataforma de apoyo del proyecto X, no somos los autores (...) creemos que como ciudadanos no debemos ser simples actores pasivos, sino que debemos incitar y promover el debate sobre lo urbano y la ciudad que queremos". Con estas palabras se presentaba en su canal de facebook Welcomeplaza.es, una página web que pedía el voto para el Proyecto X en la consulta final sobre el nuevo diseño para la Plaza de España. Sin embargo, detrás de dicha página no estaba un grupo de vecinos, sino uno de los estudios participantes en el diseño de Welcome Mother Nature, el ganador de la votación final con el 52,19% de los votos. Un hecho que puede incumplir las bases del concurso y llevar, por lo tanto, a su descalificación. El nombre de los autores de este proyecto -hasta hoy secreto- lo ha descubierto este miércoles el Ayuntamiento de Madrid, al abrir las plicas del concurso sobre la nueva Plaza de España. Ha sido entonces cuando se ha sabido que el Estudio Guadiana”

En un detallado análisis con argumentos técnicos y de comparación con diversas experiencias internacionales,  “El País” demostraba que los plebiscitos municipales  celebrados en Madrid son una pantomima y no reúnen los requisitos para ser tomados en serio:

Respecto a los "Foros Locales" creados en los distritos de la ciudad de Madrid, “Estrella Digital” publicó un reportaje sobre cómo se manipuló su composición para que estuviesen controlados por la fracción dominante de "Ahora Madrid" en cada distrito (dentro de la lucha cainita que libran sus diferentes "familias").                       

Un aspecto no menor de todo este tinglado es el lucro mercantil que obtienen determinados “expertos” a costa de la "participación ciudadana". En el artículo citado aparece el negocio del que ha sido beneficiario Tomás Rodríguez Villasante y su red CIMAS:

"En Fuencarral, se ha elegido a Carmen Espinar, vinculada a Tomas Villasante, que gestiona contratos municipales a través de convenios, en el área de Participación, en los que como contratista ha podido trabajar la propia Espinar".

Han prosperado, al calor de la nueva política,  las  empresas de consultoría ciudadanista que tienen por objeto comercial redactar "informes" para las instituciones que se los pagan. Diecisiete empresas distintas obtuvieron algún “trozo del pastel” en “Madrid Decide” (uno de los métodos habituales de “Ahora Madrid” es que trocea los contratos públicos para que no excedan de 18.000 euros y así adjudicarlos directamente a quienes les parece entre su extensa red clientelar).

A los gobernantes les encantan los certificados de "expertos"  -y más si dicen que hablan desde los “movimientos sociales”- que les dan su beneplácito con la emisión de bulas de buenas prácticas  sobre procesos participativos.

A título de ejemplo del “modus operandi” de CIMAS,  “certificaron” en su día en Villanueva del Pardillo que se estaba poniendo en marcha la Agenda 21 (cuando allí gobernaba el PP con mayoría absoluta, no había tejido asociativo, se celebraban los plenos por la mañana –uno cada dos meses, el mínimo legalmente obligatorio-  y dejaban ver la documentación a la oposición sin margen de tiempo y en el edificio consistorial).

Todo el festival ficticio de “rendición de cuentas” y “procesos participativos” y el coro de mercachifles que ejerce de ventrílocuos previo pago de la “voz de la ciudadanía” no son más que la versión de “izquierdas” de la concepción neoliberal de la política que sustenta el populismo: una ideología que postula que vayamos al espacio público como "individuos" que opinan y deciden constantemente sobre todo mediante plebiscitos trucados.

La cortina de humo de que se escucha a la “gente” con estos procedimientos de democracia virtual, controladas de arriba abajo y tergiversados por los ungidos por las “plazas” (o más bien por las televisiones y los grupos económico-mediáticos que les dan soporte).

Así se demoniza y se desprecia lo "viejo": los partidos de izquierda y los sindicatos de clase que han organizado históricamente a la clase obrera y han conquistado los avances sociales y la democracia en nuestro país y en Europa.

Las organizaciones de clase son y serán, con las mejoras de funcionamiento necesarias, el espacio de socialización alternativa y autónomo del Capital y del Estado donde, por medio del debate estable y compartido, se depuran y se construyen las propuestas y se articulan los intereses de la mayoría social trabajadora.

El modelo peronista del Caudillo y del "pueblo" (con pareja presidenciable  incluida) es un retroceso en la historia de las ideas de las formas políticas que sólo ha podido prosperar como fruto de la atomización y la desesperación social que ha generado la gestión neoliberal de la crisis capitalista.

Recordemos el cuento de Hans Christian Andersen, "El traje nuevo del emperador":

"(…)Una vez se presentaron dos truhanes que se hacían pasar por tejedores, asegurando que sabían tejer las más maravillosas telas. No solamente los colores y los dibujos eran hermosísimos, sino que las prendas con ellas confeccionadas poseían la milagrosa virtud de ser invisibles a toda persona que no fuera apta para su cargo o que fuera irremediablemente estúpida.

(…)Nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que nada veía, para no ser tenido por incapaz en su cargo o por estúpido. Ningún traje del Monarca había tenido tanto éxito como aquél.

-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.

-¡Dios bendito, escuchen la voz de la inocencia! -dijo su padre; y todo el mundo se fue repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño.

-¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada!

-¡Pero si no lleva nada! -gritó, al fin, el pueblo entero.

Aquello inquietó al Emperador, pues barruntaba que el pueblo tenía razón; mas pensó: «Hay que aguantar hasta el fin». Y siguió más altivo que antes; y los ayudas de cámara continuaron sosteniendo la inexistente cola".

El traje nuevo del Emperador