viernes. 19.04.2024
curiosidad morbida

La palabra curiosidad viene del latín curiositas y significa "deseo de saber". Sus componentes léxicos son: cura, más el sufijo -dad (cualidad). El DRAE se refiere a cualidad de curioso. De curioso en su segunda acepción este diccionario refiere: inclinado a aprender lo que no conoce.

La curiosidad es cualquier comportamiento instintivo natural, evidente por la observación en muchas especies animales, y es el aspecto emocional en seres vivos que engendra la exploración, la investigación, y el aprendizaje.

La curiosidad mórbida refiere un aspecto de la curiosidad que se centra en asuntos macabros tales como la muerte y la violencia. Según Aristóteles, en su Poética se lee que, “gozamos el contemplar más detalladamente las imágenes de las cosas que, una vez vistas, nos son dolorosas”. La curiosidad mórbida forma parte del repertorio instintivo del ser humano. Señalaba Plutarco que el morbo es la desobediencia de la razón y que todos, de algún modo, lo hemos practicado alguna vez. Es poner la mirada en la cerradura de lo prohibido. Carl Jung refería que todos tenemos una sombra en nuestro interior que oculta ciertas partes de nosotros mismos.

Por tanto, la curiosidad mórbida es ese sentimiento de no querer mirar, pero aun así no ser capaz de dejar de hacerlo. Se está viendo algo que parece amenazante y asqueroso, que nuestra naturaleza nos dice que está mal fijarse tanto en ello, que es hasta peligroso, pero aun así seguimos. 

Un ejemplo de curiosidad mórbida es el conocido como “efecto mirón”, por el que los conductores aminoran la velocidad para poder ver el o los vehículos siniestrados en un accidente de circulación, produciendo frecuentemente atascos y, en ocasiones, nuevos accidentes por distracción.

La mayoría de las cosas que despiertan curiosidad mórbida a menudo son desalentadas y penalizadas por las normas culturales

Hay personas que son más propensas a mirar cosas horribles que otras. ¿Esto por qué es?, es la pregunta que se hizo en su investigación Coltan Scrivner, quien ha llevado a cabo varios estudios para determinar cuáles son los aspectos fundamentales detrás de que una persona manifiesta un mayor grado de curiosidad mórbida que otra. En base a su investigación, Scrivner señala tres aspectos principales. Primero, el inconformismo rebelde: de acuerdo con la investigación de Scrivner, las personas socialmente rebeldes puntúan alto en algo llamado inconformismo rebelde, es decir, la tendencia a no obedecer las normas sociales. Muchas personas, cuando se les dice que algo está prohibido o mal hecho, sienten una atracción especial por hacerlo, algo que sería el caso de quienes presentaran alto el inconformismo rebelde. La mayoría de las cosas que despiertan curiosidad mórbida a menudo son desalentadas y penalizadas por las normas culturales.

En Europa y Norteamérica, se considera una violación de las normas sociales mostrar interés o curiosidad sobre temáticas como los asesinos en serie, la violencia, la violación o las actividades paranormales, a pesar de que las podemos encontrar en los medios de comunicación. Mostrar interés por todo esto en un país occidental es un sólido predictor de curiosidad mórbida.

Naturalmente, esto depende de cada contexto cultural, puesto que en una cultura donde estas cuestiones no son un tema tan tabú, los rebeldes sociales serán menos propensos a mostrar curiosidad mórbida hacia esas mismas cuestiones. Segundo, el asco que nos recuerda nuestros orígenes animales: otro de los aspectos clave que menciona Scrivner a la hora de hablar sobre la curiosidad mórbida es lo que él denomina “animal reminder disgust”, traducible por algo así como el asco que nos recuerda nuestros orígenes animales. Esta es una dimensión del asco genérico que se activa al ver cadáveres y cosas que nos recuerdan a la muerte. En su investigación, Scrivner encontró que las personas con alta curiosidad mórbida tienden a sentir menos asco hacia aquellas cosas que nos recuerdan nuestro origen animal. Es decir, las personas mórbidamente curiosas son menos propensas a manifestar miedo en varios aspectos de la vida que se relacionan con la muerte y se sienten menos disgustadas ante situaciones en las que se puede comprometer la integridad corporal. Tercero, la curiosidad social manifiesta: partiendo del trabajo de Todd Kashdan y sus colegas han identificado la curiosidad social como un aspecto clave detrás de la curiosidad. La curiosidad social puede dividirse en dos tipos: la abierta y la encubierta. Mientras que la curiosidad social abierta o manifiesta se refiere a un interés en la conducta de los demás, la no manifiesta se asocia con el interés a cotillear y al chismorreo. El aspecto principal de esta dimensión sería mostrar curiosidad hacia los motivos y conductas de las personas peligrosas que los ha empujado a cometer un acto vil y sangriento. Según él, las personas que puntúan alto en curiosidad social manifiesta son más propensas a manifestar curiosidad mórbida.

Por último, compartir esta reflexión inteligente de Marie Curie:” ten menos curiosidad por la gente y más por las ideas”.

¿Sufres de curiosidad mórbida?