martes. 16.04.2024
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Plaza de toros de Valdemorillo.

Por San Blas, la cigüeña verás, dice el refrán. Con la luz que aumenta cada día a partir de ahora, vuelven las cigüeñas y vuelven los toros. Por San Blas, pues,  cigüeñas y toros verás, no en las dehesas, que ahí se pueden ver en cualquier época del año, sino en las plazas.

En pleno invierno vuelven las ferias a nuestra piel de toro. Un pueblo a 45 klms, de Madrid, Valdemorillo, tiene el honor de ser el primero en montar su feria para celebrar las fiestas de San Blas y la Candelaria. Comienzan los festejos el viernes 6, y acaban el domingo día 8. Consta el cartel de dos corridas de toros y una novillada con picadores. Pequeña pero grande feria taurina, por tratarse de un municipio con escaso presupuesto pero mucha afición. Afición y tradición. Fieles a ambas, nunca han faltado toros, nevara o hiciera frío, normal en tales fechas, que soportaba el público con resignación y ganas por ver el espectáculo que veía, una feria bien montada, que atraía a gentes de otros lugares, incluso de la capital. Se pasaba frío entonces, cuando se celebraban en la plaza portátil, pero no se notaba porque el calor humano y el valor de los toreros eran la calefacción. He tenido la suerte de asistir en aquellas fechas y comprobar más de una vez que lo que acabo de decir es cierto, sumándose al espectáculo en sí mismo, otro, como es la nieve. En pocas corridas este blanco elemento hace su aparición, y verla caer sobre un ruedo donde la vida y la muerte son protagonistas, es quizá el espectáculo más insólito que uno imaginar pueda. Tenía algo de heroico, de épico, de mitológico. Pero ya no volverá a caer la nieve, ni el agua, ni soplará el viento frío de la cercana sierra que azotaba el rostro pero no el corazón del público, pendiente de un hilo por la hazaña de unos jóvenes ante un animal mítico. Seguirá la lucha entre la vida y la muerte, pero ya no serán testigos los elementos meteorológicos. Desde hace unos años la feria taurina de Valdemorillo se celebra en una plaza de toros cubierta, y multiusos, porque sólo así puede mantenerse una plaza y una feria. Actualmente no se sufren las inclemencias de antaño, en lugar de frío se puede pasar calor, y se ven los toros con mayor comodidad y emoción que en el sillón de casa. Razón mayor para asistir a este acontecimiento milenario donde la inteligencia, el valor y el arte -pese a lo que muchos digan- se ponen de manifiesto.

Desde estas páginas daremos cuenta de lo que acontezca esas tres tardes en las que se celebran una novillada con picadores, y dos corridas con buenos toreros y buen ganado, como se espera de los carteles. Festejos ajustados a un presupuesto exiguo por el que hay que felicitar tanto a la empresa como al ayuntamiento, que nos consta que cada año se esmeran en traer buenas corridas. Si no pueden contratar a las grandes figuras, traen las que apuntan alto, como sucedió con el torero Paulita, y otros jóvenes que están luchando por abrirse camino en este mundillo, y apenas encuentran oportunidades, pero tienen mucho escondido y mucho que aportar. Fue el caso de este torero aragonés que el año pasado salió triunfador y del que apenas sabía el aficionado que existía. Fue Valdemorillo su aldabonazo para llamar a otras plazas, entrar en las principales ferias y adquirir nuevos contratos fuera de su comarca natal. Por eso es necesario promocionar lo que hemos dado en llamar fiesta nacional, cuyo calificativo me desagrada, entre otras causas porque fiestas de este tipo hay en gran parte de América (del Norte y del Sur, de las que hablaremos la próxima semana), en Portugal, y en Francia, cuyo gobierno, paradojas de la vida y la política, la declaró antes que nosotros Bien de Interés Cultural.

Pero dejando aparte nomenclaturas, es preciso resaltar que lleve o no ese calificativo, si no se cuida como hay que cuidarla y por quienes deben cuidarla, desde ganaderos a toreros y empresarios de la cosa y el coso, así como responsables políticos y técnicos, se acabará perdiendo no solamente el adjetivo, sino el nombre. No harán falta, pues, antitaurinos ni otras mentes en contra para que se pierda este espectáculo original, ancestral y nuestro como son las corridas de toros. Y el toro bravo, raza única y privilegiada, se extinguirá también. ¿Qué me dicen?


Feria de Valdemorillo

Del 6 al 8 de febrero

He aquí un adelanto de los carteles:

Viernes 6: Novillada con picadores 

Ángel Jiménez, Martín Escudero y Borja Jiménez

Ganaderías: Juan Pedro Domecq-Albarreal

Sábado 7: Curro Díaz, Eduardo Gallo y Arturo Saldívar

Ganaderías: J.L.Pereda García-La Dehesilla

Domingo 8: L. Antonio Gaspar “Paulita”, Manuel Escribano y Víctor Barrio

Ganaderías: Cebada Gago

Todos los espectáculos empezarán a las 17,30 horas.

Plaza de toros cubierta “La Candelaria”

Vuelven las Ferias