lunes. 29.04.2024
cerebro

En los últimos años, diversos neurólogos han tratado de darle una explicación cerebral al fenómeno de la espiritualidad humana. De hecho, la neurología ha llegado a desarrollar una rama específica de investigación, la neuroteología o neurociencia espiritual, que se encarga de estudiar las actividades neuronales relacionadas con experiencias subjetivas de espiritualidad.

“¡Dios me ha enviado a vosotros!”

Ocurrió en Israel, en mayo de 2016, una de las grandes cumbres de la religiosidad en el mundo. El protagonista de la noticia fue un hombre de 46 años que sufría epilepsia del lóbulo temporal derecho, un tipo de epilepsia que provoca breves alucinaciones. Durante un reconocimiento, y mientras los médicos monitoreaban la actividad de su cerebro, experimentó un delirio, se quedó mirando fijamente el techo y exclamó: “¡Dios me ha enviado a vosotros!”. El delirio, o la experiencia religiosa, duró unos minutos más. El hombre se levantó, se quitó los electrodos y se puso a rezar. Los médicos del Hospital Universitario Hadassah de Jerusalén (Israel) pudieron grabar qué ocurría en su cerebro en ese momento, y publicaron el caso en una revista científica Epilepsia y Comportamiento.

La relación entre lóbulo temporal y experiencia religiosa es tan marcada que esta zona llegó a ser llamada por la prensa “el punto de Dios”

Las experiencias religiosas se han documentado en pacientes con epilepsia, aunque sus mecanismos neuronales subyacentes exactos aún no están claros. Lo que ocurrió en aquella clínica no es algo nuevo para la ciencia. La enfermedad del paciente afectaba a su lóbulo temporal, una zona del cerebro relacionada con la audición, la memoria y las emociones. En torno al 10% de los pacientes de epilepsia temporal sufre psicosis tras los ataques, que se traduce en alucinaciones, delirio y sentimientos reverentes. De ellos, el 27% dice haber visto a Dios. La relación entre lóbulo temporal y experiencia religiosa es tan marcada que esta zona llegó a ser llamada por la prensa “el punto de Dios”.

¿Qué es el punto de Dios?

¿Qué es el punto de Dios? Su ubicación ha sido ansiada por diferentes científicos y su nombre hace referencia a la parte del cerebro en la cual se concentraría la espiritualidad humana. Muchas otras regiones del cerebro han sido localizadas y, con ellas, los respectivos sentimientos humanos de los que se encargan. Sin embargo, el punto de Dios no había sido identificado hasta la fecha. Actualmente, un grupo de investigadores, a partir de la realización de un mapeo de redes de lesiones, aseguran haberlo encontrado. La ciencia y la religión no habían estado tan cerca nunca.

“Cuando una persona experimenta cierto grado de espiritualidad, un área determinada del cerebro se ilumina”: esto se comenta en un estudio que ha sido publicado en la revista Biological Psychiatry y dirigido por Michael A. Ferguson junto a otros investigadores del Centro de Terapéutica del Circuito Cerebral del Brigham and Women’s Hospital. Durante la investigación, se utilizaron escáneres cerebrales y neuroimágenes funcionales que han permitido observar qué había en las distintas áreas del cerebro. De esta manera, cuando una persona experimentaba cierto grado de espiritualidad, un área determinada del cerebro se iluminaba.

Como han especificado los autores, "Más del 80% de la población mundial se considera religiosa y aún más se identifica como espiritual, pero los sustratos neuronales de la espiritualidad y la religiosidad siguen sin resolverse. En dos conjuntos de datos de lesiones cerebrales independientes (N1 = 88; N2 = 105), aplicamos el mapeo de la red de lesiones para probar si las ubicaciones de las lesiones asociadas con creencias espirituales y religiosas se asignan a un circuito cerebral humano específico".

Por consiguiente, al obtener resultados mixtos, el equipo cambió de técnica y pasaron a utilizar el mapeo de redes de lesiones, vinculando de esta manera comportamientos humanos complejos a circuitos cerebrales específicos, todo en base a la ubicación de las lesiones cerebrales de cada paciente. 88 de los pacientes de los que se obtuvieron los datos habían sido sometidos a cirugía para extirpar un tumor cerebral, por lo que tenían lesiones en todo el cerebro. 105 de ellos tenían lesiones causadas a partir de un traumatismo craneoencefálico durante la Guerra de Vietnam. 

A partir de las preguntas que se realizaron a estos sujetos, se pudo determinar que la espiritualidad autoinformada estaba en un circuito cerebral específico localizado en el gris periacueductal (PAG), en el tallo cerebral; un área tradicionalmente asociada con el miedo, el altruismo, el amor o el dolor. 

Lesiones que estarían asociadas con otros síntomas de carácter neurológico o psiquiátrico también se cruzan con estas áreas localizadas en el circuito PAG. Sin embargo, los datos todavía no están completos, por lo que Ferguson pretende seguir aumentando las investigaciones al respecto.

Los científicos han especulado que el cerebro humano cuenta con un "punto de Dios", un área distinta del cerebro responsable de la espiritualidad

Por tanto, los científicos han especulado que el cerebro humano cuenta con un "punto de Dios", un área distinta del cerebro responsable de la espiritualidad. Más recientemente investigadores de la Universidad de Missouri (MU) han completado una investigación que indica que la espiritualidad es un fenómeno complejo, y múltiples áreas del cerebro son responsables de los muchos aspectos de las experiencias espirituales. Basándose en el estudio citado anteriormente que indicaba que la trascendencia espiritual se asocia con la disminución del funcionamiento del lóbulo parietal derecho, los investigadores de MU replicaron sus hallazgos. Además, los investigadores determinaron que otros aspectos del funcionamiento espiritual están relacionados con el aumento de la actividad en el lóbulo frontal. Han encontrado los autores una base neuropsicológica para la espiritualidad, pero esta no se encuentra aislada en un área específica del cerebro. La espiritualidad es un concepto mucho más dinámico que utiliza muchas partes del cerebro. Ciertas partes del cerebro juegan papeles más predominantes, pero todas trabajan juntas para facilitar las experiencias espirituales de los individuos.

Lesiones cerebrales

En el estudio se investigó a 20 personas con lesiones cerebrales traumáticas que afectaban al lóbulo parietal derecho, el área del cerebro situada unos centímetros por encima de la oreja derecha. Encuestó a los participantes sobre las características de la espiritualidad, como qué tan cerca se sentían de un poder superior y si sentían que sus vidas eran parte de un plan divino. Descubrió que los participantes con una lesión más significativa en el lóbulo parietal derecho mostraban una mayor sensación de cercanía a una potencia superior.

Los investigadores de neuropsicología han demostrado consistentemente que el deterioro en el lado derecho del cerebro disminuye el enfoque en uno mismo

Los investigadores de neuropsicología han demostrado consistentemente que el deterioro en el lado derecho del cerebro disminuye el enfoque en uno mismo. Dado que esta investigación muestra que las personas con este impedimento son más espirituales, esto sugiere que las experiencias espirituales están asociadas con un menor enfoque en el yo. Esto es consistente con muchos textos religiosos que sugieren que las personas deben concentrarse en el bienestar de los demás en lugar de en sí mismas.

El lado derecho del cerebro está asociado con la autoorientación, mientras que el lado izquierdo está asociado con la forma en que los individuos se relacionan con los demás. Estudios previos al de la MU de meditadores budistas y monjas franciscanas con función cerebral normal han demostrado que las personas pueden aprender a minimizar el funcionamiento del lado derecho de sus cerebros para aumentar sus conexiones espirituales durante la meditación y la oración.

En el estudio de la MU se midió la frecuencia de las prácticas religiosas de los participantes, como la frecuencia con la que asistían a la iglesia o escuchaban programas religiosos. Midió la actividad en el lóbulo frontal y encontró una correlación entre el aumento de la actividad en esta parte del cerebro y el aumento de la participación en prácticas religiosas.

Creyentes y no creyentes

Finalmente, referir un estudio reciente realizado en la Universidad de Ohio, de diseño neuropsicológico, que investigó qué circuitos cerebrales en estado de reposo son utilizados por los no creyentes religiosos, en comparación con los creyentes religiosos. 

Los creyentes (n=43) se autoidentificaron como cristianos, judíos, musulmanes, budistas o hinduistas. Los no creyentes (n=26) se autoidentificaron como ateos o agnósticos. Los creyentes y los no creyentes no difirieron significativamente con respecto al género (solo un poco más eran mujeres), a los marcadores estándar de inteligencia, el estatus social, la predisposición a la ansiedad o la inestabilidad emocional.

No creer en un Dios se debe a la activación de distintas redes cerebrales de orden superior

No creer en un Dios se debe a la activación de distintas redes cerebrales de orden superior. Los resultados demostraron que los creyentes religiosos son más propensos a utilizar un razonamiento más intuitivo y heurístico y que los no creyentes religiosos son más propensos a utilizar un razonamiento más deliberativo y analítico. Por ejemplo, es más probable que los no creyentes procesen la información sensorial, como algo que ven, de una manera más deliberativa que involucra áreas corticales superiores, llamadas procesamiento de arriba hacia abajo, involucradas en el razonamiento. En contraste, los creyentes religiosos son más propensos a interpretar la información visual de una manera más emocional o intuitiva, llamada procesamiento de abajo hacia arriba, que involucra sistemas cerebrales más antiguos. Los creyentes religiosos comparten este sesgo de procesamiento de abajo hacia arriba con las personas que creen en la actividad sobrenatural o paranormal, como la telequinesis o la clarividencia.

El aumento relativamente reciente en el número de no creyentes religiosos también puede deberse a la respuesta del cerebro a cambios dramáticos en nuestra cultura, así como a explicaciones científicas de fenómenos naturales que alguna vez dependieron de la intervención de seres míticos.

Por último, compartir esta reflexión de Martin Luther King:

“Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual”.

El 'punto de Dios': regiones cerebrales relacionadas con la espiritualidad