En España hay una escalada de la extrema derecha que, por momentos, parece que puede llegar a invadir el poder hacia el que siguen incorporando nuevos contingentes de votos. Ya lo rozó en algunas fronteras, como las de Andalucía, Murcia y Madrid, donde terminó cambiando ese poder por influencia, que viene a ser una especie de paliativo. Pero en Castilla y León está a punto de invadir el gobierno de esa autonomía. Y cuenta, para ello, con la puerta abierta que supone el que el Partido Popular haya sido la fuerza más votada en esa comunidad.
El PP quiere, desde allí, la tierra del Cid Campeador, iniciar una nueva reconquista en España como la que inició el Caudillo desde el gobierno de Burgos. Y, para eso, necesita unos cuantos votos, además de los propios, entre los procuradores de las Cortes de Castilla y León. La escalada de la extrema derecha cuadra muy bien con esa necesidad ya que, a cambio de unos cuantos coches oficiales para VOX, Fernández Mañueco seguiría siendo presidente de esa Comunidad.
Pero, esa situación de aumento de la escalada de la extrema derecha, alarma a gente bienintencionada quien está proponiendo una desescalada consistente en que el PSOE se abstenga en el edificio de Villar del Prado para que Mañueco no tenga que nombrar consejeros, y mucho menos vicepresidente, a nadie de VOX. Inmediatamente, el PP de Madrid le ha puesto ojitos a esa benéfica propuesta y le ha reclamado a Sánchez sobre su aplicación como si ellos estuvieran también dispuestos a esa desescalada.
Sun Tzu, el maestro de la guerra, habla del tao de simulación no solo como una táctica para desorientar al enemigo si no como un camino que debe seguirse para conseguir que ese enemigo no sepa nunca cuáles son tus intenciones reales en la batalla. De ahí la importancia de la inteligencia militar, que supone, no solo el conocimiento de los datos, si no la interpretación de lo que significan.
Por eso, Sánchez ha pedido al PP una verificación de esa desescalada para comprobar que es mutua y que el PSOE no va a hacer un desarme unilateral. Como se hace en las guerras de verdad, en esas que, como decía Von Clausewitz, son la continuación de la política por otros medios. Y les ha pedido que confirmen si están dispuestos, ellos también, a abrochar ese cordón sanitario alrededor de la extrema derecha y no solo en Castilla y León si no en toda España .
Me da a mí que el PP va a querer cambiar ese cordón sanitario por otro alrededor de "los populistas, independentistas y amigos de los terroristas". Como hizo la URSS comparando los misiles de Turquía con los de Cuba en 1963. O como está haciendo ahora Putin con Ucrania reclamando reciprocidad respecto a la posición de ese país en el mapa geopolítico de Europa.
Si se aceptaran ambos cordones sanitarios, estaríamos aceptando que gobernase siempre la lista más votada y, dada la actual composición política en España, estaríamos a punto de consagrar un bipartidismo al que solo le faltaría regular los turnos para resucitar el Pacto del Pardo de 1885. Y no voy a decir que me parezca mal. Solo voy a recordar que la Constitución de 1978 no dice nada de eso ya que, merced a lo que prescribe, en España los ciudadanos no elegimos gobernantes sino representantes a los que no les damos ninguna instrucción suplementaria sobre a quien tienen que elegir como gobernantes cuando les toca hacerlo, ya sea en el Congreso de los Diputados, en los Parlamentos Autonómicos o en los Ayuntamientos.
Además, si los ciudadanos que no votan a esas fuerzas mayoritarias llegaran a convencerse de la inutilidad de su voto, es posible que volvieran a la Puerta del Sol, a Waterloo, al monte o a enredar en los cuartos de banderas, según los gustos de cada cual.
Así que, ojo con las propuestas bienintencionadas y dejemos que funcionen las instituciones. Sobre todo, las democráticas, aunque, temporalmente, nos vengan mal. Porque, además, siempre se ha dicho que no hay mal que por bien no venga y una llegada al poder de VOX en Castilla y León a lo mejor podría servir de vacuna para que la población española adquiriera una necesaria inmunidad de grupo frente a ese virus.
