sábado. 27.04.2024

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@Montagut5 | Las elecciones al Parlamento de Cataluña, celebradas del domingo 2o de noviembre de 1932, fueron las primeras elecciones al mismo en la Historia de Cataluña. Se celebraron una vez aprobado el Estatuto de Autonomía por las Cortes. No habría más hasta 1980.

Después del acuerdo entre Macià y el Gobierno provisional de la República que sustituyó la República Catalana por una Generalitat provisional el 17 de abril de 1931, ésta se encargó de elaborar un anteproyecto de Estatuto de autonomía que debía ser consultado en plebiscito por Cataluña y ratificado, posteriormente, por las Cortes. La Generalitat designó una diputación que estableció una ponencia redactora presidida por Jaume Carner. El 20 de junio de 1931 se presentó el anteproyecto con el nombre de Estatut de Núria, lugar donde había sido redactado. Fue votado en referéndum el día 2 de agosto con una participación del 75% del censo electoral, y con el 99% de votos afirmativos. Las mujeres, aún privadas del derecho al voto, presentaron 400.000 firmas de adhesión al Estatut. El 18 de agosto de 1931 el presidente Niceto Alcalá Zamora lo presentó en las Cortes para su discusión.

El Estatut era una especie de desiderátum federalista, previendo un gobierno común para los Països Catalans, que no fue recogido por la Constitución de 1931, que definía a España como un Estado integral. Reivindicaba la lengua catalana como la única oficial en Cataluña y todos los niveles educativos debían ser competencia exclusiva de la Generalitat. También debía cambiar el régimen municipal, la división territorial, el derecho civil y el orden público, pasando a depender de la Generalitat, que contaría con los recursos de las antiguas diputaciones provinciales.

Las elecciones fueron convocadas el día 25 de octubre por parte del Gobierno Provisional de la Generalitat, presidido por Macià

En las Cortes se abrió el debate sobre el Estatut el 6 de mayo de 1932, pero las Cortes no consideraban que hubiera que ratificarlo, a partir del contenido de la Constitución aprobada en diciembre de 1931. Las Cortes establecieron que no era más que un anteproyecto modificable en muchos aspectos. El Estatut de Núria tocaba aspectos fundamentales de la concepción unitaria o “integral” del Estado español, provocando un intenso debate y una clara crispación política. Los parlamentarios catalanes hicieron una enérgica defensa del Estatut, especialmente Companys y Campalans. En este debate se destacó, sin lugar a dudas, el propio Azaña que, a pesar de no ser un político decididamente autonomista, defendió que la autonomía de Cataluña era un derecho inalienable del pueblo catalán. Al final, las Cortes aprobaron el Estatut de Catalunya el 9 de septiembre de 1932. No cabe duda que pesó mucho en esta aprobación el peligro que había supuesto la Sanjurjada en agosto de ese mismo año.

El Estatut definía a Catalunya como una región autónoma dentro del Estado español, aspecto que suponía una clara rebaja de lo definido en el Estatut de Núria, adecuando el texto a lo que establecía la Constitución de 1931 en esta materia.

La Generalitat estaría formada por un Parlamento, un presidente y por un Consejo Ejecutivo.

Implantaba el bilingüismo, reducía la competencia legislativa catalana, preveía la designación de delegados para supervisar los actos ejecutivos de la Generalitat, sustraía a la misma la competencia exclusiva en la enseñanza, creaba una junta de seguridad mixta para el orden público, que podía ser mantenido por intervención del poder central sin requerimiento ni participación de la Generalitat, y suprimía el Tribunal Paritario para dirimir los conflictos entre la Generalitat y el poder central, ya que estos problemas serían competencia del Tribunal de Garantías Constitucionales.

El propio Azaña que, a pesar de no ser un político decididamente autonomista, defendió que la autonomía de Cataluña era un derecho inalienable del pueblo catalán

Las elecciones fueron convocadas el día 25 de octubre por parte del Gobierno Provisional de la Generalitat, presidido por Macià. Podrían votar todos los varones mayores españoles mayores de 25 años, residentes en Cataluña.

Había que elegir a 85 diputados, que luego debían proceder a la elección del presidente del Parlamento, y también al presidente de la Generalitat.

Cataluña tenía cinco circunscripciones electorales: Barcelona ciudad (elegía 24 diputados), Barcelona provincia (19 diputados), Girona (14 diputados), Lleida (14 diputados), y Tarragona (14 diputados).

Las elecciones fueron ganadas ampliamente por la Esquerra Republicana, que obtuvo el 47’1% de los votos, que se tradujo en 75 escaños, es decir, una plena mayoría absoluta. Después, la Lliga Regionalista consiguió 16 escaños, recuperando bastante voto en relación con las elecciones generales a Cortes Constituyentes del mes de junio de 1931. En realidad, aglutinó todo el voto conservador. En tercer lugar, la Unió Socialista de Catalunya sacó 5 diputados. El Partido Republicano Radical Autonomista consiguió 4 escaños. Por fin, las siguientes formaciones sacaron un diputado: Partido Republicano Federal, Unió Catalanista, Partit Catalanista Republicà y Unió Democràtica de Catalunya. La derecha españolista no consiguió sacar diputados, es decir, la carlista Comunión Tradicionalista, ni los monárquicos alfonsinos (Peña Blanca) ni Renovación Española. Tampoco pudieron acceder a la cámara ninguna de las formaciones comunistas: Partido Comunista de España, el BOC, ni la Esquerra Comunista. Tampoco lo consiguieron las pequeñas formaciones independentistas: Partit Nacionalista Català, Nosaltres Sols!, ni Estat Català-Partit Proletari.

Francesc Macià fue elegido presidente de la Generalitat, aunque fallecería en diciembre de 1933. Lluís Companys fue elegido presidente del Parlamento, para luego ser elegido presidente de la Generalitat.

Las elecciones al Parlamento catalán de 1932