jueves. 25.04.2024
C&A Dusseldorf Alemania
C&A. Dusseldorf (Alemania)

Ya no hay discurso, ni acto político o económico que trate de economía e industria que no aparezca el término “relocalizacion”. Un ejemplo reciente ha sido el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, hace unos días en Elche durante la feria Futurmoda, el salón de componentes para el calzado, un sector que, junto al conjunto del sector de la moda, que tiene la mayor parte de su producción deslocalizada. Ximo Puig reclamó, con buen criterio, una “reflexión profunda” en la Unión Europea para promover una política industrial común y favorecer la “relocalización”, la repatriación, de la fabricación de una parte de la industria europea.

Vemos que la palabra “relocalización” ha emergido casi con la misma fuerza que hace unas décadas lo fue la de “deslocalización”, cuando ésta estaba presente en todo informe y estrategia económica que aconsejaban, incluso estimulado desde los poderes públicos, aprovechar las ventajas comparativas de producir en lejanos países con costes de mano de obra infinitamente más baratos. Y dejar en España y en Europa la investigación, el diseño, y la distribución, lo que de verdad, decían, aporta valor añadido. Pero lo que ha sucedido en realidad, especialmente en España, es que nos hemos quedado sin “el santo y sin la limosna”. O sea, sin industria y sin nuevo modelo productivo.

Pero recuperar industrias, que ayer fueron deslocalizadas, es bastante más difícil que las recetas que extienden muchos comentaristas y políticos cuando hablan de “relocalizacion”. Veamos un ejemplo en el sector de la moda, un sector de referencia de globalización y deslocalización, para tener la dimensión de los recursos que se tienen que movilizar: el que está llevando a cabo la empresa minorista de moda, alemana-holandesa, C&A. Esta empresa, con casi 1.400 tiendas en 18 países y unos 31.000 empleados, ha decidido, como parte de su estrategia de sostenibilidad y expansión tecnológica, “relocalizar” la producción de vaqueros, un producto del que es líder europeo.

Lo hará con una nueva fábrica de producción digital y sostenible en el corazón de Europa, en la ciudad alemana de Düsseldorf. Esta nueva fábrica, denominada FIT Factory for Innovation in Textiles (Fábrica de Innovación en Textiles), es un proyecto que ha precisado de la colaboración de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Baja Renania (Hochschule Niederrhein), de la Academia Textil de Renania del Norte-Westfalia (Textilakademie NRW) y de la Universidad Técnica de Aquisgrán (Rwth Aachen University). Contará con un proceso de confección y lavandería altamente automatizadas donde inicialmente se producirán 400.000 jeans al año y luego 800.000. Los primeros pantalones estarán disponibles a comienzos del próximo año. Los 100 empleados que tendrá esta nueva fábrica están siendo formados en la NRW Textile Academy, donde se están capacitando para trabajar en las nuevas instalaciones de lo que es una Industria.40. Y, lo más determinante, su producción será neutral, de cero emisiones de CO2. Porque es precisamente esta condición, la sostenibilidad, el pilar fundamental que puede impulsar y dar sentido a la “relocalización” de la industria en Europa.

He mencionado la experiencia del proyecto de relocalización de C&A porque creo que ejemplariza bien una cuestión fundamental: se pueden fabricar jeans en el corazón de Europa, allí donde los costes salariales, sociales y fiscales son de los más elevados del mundo. ¿Cómo? con la innovación tecnológica, la capacitación de los trabajadores y trabajadoras, con la mutua transferencia de conocimientos con la universidad, invirtiendo en sostenibilidad y seguro que también, en este caso, aprovechando los muchos recursos institucionales y europeos que hoy están sobre la mesa.

La pregunta ingenua que nos podemos hacer, cuando hablamos de relocalizar una parte de nuestra industria, es si alguien piensa que es un proceso fácil, si se cree que la empresa X o Y solo tendrá que recuperar el producto y la misma forma de producirlo como antes que lo deslocalizaran, si fuera así, vamos listos. Porque no habrá “relocalización” sin empresas, en concreto las del sector de la moda, capaces de avanzar en la transición ecológica y la transformación digital. Y ahora ahí está la oportunidad que representan los 140.000.000 de € del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con sus cuatro ejes: Transición Ecológica, Transición Digital, Cohesión territorial y social, Igualdad de género, que suponen una nueva y muy importante oportunidad para mejorar y cambiar nuestro sistema productivo. ¿Sabremos aprovecharlos?

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