martes. 16.04.2024
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Foto: Ecologistas en Acción

6,6 millones de habitantes de la Comunidad de Madrid respiraron aire contaminado durante 2019, según el informe anual de calidad del aire de Ecologistas en Acción que analiza los datos recogidos en 805 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 54 situadas en la Comunidad de Madrid.

Durante 2019 en Madrid, se produjo una reducción general de los niveles de contaminación de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) y dióxido de nitrógeno (NO2), mientras las concentraciones de ozono troposférico se mantuvieron estacionarias. La contaminación generada desde la capital, las principales ciudades y las autovías y autopistas que atraviesan toda la Comunidad se extendió por el territorio afectando a zonas más alejadas y rurales en la forma de ozono troposférico.

El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación establecido por la Unión Europea. De acuerdo a esos niveles, el aire contaminado afectó en 2019 a la totalidad de la población y del territorio de la Comunidad de Madrid.

Si se toman los estándares de la normativa, más laxos que las recomendaciones de la OMS, igualmente la totalidad de la población respiró aire contaminado por encima de los límites legales, salvo la Cuenca del Alberche. Y la superficie expuesta a niveles de contaminación que exceden de los legalmente permitidos para proteger los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales alcanzó todo el territorio madrileño, incluidos los parques periurbanos y forestales del municipio de Madrid.

Las bajas precipitaciones y la estabilidad atmosférica de los primeros meses del año activaron los episodios de contaminación. El otoño en cambio resultó inestable y húmedo, con predominio de tipos de tiempo ciclónicos que han favorecido la dispersión y deposición de los contaminantes típicamente invernales (NOy partículas). El intenso y prolongado calor estival mantuvo elevadas las concentraciones de ozono troposférico, que se dispararon durante los episodios de junio y julio.

El dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas (PM10 y PM2,5) en el aire afectaron a la práctica totalidad de la población de la Comunidad de Madrid, con especial incidencia en la capital, que volvió a incumplir los límites legales por NO2, pese a la notable mejoría derivada de la zona de bajas emisiones Madrid Central. “Siguen, por tanto, siendo una seria amenaza para la salud, a pesar de que el año pasado se mantuvo la tendencia global a la baja de estos contaminantes que se inició en 2008”, subraya la organización ecologista.

Durante 2019 toda la población y el territorio madrileños siguieron expuestos a concentraciones de ozono peligrosas para la salud humana y vegetal

El ozono es el contaminante que presentó un año más una mayor extensión y afección a la población, con unos niveles que se mantienen estacionarios, con alzas y bajas según territorios. Esto se debe al incremento de las temperaturas medias y de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor) durante el verano, como resultado del cambio climático. Durante 2019 toda la población y el territorio madrileños siguieron expuestos a concentraciones de ozono peligrosas para la salud humana y vegetal, destacando las 84 superaciones del umbral de información a la población.

30.000 muertes prematuras cada año

Ecologistas en Acción reclama que la contaminación del aire se aborde como “un problema de primer orden”. Cada año se registran alrededor de 30.000 muertes prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la contaminación atmosférica, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Para el Instituto de Salud Carlos III, 10.000 personas fallecen anualmente en episodios de alta contaminación como los registrados a finales de febrero y junio y a mediados de julio de 2019, 1.400 de ellas en Madrid.

Los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 50.000 millones de dólares al año, un 3,5% del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.

Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire para reducir la contaminación son obligatorios según la legislación vigente. Pero, en el caso del ozono, la Comunidad de Madrid “lleva años omitiendo la elaboración y aplicación de dichos planes”, resultando preceptivos en todas las zonas de la Comunidad. “Se trata de una negligencia que está poniendo en peligro la salud de la población madrileña y de los cultivos y bosques de la región”, afirman y recuerdan que el nuevo Gobierno de Madrid capital ha propuesto derogar el Plan A.

Para Ecologistas en Acción, la única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando el transporte público, la bicicleta y el tránsito peatonal. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de carbón, penalizar los vehículos diésel y reducir el transporte marítimo y el uso del avión.

La reciente crisis sanitaria de la Covid–19 ha corroborado de manera dramática que la reducción del tráfico en las ciudades tiene claros efectos en la disminución de la contaminación, algo que a su vez supone una importante mejora de la salud pública. Ecologistas en Acción está desarrollando una campaña bajo el lema ‘Confinemos los coches, recuperemos nuestro espacio’ para reclamar a las Administraciones medidas en este sentido.

Toda la población de Madrid respiró aire contaminado en 2019