viernes. 26.04.2024
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“Turquía huele a perejil picado, a verduras frescas, a carne a la brasa y pescado recién salido del mar. Huele a sensual canela y a pan crujiente, a dulces prohibidos y a hierbas aromáticas. Turquía huele bien y sabe mejor. El país, famoso por su Ruta de las Especias, ha sabido combinar la mejor historia culinaria euroasiática y consigue que cada comida sea un festín para los sentidos”.

Para los viajeros apasionados y aficionados a los placeres del paladar, la cocina turca siempre será una cocina llena de sorpresas. Da igual que vayas a un restaurante modesto o reputado, da igual que comas en un “bey”, la variedad de la cultura y gastronomía turca nunca deja de sorprenderte.

Arroz salteado con piñones, pasas, hierbas, especias; hojas de repollo que envuelven secretos milenarios.

Sin lugar a duda, la riqueza de la flora y fauna del país, así como las diferencias de paisajes y climas de sus distintas regiones son las culpables de esa deliciosa variedad.

La cocina turca posee un privilegio único: a un lado el Extremo Oriente y al otro el Mediterráneo. Ese es su mejor tesoro gastronómico, por no hablar de el hecho de que las tierras turcas estén bañadas por cuatro mares, el Egeo, el Mediterráneo, el Mármara y el Mar Negro, que convierten al pescado en una constante de su cocina, incluso en la mesetaria Ankara es posible encontrar excelentes restaurantes de pescado.

"Turquía huele bien y sabe mejor. El país, famoso por su Ruta de las Especias, ha sabido combinar la mejor historia culinaria euroasiática y consigue que cada comida sea un festín para los sentidos”

En uno de mis viajes a Instanbul, probé un pan de trigo cocinado al horno de ladrillo (Anatolia es conocida como “la cesta de pan del mundo”) que difícilmente olvidaría Pierre Loti, escritor francés del siglo XIX entusiasta de la cultura y los grandes viajes. Su nombre verdadero era Julien Viaud, pero lo interesante de esta carta es el café que tiene su nombre. En El Café de Pierre Loti, encontraremos una de las mejores vistas de Estambul. Un lugar pintoresco donde contemplar el Bósforo y los barrios de la ciudad y como no “el Cuerno de Oro”.

Sigo que me pierdo…La alimentación turca está basada en quesos, yogur, mantequilla, cereales, frutas, legumbres, miel, carne y pescados. A los pescadores del mar Negro se les identifica con el Hamsi, pez pequeño similar al boquerón o al chanquete je,je.

El centro cultural-gastronómico del país se encuentra en la región de Marmara que comprende las provincias de  İstanbul, Edirne, Bursa, İznik, Çanakkale y Troya, donde donde podéis comer un cordero extraordinario o el “Köfte” (albóndigas a la parrilla) servido con “pide” (torta de pan) o pilaf de trigo, (burgur), o pilaf de arroz. Ya sabéis de  donde procede la receta de huevos fritos con arroz pilaf.

Los Kebab son otra categoría de alimentos típicamente turco que, como el “Börek”, se remonta a la época cuando los turcos nómadas aprendieron asar la carne sobre el fuego de campo. Hay tantos tipos de Kebab que se les clasifica según el modo de cocinar. El occidental, o sea nosotros, los llamamos “Sis Kebab” y “Döner Kebab”, estilos que fueron introducidos por los griegos. El Sis Kebab se compone de trozos de carne a la parrilla y colocados a continuación en una brocheta. Para el “donner Kebab”, se agrupan capas de carne picada alternando con filetes de pierna del cordero sobre un espetón vertical que gira lentamente delante de un grill. A medida que la parte exterior de la carne se va asando, se cortan en finas lonchas y se sirve, ya sabéis como.

Invención turca es también el steak tartar. Los nómadas transportaban así la carne en sus caballos: cruda y sazonada con especias.

Turquía es un país, donde comer es un placer, una ceremonia casi sagrada que acepta a la mesa a todos los paladares; un delicioso sabor de boca y con ganas de repetir.

Una visita a la gastronomía de Turquía