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NUEVATRIBUNA.ES | 10.02.2009

La cita es este miércoles en Génova 13. El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PP se reúne con urgencia requerido por el presidente Mariano Rajoy. Como principal punto en el orden del día, la trama de corrupción que salpica al partido y que le tiene sumido en una de las peores crisis de la era marianista. Los populares no reaccionan, algunos muestran su estupefacción. Las caras de circunstancias evidencian que el lío interno es importante, tanto, que está consiguiendo eclipsar otros asuntos tan relevantes como la crisis económica y el paro. Los dirigentes del PP no saben por dónde salir cada vez que se les pregunta por el “tema”; aunque algunos prefieren tomárselo con humor, como un diputado (presuntamente libre de todo pecado) que dice que va a pedir “asilo político”. Así están las cosas.

Rajoy permaneció este martes recluido hasta el inicio del primer pleno del año en el Congreso, donde compareció el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Durante toda la mañana, los principales dirigentes del PP fueron requeridos por los medios: María Dolores de Cospedal; Soraya Sáenz de Santamaría; Javier Arenas; Esperanza Aguirre�, siguieron echando balones fuera sobre el entramado de corrupción en el que se ha visto implicado el PP. Y Rajoy a lo suyo, dando las últimas pinceladas a un discurso (el de la tarde en la Cámara baja) que arrancó �por su “contundencia”, dicen los marianistas- aplausos de su bancada, y eso que no aportó nada nuevo, sino las consabidas críticas y reproches a la política económica del Gobierno.

Trepidante agitación en el PP

"Me produce repugnancia que mientras hay concejales del PP del País Vasco que dan la vida, que dan la cara, que dan todo por defender sus ideas, pueda haber por ahí algunos ‘conseguidores’ que utilizando el nombre del PP sacan dinero”.

Lo dijo Antonio Basagoiti, candidato popular a las elecciones vascas, quien ayer fue arropado por una amplia representación del partido en la conferencia que dio en Madrid. Manuel Fraga, Ana Pastor, Esteban González Pons, Cristóbal Montoro, Manuel Cobo, Juan José Güemes fueron algunos de los populares que asistieron al acto en el que la presidenta de la Comunidad volvió a reiterar que todo es una patraña y una estrategia para acabar con el PP.

Pero al margen de Aguirre, Cospedal o Javier Arenas, pocos quisieron hacer declaraciones a la prensa. Ese fue el caso del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón (de viaje en Bruselas) o del presidente de la comunidad valenciana, Francisco Camps, quien también se ha visto salpicado por el escándalo. El silencio de ambos fue sepulcral.

Mientras tanto, en los pasillos del Congreso, el interés se arremolinaba en torno a Federico Trillo, quien busca la fórmula para que el PP se persone en la causa abierta como acusación particular, única manera �dicen los populares- que tienen para defenderse.

El PP bloquea la comisión sobre el espionaje

La trama de corrupción ha sobresaltado los despachos de Génova. A días para que dé comienzo la campaña electoral para las gallegas y vascas del 1 de marzo, el PP no sabe cómo minimizar los daños de las incesantes informaciones incriminatorias. En el Grupo Popular llevan días devanándose los sesos para ver cómo hacer que los medios den otros titulares que no sean de las tramas de corrupción y espionaje. “Tenemos la moral muy alta y la capacidad de trabajo es ilimitada”, sacó pecho Sáenz de Santamaría después de anunciar que pedirán la comparecencia del Fiscal General del Estado, Cándido Conde-Pumpido, para que informe, “con carácter general” de los protocolos de actuación en los asuntos de corrupción.

Y es que las filtraciones traen de cabeza al PP. Pero también los silencios de Rajoy, cuyo liderazgo vuelve a estar seriamente cuestionado en las filas de su partido. Los ‘aguirristas’ también sacan pecho al destacar que la presidenta ya ha tomado medidas y cortado cabezas, y que ahora, a quien le toca el turno es a Rajoy: el mismo tesorero del partido, Luis Bárcenas, sale en una de las cintas del empresario, presunto cerebro de la trama, Francisco Correa, alias ‘el conseguidor’.

Pero, al PP de Madrid y a su presidenta no basta con haber hecho rodar unas cuantas cabezas. La red de espionaje político en Madrid ha perdido fuelle con la trama de corrupción, aunque ya hay quien las relaciona, en el sentido de que la primera es un instrumento de la segunda. En la Asamblea se sigue viviendo el esperpento de una comisión de investigación que nunca empieza. El PP volvió a dar la nota al negarse a destituir al presidente Benjamín Martín Vasco (otro presunto implicado en la trama) y también a presentar su lista de comparecientes, con lo que se retrasa aún más la ronda de interrogatorios.

Y a todo esto, el PSOE que no quiere hacer sangre. Ni falta que le hace.

El PP busca "asilo político"