martes. 23.04.2024
Fotografía José Mesa bajo licencia de Creative Commons.

El 20 de diciembre de 1981 el Ministerio del Interior legaliza la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública (ADSP), que se había formado 2 meses antes de Madrid por parte un grupo de profesionales sanitarios. El objetivo de la ADSP era conseguir en España un sistema sanitario público universal y de calidad en la línea de lo que eran los Servicios Nacionales de Salud, en ese momento el de Reino Unido era el ejemplo a seguir, y reforzar y defender la Sanidad Pública.

En 40 años han pasado muchas cosas y se han logrado importantes avances en los que la ADSP, luego la Federación de ADSP ha colaborado de manera muy significativa, en una relación que no pretende ser exhaustiva, están la aprobación de la Ley General de Sanidad, el desarrollo del entonces nuevo modelo de Atención Primaria, las consultas de enfermería, la puesta en marcha de las incompatibilidades y la dedicación exclusiva, la paralización de la implementación de las propuestas del Informe Abril, la paralización del intento de convertir todos los centros sanitarios en fundaciones, la reintegración de las fundaciones sanitarias en Galicia y Asturias en la gestión tradicional, la aprobación de las leyes de interrupción voluntaria del embarazo y eutanasia, la paralización de las iniciativas privatizadoras de González-Lasquetty en 2012, y mas recientemente la reversión al sistema público de los hospitales de Alzira, Torrevieja y las resonancias magnéticas en la Comunidad Valenciana.

Por supuesto ha habido muchas otras cuestiones en las que no se han logrado los objetivos propuestos y en los que no se ha conseguido contener el avance de privatizaciones y recortes en la Sanidad Pública, aunque hay que ser conscientes de que sin la actividad de las asociaciones para la defensa de la Sanidad Pública, y de las plataformas y alianzas sociales y profesionales que se han impulsado desde ellas, las cosas habrían sido mucho peor y que la actual configuración y desarrollo del SNS no se entendería sin  nuestra presencia y actividad, lo que al fin y al cabo, para bien o para mal, reconocen todos los que conocen el sistema sanitario de nuestro país.

Tantos años de trabajo, de éxitos y de fracasos, producen a veces cansancio y decepción y también momentos de gran satisfacción, pero sobre todo sentido de la responsabilidad y la conciencia de que la persistencia y la paciencia son nuestros principales aliados, junto con el convencimiento y la constatación diaria de que trabajamos por los intereses de la inmensa mayoría de la población y contra los pocos que se benefician de la mercantilización y hacen su negocio de la enfermedad y el dolor ajeno.

Vivimos un momento especialmente crítico para el sistema sanitario producido por una pandemia que no se está sabiendo manejar adecuadamente, y en cuyo abordaje no se está siendo consecuente con los criterios más elementales de la epidemiología y la salud pública, y que además está poniendo contra las cuerdas a la Atención Primaria que es uno de los principales activos de nuestro sistema sanitario. Por eso participamos activamente en la iniciativa SALVEMOS LA ATENCIÓN PRIMARIA y trabajamos por reforzar la Sanidad Pública y blindarla frente a las privatizaciones, sin olvidarnos de la necesidad de abordar la emergencia climática en la que está sumido el planeta y que es el más importante reto a la salud global que tenemos. Como siempre conseguir los objetivos planteados no es una tarea fácil, pero seguiremos trabajando “con el pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad”, porque sabemos que sin nuestro esfuerzo todo sería peor, y porque está en juego el mejor sistema sanitario que ha tenido este país y la salud de la población.

Marciano Sánchez Bayle, presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid

40 años defendiendo la sanidad pública