jueves. 28.03.2024
Sad young girl seeing through the window during home isolation watching out - Coronavirus or Covid-19 quarantine concept

A priori deberíamos pensar que una enfermedad nueva, global y tan agresiva como la Covid 19, no solo impacta a nivel psicológico de manera diferente, como he descrito en artículos míos anteriores en esta publicación, por el nivel socioeconómico o por el género. También en las distintas etapas etarias debería haber diferentes consecuencias a nivel emocional.

En diversos estudios en diferentes países, se han examinado estos aspectos en niños y adolescentes. Así, especial atención merecen algunos grupos de riesgo como son los separados de sus cuidadores, si hay discapacidad, haber tenido experiencias traumáticas y/o enfermedades psicológicas previas, ser inmigrante o pertenecer a una familia de nivel socioeconómico bajo.

Los estudios en la infancia durante el confinamiento, especialmente, reportan ambivalencia emocional, por un lado, están alegres por estar más en el hogar, pero por otro lado un alto porcentaje llora más, está más inquieto, más irritable.

Los cambios más frecuentemente descritos de mayor a menor grado en niños son las dificultades de concentración, aburrimiento, irritabilidad, sentimientos de soledad, inquietud y preocupación.

La adolescencia es una etapa del desarrollo de alta vulnerabilidad debido a los desafíos que conlleva este’ período. En estudios en adolescentes se ha visto que tienen menos miedo y estrés a la pandemia por el Covid19 que la población adulta, y por tanto menor impacto psicológico en las enfermedades relacionadas con el estrés. Las diferencias encontradas y la idea de no contraer la enfermedad igual que los grupos de mayor edad, podrían explicarse por la percepción de mayor invulnerabilidad de los adolescentes, que los grupos de mayor edad.

Arthur Schopenhauer dijo: “en la vejez se aprende mejor a esconder los fracasos; en la juventud, a soportarlos”

En relación a los efectos del confinamiento, también hay diferencias entre niños y adolescentes. Los niños tienen más problemas emocionales y sociales, mientras que los adolescentes presentan más problemas de conducta, problemas con iguales y mayores miedos a los gérmenes, que suelen empezar entre los 9 y 11 años

Un mes después de finalizar el confinamiento, en un estudio en universitarios chinos, se encontró una prevalencia de 2.9% de estrés postraumático y un 9% de sintomatología depresiva en estos jóvenes.

En función de la edad y el impacto psicológico del Covid 19, diferentes investigaciones no encontraron hallazgos diferentes significativos entre jóvenes y adultos, presentando solamente a nivel de puntuación, pero sin valor significativo estadístico, una sintomatología emocional de carácter más leve en la población juvenil. Por el contrario, otros estudios encontraron más sintomatología depresiva y ansiosa en menores de 35 años.

Las imágenes estereotipadas y negativas que han aparecido en medios de comunicación, incluidas redes sociales, vinculan enfermedad con vejez, deterioro grave y carga social, en personas por encima de los 60 años, reforzando los estereotipos edadistas (ver mi artículo en Nuevatribuna, el edadismo, un mal de nuestro tiempo: repercusión a nivel psicológico. 22/9/2020), como “se mueren los viejos”, “las víctimas son las personas mayores y vulnerables”.

Los estereotipos son el vehículo que da entrada a la estigmatización y a la discriminación con respecto a las personas mayores. Estas formas de comunicación edadista pueden dar lugar a alteraciones emocionales en este grupo etario, como angustia, ansiedad o alteraciones del ánimo.

Las personas mayores con enfermedades crónicas y en situación de dependencia son un grupo especialmente vulnerable y de mal pronóstico en esta pandemia. Aún no sabemos con evidencia científica en tiempos de pandemia y postcoronavirus cuales pueden ser las mejores intervenciones para reducir el impacto de la pandemia y como así poder establecer medidas más seguras de detección precoz, y por tanto ser más precisos en el tratamiento, rehabilitación y seguimiento. En el sentido de nuevas medidas, que están relacionadas con el edadismo, podrían estar las medidas emergentes de prescripción social para la soledad, y en general, para la afectación emocional de esta población.

Por último, esta reflexión de Arthur Schopenhauer: “en la vejez se aprende mejor a esconder los fracasos; en la juventud, a soportarlos”.

Impacto psicológico de la Covid19 por edades