jueves. 25.04.2024
marcha sal

La Marcha de la Sal venía a coronar la protesta del Congreso Nacional Indio por la falta de respuesta positiva británica para convertir en Dominio a la India, una fórmula muchísimo más favorable que la de colonia

@Montagut5 | La Marcha de la Sal constituye un acontecimiento clave en la Historia de la desobediencia civil, de la lucha sin violencia, y del propio devenir histórico de la India. Este hecho fue puesto en marcha por Gandhi, y tuvo lugar entre el 12 de marzo y el 6 de abril de 1930, para presionar al Reino Unido atacando uno de los monopolios fiscales con el fin de conseguir la libertad. Con sus gestos, Gandhi buscaba que sus compatriotas rompieran ese monopolio que se había impuesto sobre la producción y la distribución de un producto básico para la conservación de los alimentos. Los británicos habían terminado con una práctica libre de los habitantes de la India, estableciendo un impuesto, además de perseguir a quien produjera sal de forma autónoma.

La Marcha de la Sal venía a coronar la protesta del Congreso Nacional Indio por la falta de respuesta positiva británica para convertir en Dominio a la India, una fórmula muchísimo más favorable que la de colonia, y que disfrutaban las posesiones británicas de mayoría blanca. Gandhi consideró que la mejor manera de luchar por la libertad de la India pasaba por la no-violencia a través de una intensa campaña de desobediencia civil que uniera a todos los habitantes de la India, independientemente de sus creencias religiosas e ideas políticas. La cuestión de la sal parecía muy apropiada porque afectaba a toda la población.

La Marcha comenzaría en Sabarmati hasta la ciudad costera de Dandi. Empezó con un puñado de seguidores, que se fue haciendo cada vez más grande a medida que llegaba a una nueva localidad. En Dandi, en el mar, Gandhi recogió un poco de agua para reivindicar el derecho a producir la sal. Fue el desencadenante de un movimiento por todo el subcontinente indio. Las personas evaporaban el agua para obtener sal, provocando miles de detenciones, incluida la de Gandhi. Pero el éxito fue total, porque al año siguiente, el virrey barón de Irwin tuvo que ceder, permitiendo que Gandhi pudiera acudir a la Conferencia de Round Table, además de concederse la libertad para producir y distribuir la sal, liberándose a los detenidos.

La Marcha de la Sal en El Socialista

La Marcha de la Sal tuvo una enorme repercusión en el mundo. En España. El Socialista informaba el 12 de marzo del comienzo la campaña de desobediencia civil, ya que el virrey no había contestado al ultimátum que se la había enviado. El artículo aludía al Congreso panindio de Lahore, que había diseñado dicho plan, y que incluía no pagar impuestos, no trabajar para Inglaterra, no mandar a los hijos a escuelas inglesas, negarse a prestar el servicio militar, etc.

La columna tenía su interés, desde la perspectiva socialista, acostumbrada a otros tipos de protesta y reivindicación, ya que se reconocía que la no-violencia era difícil de calificar, un tipo de rebelión nueva en la Historia, y que desorientaba al público europeo. Por eso se incluía un extracto de un texto escrito por el propio Gandhi en La Joven India en el que explicaba en qué consistía la no violencia. Debía ser paciente. La misión del paciente debía ser convencer, pero no se podía esperar indefinidamente. Había un límite en el que se comenzaba a correr riesgos por lo que había que contar con un plan de resistencia pacífica que podría consistir en la desobediencia civil. La paciencia no debía llevar nunca al abandono de los principios. Gandhi esperaba que en la India surgiera el partido de la no-violencia porque todo iría bien para el país, pero también para el mundo.

En todo caso, el movimiento de Gandhi no fue unánimemente comprendido por la izquierda occidental. En este sentido, en las propias páginas del periódico obrero español se insertó un artículo de Louis de Brouckère, destacado político socialista belga, y muy activo en la política internacional del período de entreguerras, muy crítico con los métodos de Gandhi, ya que consideraba que no era la “actitud mística” del mismo lo que en un futuro próximo habría que tomarse en consideración, “sino una acción política más positiva”.

El artículo expresaba que solamente el tiempo nos permitiría comprobar si existía o no ese partido. Pero, también aludía al gobierno británico que, en ese momento, era laborista, la cuestión clave para entender la opinión del socialismo español en esta cuestión, ya que para el PSOE la llegada laborista al poder en el Reino Unido era un hecho fundamental en su línea política en un momento clave en la historia española, recién terminada la Dictadura de Primo de Rivera.

En el artículo no se aventuraba cuál iba a ser la postura de los laboristas, pero se pensaba que los “partidos burgueses” aprovecharían la situación para colocar a MacDonald en una posición crítica. Se aludía a que aún no había emitido informe la Comisión Simon sobre las reformas a emprender en la India, hecho que se interpretaba como otro caso de “desobediencia pasiva”. Se esperaba que el tacto y la prudencia que habían caracterizado al gobierno laborista hasta entonces allanaría una solución.

“La guerra santa de Gandhi”

El socialismo español temía que este asunto de la India desgastase o derribase al gobierno laborista británico, alineándose, por tanto, con la defensa que el laborismo hacía de la fórmula del Dominio que podría llevar en el futuro a la independencia

Unos días después, se insertó una nueva columna en El Socialista titulada “La guerra santa de Gandhi”. En esta ocasión se hacía una reflexión más profunda sobre la cuestión de la actitud del gobierno británico ante este hecho que ya se consideraba una marcha revolucionaria.

En primer lugar, se consideraba que un gobierno laborista no estaba por la labor de detener a Gandhi, “sería una locura”. Algunos podrían pensar que eso es lo que buscaba Gandhi porque le sacaría de una situación complicada que no habría sido buscada por él. Pero la detención solamente provocaría el triunfo de la parte extremista del movimiento indio. Por eso, se pensaba que los británicos optarían por detener a líderes menos importantes, aunque precisos del movimiento.

Para El Socialista el problema era que el gobierno laborista no estaba en disposición de tomar una resolución que contentase al movimiento nacionalista indio, teniendo que pagar las “culpas de sus predecesores”. Ese movimiento no se contentaba ya con el cumplimiento de las promesas que los ingleses habían hecho antes y después de la Gran Guerra. Ya no bastaba con la autonomía, con la fórmula del Dominio, sino con la independencia. Pero se opinaba que cualquier gobierno que estudiase esta solución sería barrido por la opinión y en las elecciones. El Reino Unido tendría que aceptar la independencia algún día, pero no en ese momento. Por eso, según el artículo del periódico socialista español, lo razonable sería que el movimiento indio se entendiese con un gobierno, como el laborista, dispuesto a dar lo máximo que en ese momento se podía conceder, sobre la base de la autonomía de los Dominios. Pero, además, se interpretaba que la concesión de independencia traería problemas muy graves, como los derivados de los príncipes que no desearían perder su poder autocrático, o de los que podrían crear los musulmanes que, sin la soberanía británica, podían sentirse que quedarían relegados frente a los hindúes.

Este análisis realizado desde las páginas de El Socialista puede ser interpretado cómo el socialismo español, aunque no tuviera una postura oficial, no veía con malos ojos lo que estaba realizando Gandhi, con cierta sorpresa sobre el movimiento de la no-violencia que, en todo caso, a pesar de su novedad, no entraba en colisión con la tradicional estrategia política socialista nada favorable al empleo de la violencia. Pero, por otra parte, el socialismo español temía que este asunto de la India desgastase o derribase al gobierno laborista británico, alineándose, por tanto, con la defensa que el laborismo hacía de la fórmula del Dominio que podría llevar en el futuro a la independencia.

Hemos trabajado con los números 6580, 6581, 6588 y 6608 de El Socialista.

El PSOE y la Marcha de la Sal en la India