viernes. 29.03.2024

El titular del Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid investigará una denuncia remitida recientemente por la Fiscalía de Madrid en relación al 'caso de robo de niños' tras reencontrarse una madre con su hija.

Por ahora, la denuncia no se dirige contra ninguna persona. Su remisión a los Juzgados ordinarios se debe a que el pérfil genético de madre, la denunciante, e hija coincide tras el análisis practicado.

Entretanto, el juez Adolfo Carretero investiga el caso de Maria Luisa Torres y Pilar Alcalde, el primero en el que madre e hija se reencontraron 29 años después. En esta causa, está imputada la religiosa María Gómez Valbuena por delitos de detención ilegal y falsedad documental.

Asimismo, el titular del Juzgado de Instrucción número 36 de Madrid dirige la instrucción de otra denuncia después de que se haya reabierto la investigación. En este caso, la denunciante dio a luz a su segundo hijo, una niña, el 9 de agosto de 1980 en la clínica de maternidad de O'Donnell.

UNA DE LAS MADRES DEL CASO RATIFICA LA DENUNCIA ANTE EL JUEZ

La madre denunciante que dio a luz a su segundo hijo, una niña, el 9 de agosto de 1980 en la clínica de maternidad de O'Donnell ratifica su denuncia ante el juez de Instrucción número 36 de Madrid después de que el magistrado haya reabierto su caso ante la aparición de posibles indicios de delito.

La denuncia había sido presentada ante la Fiscalía de Madrid por Paloma M.G., de 62 años. Tras la reapertura del caso, la afectada amplia la denuncia después de que haya reconocido a Sor María Gómez Valbuena como la monja que le arrebató a su hija de las manos tras ponerla una inyección.

El reconocimiento tuvo lugar tras la aparición de la monja en varios medios de comunicación por su declaración como imputada ante el juez Adolfo Carretero en el marco de la denuncia de Maria Luisa Torres, la primera madre que se ha reencontrado con su hija desaparecida.

"La niña estuvo en mis brazos hasta que llegó Sor María. La he reconocido en los medios, nunca se me olvidaría su cara"

Según su testimonio, Paloma dio a luz a su segundo hijo, una niña, el 9 de agosto de 1980 en la clínica de maternidad de O'Donnell. "La niña estuvo en mis brazos hasta que llegó Sor María. La he reconocido en los medios, nunca se me olvidaría su cara", relató Paloma hace unos días.

"Me quitó a la niña y me dijo que se la llevaba a hacer un reconocimiento. Luego vino con una inyección y me la puso, a pesar de mi negativa. Entre sueños, escuché que se llevaba a la niña a la incubadora", recordó.

Poco después, la religiosa comentó a Paloma que su hija había nacido con síndrome de Down. Tras ello, la madre decidió ir a verla a la sala donde aguardaba, pero la monja se lo impidió.

Sor María le comentó que su pequeña había muerto a las seis de la mañana del 13 de agosto y que ellos se encargarían de todo. "Fuimos al tanatorio, pero no quise verla para recordarla bonita. Sin embargo, mi marido me dijo que no se parecía en nada. Que era un monstruo", narró.

Tras ello, Paloma se desplazó a la clínica para solicitar un informe clínico del fallecimiento, un documento que se lo entregaron un año y medio después sin que "cuadraran ni las fechas ni los datos", según ha comentado.

Un juez investigará otro 'caso del robo de niños' tras reencontrarse madre e hija