viernes. 26.04.2024

Para aquellos que no lo sepan, bajo el término “España olvidada” es posible agrupar esos pequeños pueblos y aldeas que, debido principalmente a su abandono, van muriendo poco a poco con el paso de 111los años, al igual que sus habitantes. Muchas de estas zonas se encuentran en el norte peninsular, entre Galicia y Castilla y León, aunque también en Aragón y otras zonas del interior. En el presente texto me centraré, particularmente, en las localidades que conforman la comarca de la Cabrera, provincia de León, ya que, desde hace años, veraneo en un pequeño pueblo de aquella zona llamado Trabazos. En este pueblo, como en muchos otros, durante el invierno la población desciende hasta aproximadamente los 10 habitantes. En general, este tipo de enclave acaba siendo un sitio fantasma donde prima una enorme belleza natural y parece que el paso de los años no existe, más allá del visible derrumbe de sus casas antiguas hechas de piedra y pizarra. Para mí, no deja de ser una enorme pérdida de patrimonio a la cual miro con impotencia.

De vez en cuando pasan cosas notorias. Así, durante el verano de 2017, en la comarca hubo un gran incendio que llegó a calcinar cerca de 10.000 hectáreas. El desastre afectó a varios de los pueblos, entre ellos Trabazos, hecho que lo hizo aparecer en distintos medios de comunicación. Las noticias mostraban entrevistas e intervenciones varias donde aparecía una población envejecida y preocupada por la desaparición de unos montes que necesitan para poder vivir.

La realidad de muchos de estos pueblos muestra cómo su población termina yéndose a las ciudades por falta de recursos; pocas oportunidades de trabajo, acceso a unos servicios sanitarios cercanos e, incluso, de escuelas para sus hijos. El monte es su principal riqueza y, como estudiante de turismo, he pensado muchas veces: ¿qué ideas podría aportar para impulsar estas zonas rurales?, ¿podemos hacer algo por ellas? La cosa se complica aún más si partimos del hecho constatable de que no existen 222determinados recursos básicos o, cuando estos existen, su calidad no puede ser aceptable. Además, ¿quién iba a ir a pasar sus vacaciones rodeado de bosques calcinados? A esto hay que sumarle que, hoy en día, el principal motor económico local son las canteras de pizarra, las cuales generan un gran impacto medio ambiental.

Así que, ¿porqué no desarrollar proyectos vinculados al turismo rural sostenible? En la comarca vecina del Bierzo se subvencionó la reconstrucción de un pueblo completo a la antigua. Calles y casas de piedra, pizarra y madera que convirtieron Peñalba de Santiago en uno de los pueblos más bonitos de España. Peñalba de Santiago atrae muchos turistas y supone una solución que puede ser útil para otras localidades logrando, además, que estos no pierdan su esencia, como pasa a menudo.

Si de algo hemos de ser conscientes es que aún queda mucho trabajo por hacer.


Trabazos. Fuente | Peñalba de Santiago. Fuente


Lorena Carrera Martínez | Alumna del grado en Turismo y Ocio de la Escuela Universitaria de Turismo Ostelea – Universitat de Lleida

La España olvidada