sábado. 27.04.2024

Palestina es una nación sin Estado, sin ejército, sin tanques, sin aviones, sin barcos de guerra o submarinos, y se enfrenta a una de las potencias militares mejor equipadas y armadas del mundo, y a eso le llaman guerra.

Los palestinos son asesinados, humillados, encarcelados y perseguidos en su propia tierra, los colonos y el ejército de Israel tienen carta blanca para cazar palestinos.

Israel es un país regalado a los judíos por Occidente después de la segunda guerra mundial, sin tener en cuenta que regalaban una tierra que ya tenía dueño, el pueblo palestino, desde entonces Israel ha seguido creciendo a costa de comerse a Palestina.

  1. Porque no todo es Ucrania y también hay guerras y conflictos invisibles
  2. Mucho asco el nivel de inmundicia hipócrita

Los palestinos se ven obligados a vivir de la ayuda humanitaria, una ayuda humanitaria que llega cuando Israel lo permite, porque cuando así lo decide Israel les corta las ayudas, el acceso a medicamentos, les corta la luz y el agua, y bombardea sus escuelas y hospitales, algo que está ocurriendo hace décadas con el silencio cómplice de Occidente, de países como Marruecos y Arabia Saudí, y a las órdenes de los EEUU.

Cuando los palestinos deciden luchar son los terroristas, cuando deciden que es mejor morir de pie que vivir arrodillados, los medios internacionales los acusa de terrorismo.

Cuando los palestinos se cansan de la ocupación y deciden luchar les llaman terroristas

La hipocresía y la falta de profesionalismo del periodismo es de sobras conocida, pero cuando hablamos de Palestina y la ocupación ilegal de su territorio por parte de Israel pasamos a otro nivel de indecencia.

El Sionismo y Nazismo son en realidad dos caras de la misma moneda. Durante décadas Palestina sufre un genocidio silenciado, mientras Israel va ocupando impunemente su territorio y expulsando al pueblo palestino de su territorio.

Israel tiene uno de los ejércitos más potentes del mundo, cuenta con casi 4000 tanques, Palestina no tiene ninguno, con unos 400 aviones militares, Palestina ninguno, con el mejor escudo antimisiles que existe, Palestina esta desprotegida y totalmente indefensa, es como si dijésemos que una lucha entre un león y un gato puede ser "igualada" y que el león es en realidad la víctima del gato y se ve obligado a defenderse.

El poderío militar de Israel y los medios de que dispone son infinitamente superiores a los que puede tener a su alcance el pueblo palestino, además cuenta con el respaldo y la ayuda ilimitada de su valedor, los EEUU y sus satélites.

Por eso cuando hablamos de guerra, o de enfrentamiento mentimos, es como si un luchador profesional de más de 100 kg de peso le diese una paliza a un niño de 4 años y dijésemos que fue una pelea justa.

El sionismo es una ideología totalitaria y racista que considera a Israel el pueblo elegido por Dios y entiende que eso los hace superiores al resto.

Bajo la creencia sionista de la superioridad, de ser los elegidos por Dios, Israel lleva a cabo en Palestina una política genocida, con la que tratan por todos los medios a su alcance de expulsar de su tierra al pueblo palestino o de exterminarlos si se resisten a ser condenados al exilio obligatorio. 

Es como si dijésemos que una lucha entre un león y un gato puede ser "igualada" y que el león es en realidad la víctima del gato

El sionismo no tiene mucha diferencia en la práctica con el nazismo, consideran a los palestinos un pueblo inferior y les niegan su humanidad tratándolos peor que a animales. 

Como la Alemania nazi hizo con el pueblo judío, Israel aprovecha su infinita superioridad militar para reprimir, castigar y asesinar al pueblo palestino, sin diferenciar entre hombres, mujeres o niños.

Israel bombardea hospitales, escuelas y edificios con la misma brutalidad que los supuestos objetivos militares, no diferencian entre objetivos civiles y militares porque para Israel el objetivo es barrer del mapa al pueblo Palestino. 

Israel desoye todas las resoluciones internacionales y continúa el genocidio de un pueblo con el silencio cómplice de las organizaciones internacionales y sin que nadie haga nada para detenerlos. 

El genocidio NAZI, el holocausto, es una vergüenza hoy para la humanidad, como lo será mañana haber permitido el genocidio del pueblo palestino.

Hipócritas del mundo váyanse al carajo, cuando palestina se defiende son terroristas, pero guardáis silencio ante el genocidio y la tortura contra el pueblo palestino.

Ese silencio no es nuevo, ni afecta solo a Palestina, como las mentiras, los bulos y la desinformación que llevaron a la destrucción de Iraq, Libia y casi de Siria.

No se habla de los motivos reales de las caravanas de migrantes en Centroamérica que huye de las dictaduras impuestas por los EEUU en la zona y se encuentra con el muro de la vergüenza y el odio que siembra gente como Donald Trump. 

Israel y Arabia Saudí han hecho una guerra de exterminio contra Palestina y el Yemen. Unas guerras cobardes que cuentan con el silencio cómplice de Occidente. Un genocidio que debería avergonzar al mundo.

No se habla de la ocupación ilegal del Sahara Occidental por parte del ejército de Marruecos que obliga a un pueblo a vivir exiliado en el desierto de Argelia desde hace más de 40 años, de la que España y los gobiernos españoles son cómplices y culpables. 

Silencio sobre la venta de esclavos en Libia, después de que Francia y EEUU decidiesen destruir el Estado libio para robar sus recursos y la dejasen en manos de extremistas religiosos y señores de la guerra. 

Israel desoye todas las resoluciones internacionales y continúa el genocidio de un pueblo con el silencio cómplice de las organizaciones internacionales

Todo esto y desgraciadamente mucho más, está ocurriendo ahora, pero el mundo mira para otro lado.

Los mismos hipócritas que cantaban por Venezuela ahora callan, los mismos políticos que reconocieron al autoproclamado Guaidó ahora no dicen nada, lo mismos medios cómplices del golpe en Venezuela ahora pasan de puntillas sobre los terribles dramas y las cobardes guerras que matarán a millones de personas.

Porque no todo es Ucrania y también hay guerras y conflictos invisibles

Toda guerra es un drama, es un error, es una catástrofe para la clase trabajadora. En las guerras la clase trabajadora es la carne de cañón, es quien sufre la crisis económica, y es quien paga los gastos de la guerra.

Ejemplos de demócratas, o más bien ejemplares, como Ursula von der Leyen y Josep Borrell visitan a Zelenski y lo abrazan como a un salvador, mientras le envían armas descatalogadas para que siga la carnicería.

Ellos están al frente de esa Europa hipócrita y decadente, que solo ve lo que le interesa ver, mientras da la espalda a los 85.000 niños asesinados en la “actual” guerra del Yemen, tan actual como el genocidio en Palestina, o la ocupación ilegal del Sáhara Occidental.

Hipocresía es abrir la puerta y dar facilidades a las refugiadas ucranianas y a sus hijos, mientras se las cerramos a sus parejas o hijos en edad militar de acuerdo con el Ministerio de defensa de Ucrania.

Hipocresía es acoger a las refugiadas ucranianas y tratar como basura a los refugiados sirios, afganos o subsaharianos.

La misma hipocresía que cuando se callaron ante el asesinato de periodistas por parte del ejército de los EEUU en Irak, entre ellos José Couso un cámara español, fue un asesinato cobarde y premeditado para evitar que la prensa informase sobre las masacres, los asesinatos y las torturas que llevaron a cabo los EEUU y sus aliados en Irak.

Mucho asco el nivel de inmundicia hipócrita

Con Ucrania, Polonia, Hungría y próximamente Turquía… la UE será la UFE (Unión Fascista Europea). La Comisión Europea promete a Zelenski acelerar el proceso de adhesión a la UE.

La presidenta Ursula von der Leyen, afirma en Kiev: “Daremos nuestra opinión en semanas, no en años como suele ser habitual”, otra muestra de que la UE solo funciona por interés y cuando le interesa.

Borrell, sobre el futuro de Ucrania en la UE: “Necesita evitar que se la trague Putin, ese es el primer paso”.

Toda guerra es un drama, es un error, es una catástrofe para la clase trabajadora. En las guerras la clase trabajadora es la carne de cañón

Ucrania no solo es la capital mundial del nazismo en Europa, también lo es de los vientres de alquiler, de los partidos ilegalizados, de la persecución a los gitanos y a las personas de izquierdas, sobre todo a los comunistas.

¿Esa es vuestra democracia homologable?

El teniente general Francisco Gan Pampols cree que la OTAN y la Unión Europea deben “medir muy mucho” qué tipo de armamento envían a Ucrania para que Rusia no lo considere un acto hostil y se llegue a una escalada en el conflicto armado que ponga en peligro la paz mundial. “Putin hasta ahora ha tragado”, advierte.

Estamos en manos de payasos, cuando lo que necesitamos son estadistas. Imbéciles irresponsables totalmente alejados de la realidad y sin la menor capacidad de análisis.

Es frustrante e indignante escuchar a Borrell diciendo que vivimos demasiado bien y debemos estar dispuestos a entregar nuestro bienestar para pagar la factura de la guerra en Ucrania. Hipócrita cara dura, lo dice sin conocer la realidad, desde sus privilegios y con el escudo de su desmesurado sueldo.

El drama de Palestina, de Ucrania, del Sahara Occidental, y la incoherencia de la supuesta izquierda.

Una izquierda desnortada y traicionada por una pandilla de listillas y listillos al servicio de Ferreras que es el empleado de Florentino Pérez.

Ya que España envía armas a Ucrania con la escusa de que es un país agredido y invadido, supongo que con la deuda histórica que tenemos y con los mismos argumentos lo siguiente es armar al Frente Polisario para que pueda luchar con Marruecos que ocupa el Sáhara Occidental.

Josep Borrell con su discurso en spanglis hablando de la respuesta al agresor más fuerte para defender al débil, que memoria selectiva y que visión parcial, Yugoslavia, Irak, Libia, Siria, Palestina, Yemen, Sáhara Occidental, ¿dónde estaba Europa?, ¿qué tiene que decir Borrell?

"Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos que han sido engañados" (Mark Twain)

Palestina ataca a Israel porque Israel ocupa Palestina