jueves. 25.04.2024
contaminación

Los tres principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) alcanzaron nuevos máximos históricos en 2021, según el último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que alerta del aumento de la temperatura en todo el planeta.

Entre 1990 y 2021, el efecto de calentamiento del clima provocado por los gases de efecto invernadero de larga duración aumentó casi un 50%, incremento al que el dióxido de carbono contribuyó en aproximadamente un 80%.

Dióxido de carbono (CO2)

En 2021, las concentraciones de dióxido de carbono fueron de 415,7 partes por millón (ppm), es decir el 149% de los niveles preindustriales, principalmente a causa de las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento, según refleja el Boletín de la OMM sobre los Gases de Efecto Invernadero.

Las emisiones mundiales han repuntado desde que terminaron los confinamientos de 2020 debidos a la pandemia de COVID-19. Del total de las emisiones causadas por actividades humanas durante el período 2011-2020, cerca del 48% se acumularon en la atmósfera, el 26% en los océanos y el 29% en la tierra.

“Resulta preocupante la posibilidad de que, a la larga, los océanos y los ecosistemas terrestres pierdan eficacia como sumideros y ello merme su capacidad para absorber dióxido de carbono y evitar aumentos de la temperatura aún mayores”, avisa la OMM.

De hecho, en algunas partes del mundo ya se han detectado ecosistemas terrestres que han dejado de ser sumideros y se han convertido en fuentes de dióxido de carbono.

Metano (CH4)

Las concentraciones de metano fueron de 1.908 partes por mil millones (ppmm) lo que supone el 262% de los niveles preindustriales. El metano atmosférico es el segundo gas que más contribuye al cambio climático. Su concentración es el resultado de la interacción entre múltiples fuentes y sumideros superpuestos, por lo que es difícil cuantificar las emisiones por tipo de fuente.

Desde 2007, la concentración media mundial de metano atmosférico ha aumentado a un ritmo acelerado. Los incrementos anuales de 2020 y 2021 (15 y 18 ppmm, respectivamente) son los mayores desde que se iniciaron las observaciones sistemáticas de este gas en 1983.

Los análisis realizados por la comunidad científica indican que las fuentes biogénicas, como los humedales o los arrozales, son las que más han contribuido desde 2007 al nuevo aumento de los niveles de metano. 

Óxido nitroso (N2O)

Las concentraciones de óxido nitroso fueron de 334,5 ppmm., esto es el 124% de los niveles preindustriales,

El óxido nitroso es el tercer gas de efecto invernadero más importante. Sus emisiones atmosféricas provienen de fuentes naturales (en torno al 57%) y fuentes antropógenas (aproximadamente el 43%), como el océano, el suelo, la quema de biomasa, el uso de fertilizantes y diversos procesos industriales.

Su incremento entre 2020 y 2021 fue algo mayor que el observado entre 2019 y 2020, y superior a la tasa media de aumento anual del último decenio.

“Vamos en la dirección equivocada”

En el Boletín de la OMM sobre los Gases de Efecto Invernadero, los expertos explican que el metano tiene un período de vida relativamente corto, menor a diez años, por lo que su efecto en el clima es reversible.

Por ello, “la prioridad principal y más urgente es reducir las emisiones de dióxido de carbono”, señaló el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, ya que “son la causa principal del cambio climático y de los fenómenos meteorológicos extremos asociados y repercutirán en el clima durante miles de años, al inducir la pérdida de hielo polar, el calentamiento de los océanos y el aumento de nivel del mar”.

Las mediciones de la red de estaciones de la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) de la OMM muestran que estos niveles de dióxido de carbono siguen creciendo en 2022 en todo el planeta.

Taalas advirtió que “el continuo aumento de las concentraciones de los principales gases que retienen el calor y la aceleración sin precedentes de la acumulación de metano en la atmósfera muestran que vamos en la dirección equivocada”.

No obstante, Taalas señaló “que existen estrategias rentables para hacer frente a las emisiones de metano, especialmente las del sector de los combustibles fósiles”. Estrategias que deberían aplicarse “sin demora”.

En este sentido, plantea transformar los sistemas industriales, energéticos y de transporte. “Los cambios que deben aplicarse son asequibles desde el punto de vista económico y viables en el plano técnico. El tiempo se agota”, subrayó.

Alarmante aumento de los gases de efecto invernadero en todo el planeta