jueves. 25.04.2024

Este martes 26 de abril, en YouTube, se podía ver la retrasmisión en directo de la presentación del libro del profesor y académico, José Manuel Sánchez Ron, en la Universidad Politécnica de Cartagena, titulado: "El país de los sueños: Historia de la Ciencia en España" editado en octubre del 2020, por Taurus. Le introdujo la rectora de la Universidad. No me defraudo, Sánchez Rón, pues pasado una hora, soltó, más o menos, entre dientes: "...Franco decretó la abolición de la Junta para ampliación de estudios... antes de que finalizara la guerra... y esto fue el origen del CSIC...". En su voluminoso y sesudo libro de más de 1000 páginas, pude detectar al menos en 3 ocasiones, el decreto de disolución (le llama abolición) de 19 de mayo de 1938 (BOE de 20), dándolo por legal. No obstante, hay algunas novedades, ya que dedica algunas páginas a comentar documentos y cartas, donde se comprueba que la JAE siguió activa durante toda la Guerra civil, entre las ciudades republicanas de Madrid, Valencia y Barcelona.

También, se digna a citar el nombramiento en octubre de 1938, de Luis Calandre, como subdelegado de la JAE en Madrid, pero en un párrafo, confuso, donde no queda claro quien le nombró, si Tomas Navarro Tomas ó Álvarez de Santullano (página 784).

Yo lo vuelvo a explicar por enésima vez, alto y fuerte: fue Tomas Navarro Tomas, y aunque ha desaparecido el nombramiento oficial del archivo de la JAE, que custodia la Residencia-CSIC, si están dos cartas de Calandre a Tomas Navarro Tomas, dando acuse de recibo y proponiendo reuniones.

Cuando se refiere Sánchez Rón a Navarro Tomas, página 774, con el nombramiento oficial como secretario de la JAE, no nos dice que fue publicado en la Gaceta de Madrid de 30 de agosto de 1936, por el ministro de Instrucción Pública republicano, Francisco Barnés. Conviene recordarlo. Por cierto, la Real Academia española, de la que S. Rón es vicedirector, no tiene incluido en la biografía de Tomas Navarro Tomas, académico, esté puesto como secretario. 

Mientras se iba desarrollando la conferencia, con muy poco público, yo hacía preguntas en el chat, pero a la sexta, me vetaron, y al final no fueron ninguna de ellas contestada, a pesar de ser la única que preguntaba en el chateo. ¡Una vergüenza de censura! En cambio, al final de su intervención, con la aprobación de la Rectora, (que es química), de hacer elogios desmesurados del Contralmirante franquista, de la armada, Marqués de Comillas, y físico, José María Otero Navascues, creador de la Junta Nuclear, poniendo incluso en la pantalla, una caricatura de él. No dijo en cambio, que fue uno de los principales verdugos del gran químico de la JAE, Enrique Moles Ormella, pues hizo graves y falsas acusaciones, consiguiendo que Moles fuera condenado a muerte, aunque luego " solo " estuvo tres años en la cárcel. Mientras Otero Navascues viajaba, tenía hijos (14), y disfrutaba de puestos oficiales en el CSIC. También le honraron los del Ayuntamiento de Madrid, poniendo una placa en su honor, en la fachada de su casa, enfrente del Retiro. Yo protesté ante el Ayuntamiento, diciendo que esa placa iba contra la Ley de Memoria Histórica, artículo 15, donde pone que no sé pueden poner placas para alabar a los franquistas que participaron en el golpe militar del 18 de julio. Nadie me contestó.

Por cierto, cuando Enrique Moles, consiguió que se cambiara el nombre de uno de la tabla los elementos, a wolframio, no fue en 1949, desde el exilio, como pone el académico en la página 640, sino que estaba trabajando en los laboratorios IBYS de Madrid, ya que no pudo recuperar sus antiguos puestos de catedrático de química inorgánica.

En resumen, ese acto, en una ciudad, Cartagena, que puso una calle, en honor de uno de sus pocos eminentes personajes, el doctor Luis Calandre Ibáñez, no estuvo a la altura, y dejo de nuevo patente, que no quieren nada que ver con la República, lo cual es normal, ya que tras la guerra, y en castigo a que Cartagena fue defensora de la legalidad republicana, hasta el final, Franco y sus jueces, se ocupó de hacer una durísima represión, y luego lleno de militares a la ciudad.

Así la recuerdo yo de niña, cuando iba de vacaciones a nuestra finca familiar, de la Almenara, llena de marineros vestidos de blanco, los barcos de guerra y submarinos en su hermoso puerto, y las procesiones de semana santa. 

José Manuel Sánchez Ron, de nuevo, dando por legal la disolución (franquista) de la...