jueves. 25.04.2024
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Cartel de la olimpiada popular celebrada en Barcelona en 1936.

La Federación Cultural Deportiva Obrera publicó un comunicado a finales del mes de enero de 1936 ante las decisivas elecciones que se iban a celebrar unas semanas después. En este trabajo nos acercamos al mismo.


@Montagut5 | Los jóvenes comunistas españoles se movieron para crear organizaciones deportivas, esfuerzos que cristalizaron en 1931, en el momento en el que florecía la Segunda República, con la creación de la Federación Cultural Deportiva Obrera. La organización fue creciendo, ya que a la altura de 1933 tenía 9.500 miembros, más de la mitad en Madrid. Al año siguiente se creó una sección catalana. Precisamente, en 1934 la Federación se adhiere a la Internacional Deportiva Roja. En realidad, se trataría de la organización comunista más potente de España, mucho más que el propio PCE. A pesar de lo poco conocido que es este asunto España vivió un evidente desarrollo del deporte desde la perspectiva obrera durante los años treinta.

España vivió un evidente desarrollo del deporte desde la perspectiva obrera durante los años treinta

Pues bien, como hemos expresado, dicha Federación manifestó su postura electoral, y que fue recogida en las páginas de El Socialista, en ese momento de acercamiento entre socialistas y comunistas. Los deportistas obreros querían mostrar que contaban con una organización que buscaba la renovación del deporte para que perdiera su carácter elitista, ya que hasta entonces había sido patrimonio de una minoría de “señoritos”.

La juventud obrera tendría derecho a disfrutar de los beneficios del deporte y de la cultura física. La Federación tenía como objetivo la conquista para los jóvenes españoles de una vida “alegre y sana de deporte y estudio”.

La Federación consideraba que los jóvenes españoles de la época eran muy inquietos, que manifestaban un gran interés por el teatro, la música, el cine, la literatura, etc.

Pero, en su opinión, los gobernantes del denominado Bienio negro habían intentado impedir por todos los medios sus actividades, denegando un apoyo oficial que, en todo caso, no había sido solicitado, y se habían producido disoluciones de grupos en algunos lugares del país por el supuesto delito de promover la cultura y el deporte en lugares muy apartados, entre los campesinos. La Federación aplicaba la lucha de clases en este asunto, ya que frente a las fuerzas políticas del Bienio negro que promoverían el analfabetismo, la organización lo combatía. La incultura, siempre según su postura, era un aliado eficaz de las derechas.

En ese momento, el país estaba llamado a las urnas, enfrentándose dos bloques antagónicos. La Federación tenía el deber de fijar públicamente su postura ante las elecciones. La Federación ya había manifestado lo que había supuesto la última etapa política, impidiendo sus trabajos culturales y deportivos. Por eso no podía ser partidaria del bloque de las derechas. La Federación apoyaría con energía al Frente Popular en su lucha.


Como fuente hemos empleado el número 8047 de El Socialista. La cuestión del deporte obrero en España ha sido abordada en un interesantísimo trabajo de André Gounot, “El proyecto de Olimpiada Popular en Barcelona (1936), entre comunismo internacional y federalismo regional”, en Cultura, Ciencia y Deporte, año 2, nº 3, Vol. 1 (2005), pps. 115-123.

Deporte y elecciones en 1936