sábado. 27.04.2024

Hay que abordar la gestación subrogada sin sesgos ni contradicciones

La gestación subrogada es uno de esos temas que hay que abordar con un tacto exquisito y desde un plano analítico, teorizador e incluso filosófico.
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Desde el año 2006, según la Ley 14/2006 de 26 de mayo sobre técnicas de reproducción humana asistida, la gestación subrogada está prohibida en España. Más recientemente ha sido reconocida como una forma de violencia contra las mujeres en la Ley Orgánica 1/2023 que reforma la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo.

Hace pocos días, a través de una exclusiva vendida por una famosa actriz a la revista ¡Hola!, se ha reabierto la polémica sobre un debate político que convive con la contradicción de que, en los diez últimos años, dos mil quinientos niños nacidos en el extranjero por gestación subrogada fueron inscritos en el Registro Civil español a pesar de que los contratos de gestación por sustitución se consideran nulos de pleno derecho. Si estas inscripciones son posibles gracias a que, en 2010, el Gobierno de Rodríguez Zapatero aprobó el registro de menores nacidos en el extranjero por gestación subrogada siempre que se aporte una resolución judicial previa del país donde tuvo lugar el parto. Este procedimiento es el que se aplica en EEUU y Canadá donde, tras el nacimiento, se reconoce la filiación de los padres de intención y se retira la de la mujer que lo gestó, lo que permite registrar al bebé en España. Para gestaciones subrogadas en otros países donde no es posible esta pauta, hay una solución legal consistente en registrar al bebé en el consulado español por parte del padre y luego la de la madre previa renuncia a la filiación por la mujer que lo gestó.

Estos días ha sido desmesurado el revuelo que ha ocasionado la noticia de que Ana Obregón había sido madre a través de un vientre de alquiler en EEUU. En los últimos años han sido muchos los famosos españoles que han recurrido a esta modalidad reproductiva (Miguel BoséTita CerveraJavier Cámara, y Kiko Hernández entre otros) sin que ninguno recibiera las crueles críticas que ha tenido que soportar Ana Obregón, tal vez porque no ha optado por obrar con discreción, ha vendido la exclusiva a una revista y ha hecho declaraciones en su cuenta de Instagram declaración como el «¡Nos pillaron!» que publicó como un guiño alusivo a la foto publicada en ¡Hola! donde se ve a la actriz saliendo de un Hospital de Miami, sentada en una silla de ruedas empujada por una sanitaria, con su bebé en brazos y el titular: «Madre de una niña nacida por gestación subrogada».

La maternidad subrogada de Obregón ha supuesto un boom  que hasta ha promovido declaraciones de representantes de los principales partidos políticos, que han ofrecido su opinión al ser preguntados por la prensa cuando lo más prudente habría sido no opinar sobre un tema tan delicado en el contexto de un cotilleo amarillista. Desde 2015, la opinión de los diferentes partidos acerca de la gestación subrogada ha evolucionado de un “sí, con medidas de regulación” al “no” rotundo mayoritario actual. 

El PSOE, Unidas Podemos y Vox se muestran en contra. Tanto es así que  Irene Monteroha declarado que «la nueva ley de derechos sexuales y derechos reproductivos reconoce la gestación subrogada como una forma de violencia contra las mujeres». Por su parte, la ministra de Hacienda y número dos del PSOE María Jesús Montero, se ha manifestado contraria a esta práctica aunque matizando que habría que estudiar «cada caso concreto». Iván Espinosa de los Monteros, de Vox, ha declarado que su partido no tiene «una posición tomada» sin embargo Santiago Abascal no ha tenido reparo para manifestarse en contra de la gestación subrogada. Curiosamente, el Partido Popular es partidario de tener «un debate profundo» sobre el tema siempre que no haya compensación económica y si se demuestra que la mujer que recurre a una gestación subrogada es estéril —lo que excluiría a las parejas gay— como sucede en Portugal y Reino Unido. Por último, Ciudadanos es el único partido que desde siempre se ha mostrado partidario de esta práctica siempre que se realice de modo altruista.

¿Cómo debería abordarse el tema de la legalización, o no, de la gestación subrogada?

La gestación subrogada es uno de esos temas que hay que abordar con un tacto exquisito y desde un plano analítico, teorizador e incluso filosófico, sobre todo si tenemos en cuenta los peligros que amenazan a un sistema capitalista cuando los más poderosos pueden acceder a lo que desean incluso vulnerando si fuera necesario el derecho a la inviolabilidad que asiste a todo ser humano. 

En zonas desfavorecidas del planeta no es inusual que personas que viven en penuria ofrezcan su cuerpo (venta de órganos para trasplante, vientres de alquiler) a cambio de exiguas cantidades de dinero que les permitan subsistir. Estas situaciones dejan al descubierto la sinrazón  de confrontar los deseos de unos (quienes compran) y la frágil vulnerabilidad de los derechos de otros (quienes venden para sobrevivir).

¿Significa esto que habría que prohibir los trasplantes de órganos con donante vivo? Obviamente no. Al menos no siempre que haya una ley que lo regule, garantice los derechos humanos, e impida la mercantilización de la donación a través de mafias.

Planteemos una nueva cuestión: ¿Significa esto que habría que prohibir la gestación subrogada? Igualmente  y por motivos similares la respuesta vuelve a ser un no, con unas matizaciones que intentaré exponer con brevedad. 

Es un hecho que, la mayoría de las gestaciones subrogadas se llevan a cabo previo pago y ofreciendo un beneficio económico muy superior para los intermediarios que el que percibe la mujer que cede su útero. Es por ello que para legalizar estas gestaciones, hay que establecer un orden de prioridades en el que el primer puesto lo ocupen a partes iguales los dos seres a proteger: el niño y la mujer que se presta a gestarlo. 

Esta premisa conduce a contemplar como menos problemática la  legalización de gestaciones subrogadas que se realicen de un modo altruista. Un ejemplo lo tenemos en parejas de varones homosexuales en las que uno de ellos aporta el esperma y la hermana del otro cede su cuerpo para gestar a quien será su sobrino, bien a través de un óvulo propio o bien por donación anónima a través de un banco de óvulos. Si cito este ejemplo es porque recientemente he conocido un caso idéntico.

Siempre será más fácil legislar la gestación subrogada si esta se lleva a cabo de un modo altruista. Sin embargo, cuando media una transacción comercial se debe ser cautos al legislar para impedir la explotación de mujeres vulnerables a las que las mafias conviertan en mercancía humana aprovechándose de la desesperación que propicia la precariedad. 

Si bien es cierto que no poder engendrar hijos ocasiona un gran dolor, resolver esta frustración explotando a seres humanos es antiético y amoral. El deseo de ser madre (o padre) se encuentra muchos peldaños por debajo de los derechos humanos que asisten a una mujer que no encuentra mas salida que alquilar su cuerpo para sobrevivir. 

Con estos planteamientos no pretendo criminalizar la gestación subrogada, sino sólo enfatizar en cuando ésta técnica no sea altruista, su aprobación sea a través de una ley estricta y cimentada sobre la ética  a fin de garantizar los derechos humanos del niño y de la gestante. 

Mas que confrontar dos posturas antagónicas (una que rechaza y otra que está a favor de la gestación subrogada) he querido enfatizar en la prioridad de los derechos del nuevo ser y de la mujer que lo gesta en su seno. La metodología para legislar en estos casos deberá recurrir al asesoramiento de expertos tanto en leyes como en ética, en salud y en todas las disciplinas que intervengan en el proceso de analizar los pros y los contras inherentes a la gestación subrogada. 

Hay que abordar la gestación subrogada sin sesgos ni contradicciones