viernes. 19.04.2024
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Los socialistas denunciaron la alta mortalidad en Madrid en el año 1930, especialmente la infantil, así como la existencia de una gran diferencia entre los distritos y barrios de la ciudad. Esta situación les sirvió, además, para denunciar la situación de la vivienda y la necesidad de acceder al poder local para cambiar la situación, como ocurría ya en esos momentos en muchas ciudades europeas.

m3En 1930 habían muerto 2.170 niños menores de un año y 1.326 menores de cuatro años. La causa de estas cifras no debía buscarse en las familias sino a una sociedad que privaba de medios a las mismas para sacar adelante a los hijos. Para el PSOE era primordial comparar las cifras de mortalidad entre los distritos de población acomodada y los de población “indigente o trabajadora”. En el distrito de Buenavista, que se ponía de ejemplo de zona formada por un vecindario rico “o de buen pasar”, y donde vivían 110.978 personas, habían fallecido en el año citado 1.826 vecinos. En cambio, en el distrito de Hospital, con 83.783 habitantes, casi todos de condición humilde, habían muerto 1.991 personas. La diferencia en proporción era considerable.

El problema de la vivienda era fundamental para entender estas cifras en el planteamiento crítico socialista. La media del alquiler de las viviendas de los trabajadores rondaba las cinco o seis pesetas diarias, y era de muy mala calidad. Los cuartos interiores de las que se denominaban “casas baratas” costaban lo mismo que la mitad del jornal, y, por lo tanto, muchas personas no los podían ocupar.

m4Esta situación de la vivienda servía para fundamentar la necesidad de que los poderes municipal y provincial (Diputaciones) recayesen en la clase trabajadora. En Viena y en las ciudades alemanas las cuestiones sociales, incluida la de la vivienda, habían adolecido en el pasado de los mismos problemas que se reseñaban para el caso madrileño, pero en ese momento esas ciudades, como las holandesas y las escandinavas, contaban con Ayuntamientos socialistas, y, por consiguiente, disfrutaban de leyes progresistas sobre el trabajo, y con viviendas excelentes y accesibles a las clases más modestas.

Hemos trabajado con el número 6.834 de El Socialista. En este sentido, es muy recomendable que acudamos a la monografía de Santiago de Miguel Salanova, Madrid, un laboratorio de socialismo municipal. 1900-1936, Madrid, 2019. El PSOE, muy interesado por cómo se gobernaban y gestionaban las ciudades en Europa, especialmente cuando los socialistas llegaban al poder municipal de las mismas, quiso incorporar Madrid a esa corriente nueva que pretendía que los Ayuntamientos atendieran realmente los problemas y necesidades de los ciudadanos.

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El municipalismo socialista y la cuestión de la mortalidad en Madrid (1930)