martes. 16.04.2024

Compitiendo en la Sección Oficial, y con Mónica Belucci como coprotagonista, esta película dirigida por Bahman Ghobadi - ganador de la Concha de Oro en dos oportunidades (“Las Tortugas También Vuelan” y “Media Luna”) consigue, pero sólo en escasos momentos, provocar el encogimiento del alma con el drama vivido por el poeta durante su encarcelamiento. El tono lento y poético y una fotografía cuidada al detalle en cada fotograma, no logran sin embargo despertar la admiración del público, aunque sí del jurado que -según rumorean algunos medios- ya se plantea otorgarle a Ghobadi el tercer gran premio que otorga el certamen donostiarra.

Belucci hace un gran trabajo interpretativo como esposa del poeta encarcelado. La actriz de “Malena” es la representación de la de la belleza atravesada por la tragedia. “He recurrido al drama que llevamos en el ADN las mujeres mediterráneas, de generaciones de sufrimiento por el machismo que hemos heredado de nuestras madres y nuestras abuelas”, explicó la actriz durante la rueda de prensa.

Durante la proyección de esta película, un problema de sonido hizo que el propio Ghoabi subiera al escenario del Kursaal a explicar que la copia que estábamos viendo no era buena. “Lo siento”, dijo, aunque apenas se percibía el defecto. Y ya en rueda de presa confesó “He hecho esta película para poder seguir viviendo”.

“EL ULTIMO ELVIS”. Jugar a ser otro

Elvis está vivo y vive en Argentina: Al menos eso es lo que diría alguien que no ve bien y al que le presentaran a John Mc Inerny, protagonista del primer largometraje del realizador argentino Armando Bo que compite en la Sección Horizontes Latinos. Pero no necesariamente por el parecido físico de uno con el otro, sino por la potente voz que tanto se asemeja a la de El Rey, y a su obsesión descomunal por el padre de rock and roll.

El mito Elvis es la genial excusa que utiliza este cineasta para hablarnos de la falta de personalidad, de la inseguridad y del deseo de ser otro. “En realidad podría haber sido El Ultimo Messi o El Ultimo Maradona”, señaló Bo a la prensa que no daba crédito a que el actor no es un actor si no que es lo que la cámara muestra, un tipo cuya única meta en la vida es parecerse a Elvis Presley, cantar, hablar y moverse tal como él lo hacía.

John Mc Inermy tiene nombre y apellido de origen irlandés, pero vive en la ciudad de La Plata, Argentina. Es arquitecto, docente universitario y músico. Y desde hace siete años, cantante de la banda Elvis Vive. Armando Bo eligió a este no actor para transformarlo en Carlos Gutiérrez, un hombre de 42, separado, con una hija pequeña y una vida llena de frustraciones. “Carlos realmente se cree Elvis y arma su vida en una realidad de mentira. Un poco lo que todos terminamos haciendo, protegiendo nuestros micromundos y muchas veces siendo alguien que no somos”; explicó el director de esta excepcional película.

Carlos imita a Elvis en fiestas cutres en las que la paga sólo alcanza poco más que para un bocadillo. De día trabaja en una fábrica en las afueras de Buenos Aires y por la noche vuelve a ser ese quien cree ser, aunque en el fondo no ignora del todo la realidad auténtica que atenta permanentemente contra la que él se ha inventado. En definitiva, Carlos Gutiérrez es un tipo insignificante pero con enormes ambiciones. Y para la construcción de un personaje de estas características, a Bo no le hizo falta casi nada. “Iba a ser interpretada por un actor muy importante. Pero cuando descubrí a John, le hice una prueba de cámara y no podía creer lo que veía. Era un diamante escondido, alguien inmejorable para referirme a la falta de personalidad. Entonces fue como si la película encontrase a su actor; y cobró un valor artístico, una credibilidad y una personalidad especial”.

“False Kargadan/Rhino’s Seadon”. Cine para poder seguir viviendo”