jueves. 25.04.2024
cerdo
Foto: Igualdad animal
 

Por José Bujalance | Cuando los peores dictadores que ha conocido la humanidad en los últimos siglos han buscado el poder para perpetuarse han utilizado como estrategia el odio y la mentira, en donde la calumnia también ha sido otro método predilecto para hacer apología de la “crisis” y crear desazón en la ciudadanía.

De la misma manera que el nacional populismo de derechas miente cuando dice luchar a favor de los pobres, el nazismo y el fascismo también manejaban esa prédica falaz, ya que tanto Hitler como Mussolini hablaban a favor de las masas necesitadas antes de llegar al poder. Es eso lo que convierte esa ideología en algo perverso que combina odio, violencia y mentira. Primero señala al enemigo de clase y después dirige contra él todas las formas de violencia concebibles. Si puede lo detiene, lo tortura, le confisca los bienes, lo deporta, lo encarcela, lo condena a trabajos forzados solo o con su familia, lo mata; y si no puede, lo difama, lo calumnia, lo injuria... 

La gran mentira mediática que hemos vivido -y vivimos- todos los españoles sin excepción, dimana de los muchos años (desde el franquismo a nuestros días) en los que se ha adoctrinado el odio al comunismo, el mismo adoctrinamiento que intentan a día de hoy con las mismas tácticas de manipulación. El mensaje de odio es el mismo, quitan la palabra "rojo" y la cambian, la van alternando con inmigrante, feminista, lgtbi... siempre tendrán en frente a un enemigo manifestado por ellos, un chivo expiatorio a quien culpar de todos los males de la nación, como hiciera Hitler con los judíos en la Alemania Nazi, bulos y mentiras para prodigar odio.

Las consecuencias de este modelo son claras y evidentes: acuíferos contaminados, pueblos sin agua potable, ganaderos arruinados ante la competencia desleal de este modelo de ganadería industrial

En efecto, para que la violencia y el odio funcionen, es necesario ser falaz, lo que ilustra una vez más hasta qué punto la mentira y la calumnia constituyen el único motor de esa banda escindida del partido podrido, ese lobby de cerdos endogámicos y pedantes, inútiles socioeconómicamente, enfermos filofascistas, corruptos apegados a mamandurrias que, sin el apoyo de pruebas ni documentos, vierten constantemente las mentiras más groseras.

La proliferación desmesurada de proyectos de ganadería industrial amenaza nuestra salud, nuestro medio de vida y nuestro futuro. Las consecuencias de este modelo son claras y evidentes: acuíferos contaminados, pueblos sin agua potable, ganaderos arruinados ante la competencia desleal de este modelo de ganadería industrial, despoblación, enfermedades…

La relación es palmaria. La ganadería industrial expulsa del terreno a la tradicional, la que es beneficiosa para la zona en la que se desarrolla y deja un valor añadido en el entorno. Y sus consecuencias no solo repercuten negativamente en el desarrollo de la ganadería de verdad, también otros sectores como el turismo se ven expulsados del territorio por esta nociva industria.

Ante la siguiente cita electoral sería conveniente que los partidos que concurran a los comicios aclaren su posición al respecto de esta industria que se ha demostrado nefasta en todas y cada una de las comarcas españolas que se ha implantado y qué medidas pretenden tomar al respecto.

De chorizos y cerdos endogámicos