miércoles. 24.04.2024
Cartel casa Berrocal
Cartel Casa Berrocal.

Por un pacto irredento entre el PP y VOX, ha conseguido la derecha rancia y la derechona obsoleta, el gobierno de una de las Comunidades más extensas de nuestra península. Durante la campaña electoral nunca surgió la mención de un tema candente que desde hace una década viene preocupando a los pueblos castellanos del suroeste de dicha comunidad, pueblos de las provincias de Ávila y Salamanca. Se llenaron la boca de promesas y amenazas encaminadas a impedir la posible ascensión de la oposición a formar un gobierno nuevo: que si la división de España, el fin de la ganadería y la agricultura, resaltando el interés de esa derecha por promocionar el campo... Agua de borrajas, que diría un castizo. En cuanto entraron en sus orondos despachos, mostraron el plumero: afuera los delitos domésticos o violencia de género, olvido de la agricultura extensiva, revisión de estatutos, y otras lindeces...

Y lo más peligroso, sobre todo lo demás: dar luz verde a los escondidos proyectos mineros en la región. Han empezado con la excavación de la antigua mina del Berrueco (Salamanca), de nuevo hoy en marcha, y no han tardado en aprobar las licencias para la explotación de otros proyectos en zonas de Ávila, de harto valor histórico y ambiental. Les trae sin cuidado que todos los pueblos de la comarca se muestren contrarios a dichos proyectos mineros. Van a lo suyo, enriquecerse, conseguir comisiones y prebendas en futuros puestos en grandes empresas, a costa de la muerte de sus lugareños y sus hábitats. No han hecho otra cosa que pensar en sí mismos, una vez conseguidos los votos... Se les ve el plumero.

Pero vayamos a los datos y los hechos: la lucha de sus vecinos, los proyectos, y los daños de tales excavaciones. Ni pan para hoy, y mucha hambre, empero, para mañana. Al contrario de lo que políticos y empresarios sin escrúpulos puedan decir. Quieren vendernos la moto, y la moto trae accidentes, degradación ambiental, y extinción de plantas, humanos y animales. No lo digo yo, sino la experiencia y los estudios de científicos. (Sobre esto volveremos en el próximo artículo). Hoy nos centramos en las manifestaciones y recogida de firmas que durante el mes de abril han venido desarrollando vecinos, plataformas y grupos ecologistas de los pueblos afectados en el Valle del Corneja, que fuera en tiempos asentamiento de vetones, señorío de Doña Urraca, primera reina de Castilla, y luego punto de encuentro de reyes y grandes personajes, incluso corte, como la villa de Bonilla de la Sierra.

valle corneja

LA “MARCHA VERDE” DEL CORNEJA

El río Corneja, afluente del Tormes, es un río entrañable, cuyo cauce marca una línea verde a lo largo del valle, bordeado de arboledas, prados, huertos y dehesas pobladas de ganado vacuno, equino y ovino, pastando plácidamente en cercados de piedra, donde se alzan almiares y sobrevuelan distintas especies de aves, algunas en peligro de extinción. Zona que figura en la Red Natura 2000 de la Unión Europea, con especies incluidas en el Libro Rojo de la Flora amenazada de España. Una comarca rica en yacimientos arqueológicos de la Prehistoria, y restos etnológicos. Donde de trecho en trecho se topa el caminante con un rincón insospechado, una cascada, un puente romano, un remanso de paz, o puede sorprenderse con vestigios prehistóricos o monumentales.

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Valle del Corneja. (Wikipedia)

Así es el Valle del Corneja que quieren destruir explotando minas a cielo abierto. Un valle al suroeste de Ávila que abarca desde la Sierra de Villatoro, con sus vestigios verracos (totem vetón) hasta la sierra de El Mirón, en la raya de Salamanca, con sus monumentos, sus castillos y su historia. Lugar adecuado para la ganadería, y la agricultura, como ha sido hasta hoy, y actualmente, el turismo. Tres fuentes de riqueza y prosperidad que las minas abortarán si los políticos no ponen remedio. Y deben ponerlo. Lo exige el pueblo, aunque no entre ni lo anuncien en sus planes de gobierno. Ya se sabe cómo actúa la derecha. Promesas falsas, palabras hueras y olvido del interés común. Todavía no han hecho caso -y aún están a tiempo- de las manifestaciones que en el mes de abril, y mucho antes, han llevado a cabo los lugareños.

Una veintena de pueblos del valle se ve afectado por el proyecto Polonia de la empresa Cerro Rocil S.L. del grupo Consentino, un proyecto de explotación minera de 8000 Hectáreas. que abarca lo equivalente a más de 2000 (¡dos mil!) estadios de fútbol. Un proyecto a todas luces ilegal, carente de estudio de impacto ambiental, basado en un ley obsoleta, sin vigencia, y caducada por la Carta Magna de 78: la Ley de Minas de 1973. Un proyecto pernicioso para los tres pilares que sostienen esa zona: la ganadería, la agricultura, y el turismo.

Declaraciones de manifestantes y representantes de las asociaciones, ponen en evidencia el interés “contra natura” (nunca mejor dicho) de las empresas implicadas, Transportes, Excaciones y Hormigones Sonsoles S.L. y el Grupo Consentino.  “Son los que quieren quitarnos nuestra tierra -dicen-. Pero nosotros estamos delante y lo impediremos, lucharemos hasta el final, hasta la muerte, si es preciso”. “Aquí vivimos y aquí queremos morir”. “Van a destruir todo el paisaje. Queremos seguir viviendo en el valle donde hay muchísima riqueza, si nos apoyan en esta lucha”.

Así es. La mina arrasará toda la solana de las estribaciones de Gredos, La Serrota, la Sierra de Piedrahita, hasta la Sierra del Mirón. Desde Villatoro hasta Zapardiel de la Cañada, Diego Álvaro y Chagarcía. Destruirá pueblos y sus entornos: Bonilla de la Sierra y sus tres anejos, Casas del Puerto, Tórtoles, Zapardiel de la Cañada, Becedillas (de donde arrancó la gran manifestación de casi diez klms.) el 16 de abril, hasta Santa María del Berrocal, donde se organizó el final y la concentración de los pueblos afectados, añadiendo otros, como El Mirón (antigua Villa del señorío), el Collado del Mirón, Casillas, Malpartida, y los anejos de Berrocal, Navahermosa (qué nombre), y Valdemolinos (otra sugerente denominación)...  Casi un millar de vecinos, portando pancartas con lemas como “No a la Mina, Sí a la Vida”, todo un éxito de asistencia en un valle casi despoblado por las erróneas políticas del pasado, que parece repetirse en el presente.

Junta a la masiva marcha verde, se han presentado casi 4000 alegaciones por parte de agricultores, asociaciones ecologistas, sindicatos y vecinos de la comarca. Y más de 5000 firmas. A  la marcha verde se sumaron otras plataformas con reivindicaciones semejantes en defensa de su terreno, como la Plataforma de la Sierra de Ávila y de la Sierra de Yemas, contra las minas de feldespato, y el Valle de Amblés.

Vuelve la lucha contra las minas en Ávila